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DEBATE EN AUDIO ENTRE UN CRISTIANO Y UN ANTICRISTIANO

DEBATE EFECTUADO EL DÍA 4 DE MAYO DE 2008

Duración del debate: 2 horas 16 minutos

 

Contrincantes en el debate:

Sergio Samuel (ebionita judaizante y anticristiano). Email: sergiosamuel_1982@hotmail.com

Tito Martínez (cristiano bíblico). Email: las21tesis@gmail.com

Para escuchar el debate, hagan clic en el siguiente enlace: http://www.las21tesisdetito.com/las21tesis/debate1.mp3

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LOS EBIONITAS JUDAIZANTES ENSEÑAN QUE JESÚS NO SALVA DEL PECADO

Un ebionita judaizante que publica sus escritos en mi foro de teología bíblica judeo-cristiana enseña lo siguiente:

"creer en Jesús no Salva, debo vivir además la ley, no te salvará creer en Yeshúa".

http://groups.msn.com/TEOLOGIABIBLICAJUDEO-CRISTIANA/general.msnw?action=get_message&mview=0&ID_Message=33231&LastModified=4675669954919940160

Esa doctrina judaizante es una burda mentira del diablo, ya que el propio Jesús enseñó bien claro que CREER EN ÉL es lo que nos salvará, y ese creer en el Mesías Jesús se demuestra después guardando SUS MANDAMIENTOS, ¡no la ley de Moisés!. Por ejemplo, el ladrón arrepentido recibió la promesa de la salvación SIN QUE GUARDARA LA LEY DE DIOS, SINO SOLO POR LA FE, por lo tanto, esa doctrina de que creer en Jesús no nos salva, sino que hay que guardar la ley de Moisés para ser salvos, es una burda mentira del diablo contraria al Evangelio. Por cierto, el propio Pablo llamó "perros" a estos falsos maestros judaizantes:

"Tened cuidado con esos perros, con esa gente perversa que insiste en que es preciso circuncidarse (o sea, mutilar el cuerpo) para alcanzar la salvación.(Filp.3:2-3, versión CST-IBS).

En ese pasaje Pablo se estaba refiriendo a los malos obreros judaizantes, los cuales predicaban la circuncisión y la observancia de la ley de Moisés para ser salvos (Hch.15:1).

El propio Jesús dijo bien claro que para ser salvos y tener la vida eterna hemos de CREER EN ÉL:

"De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna." (Jn.6:47).

"Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?" (Jn.5:25-26)

"Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre." (Jn.20:31)

Como podemos ver, Jesús mismo dijo que la vida eterna la tendremos si CREEMOS en él, ¡no si guardamos la ley de Moisés (la toráh)!, y obviamente, esa fe en él significa hacer lo que él dijo, guardando sus mandamientos:

"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos." (Mt.7:21)

"¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?" (Lc.6:46)

"Si me amáis, guardad mis mandamientos." (Jn.14:15)

Pero lo que jamás enseñó el Mesías Jesús es que para tener la vida eterna y ser salvos tengamos que guardar la ley de Moisés, ¡jamás!. Esos falsos maestros judaizantes y anticristianos (los perros), están predicando la mentira y un falso evangelio que está bajo el ANATEMA (maldición) de Dios (Gal.1:6-8), ya que esos engañadores enseñan que creer en Jesús no nos salva, sino que según ellos lo que nos salva es CUMPLIR LA LEY DE MOISÉS, lo cual es el colmo de la aberración satánica, ya que por las obras de la ley NADIE será justificado delante de Dios, pues por medio de la ley solo tenemos el conocimiento de pecado:

"ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.... Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión." (Ro.3:20-28-30).

"Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre." (Jn.20:31).

La doctrina judaizante ebionita de que la justificación no es por la fe en Jesús, sino por las obras de la ley, es una burda mentira y una doctrina de demonios enseñada por los apóstatas de la fe, como demostraré extensamente más adelante.

 

PABLO ERA UN VERDADERO APÓSTOL DEL MESIAS JESÚS

Los llamados "ebionitas", muchos de los cuales se hacen pasar falsamente por "nazarenos", enseñan de forma enfermiza que el apóstol Pablo era un falso apóstol, un embustero, un hipócrita y un enemigo de la ley de Dios, escogido por Satanás para engañar a los apóstoles, y de esta manera esos falsos nazarenos rechazan sus epístolas que encontramos en el Nuevo Testamento. Esta enemistad enfermiza y odio satánico que esos embusteros ebionitas tienen contra el apóstol Pablo no es nuevo, ¡ya existía en el siglo uno!, cuando la SINAGOGA DE SATANÁS odiaba a Pablo y rechazaban su autoridad apostólica, o incluso tramaban complots para asesinarlo en diferentes ocasiones (Hch.23:13, etc.) . Hoy sucede lo mismo, la diferencia es que ahora Pablo no está vivo para que esos perros judaizantes, o sinagoga de Satanás, planeen complots para asesinarlo.

Veamos unos cuantos pasajes que demuestran el verdadero apostolado de Pablo:

"El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre." (Hch.9:15).

Observemos que esas palabras las dijo el propio Jesús, el cual escogió a Pablo para llevar su nombre al pueblo de Israel y a los gentiles, es decir, ¡fue el Mesías Jesús quien escogió a Pablo como apóstol o enviado! Por eso es que Pablo dijo estas palabras:

“Pablo, siervo de Jesucristo, he sido llamado a ser apóstol y apartado para anunciar el evangelio de Dios." (Ro.1:1, 1Co.1:1).

Por consiguiente, Pablo era un verdadero apóstol del Mesías Jesús, y la prueba de ello es que él tenía las SEÑALES DEL APÓSTOL:

"porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy. Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros." (2Co.12:11-12).

Como podemos ver, ¡Pablo tenía las marcas o señales del verdadero apóstol!, y esas marcas de apóstol eran las señales, prodigios y milagros que Pablo hacía, y que eran las mismas que Jesús otorgó a sus APÓSTOLES:

"Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán." (Mr.16:17-18).

¡Todas estas señales milagrosas las hizo el apóstol Pablo, y también los apóstoles de Jerusalén, por lo tanto, Pablo era un verdadero apóstol del Mesías Jesús!, al mismo nivel que el resto de apóstoles de Jerusalén. Negar la verdadera apostolicidad de Pablo es negar la verdad de Dios, y ponerse al lado de Satanás, el padre de la mentira. Por lo tanto, aquellos falsos cristianos que enseñan que Pablo no era un verdadero apóstol del Señor Jesús están mintiendo descaradamente, y poniéndose al lado de aquellos judíos anticristianos del siglo uno que acusaban falsamente a Pablo, y querían matarlo. Por lo tanto, uno de los objetivos principales de Satanás y de sus emisarios  sin ninguna duda es ACUSAR FALSAMENTE AL APÓSTOL PABLO Y NEGAR SU AUTORIDAD APOSTÓLICA, y para ello Satanás utilizó en el siglo uno a los judíos anticristianos, llamados "ebionitas", los mismos judíos anticristianos y malvados que hoy en día también son utilizados por Satanás para atacar al apóstol Pablo, y que también se hacen llamar ebionitas, y en muchos casos se hacen pasar por nazarenos, para intentar engañar así a los verdaderos nazarenos cristianos. Todos aquellos que atacan al apóstol Pablo actualmente, diciendo que él era un embustero, un impostor o un falso apóstol sencillamente son los mismos perros judaizantes que lo hacían en el siglo uno, ¡¡pero ahora estos anticristos judaizantes se disfrazan falsamente de "nazarenos", cuando en realidad son "ebionitas judaizantes".

Estos ebionitas siempre citan Ezequiel 18:27-28 para decir que la salvación y la justificación es por las obras de la ley. Ese pasaje de Ezequiel dice que quien actue conforme al derecho y la justicia, salvará su alma, pero resulta que el Tanaj (el Antiguo Testamento) también dice bien clarito que NO HAY JUSTO NI AUN UNO:

"Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.

IEVE miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios. Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno." (Sal.14:1-3).

Este mismo Salmo fue citado por el apóstol Pablo, para decir que todos hemos pecado, y que no hay justo ni aun uno (Ro.3:10-18). Y seguidamente Pablo dijo esto:

"Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado" (Ro.3:19-20).

¿Lo ha leído bien?. Por las obras de la ley NADIE será justificado delante de Dios, porque no hay justo ni aun uno, ¡lo dice el Tanaj, y por medio de la ley (la toráh) solo tenemos el conocimiento del pecado, ya que no sabríamos lo que es el pecado, si no fuera por la ley:

¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto." (Ro.7:7-8).

Como podemos ver, la ley nos da simplemente el conocimiento del pecado, y dicha ley nos mata, ¡no nos da la vida! ¿Como podemos entonces ser justificados delante de Dios?. Pues leamos al apóstol Pablo:

"Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.

Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley." (Ro.3:21-31).

Ahí lo tiene bien clarito. La justificación para con Dios, y por ende la salvación, no es por medio de las obras de la ley, sino solamente por la fe en el Señor Jesús, el Mesías. Por medio de esa fe somos justificados por su Gracia o misericordia, y esa justificación por la fe es tanto para los de la circuncisión (los judíos), como para los de la incircuncisión, es decir, los gentiles. Por eso es que en el Concilio de Jerusalén TODOS los apóstoles, liderados por Pedro, establecieron que los judíos y los gentiles seremos salvos solamente por la GRACIA del Mesías Jesús, no por el cumplimento de la ley:

"Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos." (Hch.15:10-11)".

Los apóstoles de Jerusalén jamás enseñaron que seremos salvos por las obras de la ley, ¡ellos no eran judaizantes ebionitas!, sino que ellos enseñaban la salvación solo por la gracia o misericordia del Mesías Jesús, ¡este mensaje de salvación por la Gracia de Dios era exactamente el mismo mensaje o Evangelio que predicaba el apóstol Pablo! (Hch.20:24), es decir, TODOS los apóstoles, incluido Pablo, predicaban exactamente el mismo Evangelio de la Gracia de Dios. Fue un grupo sectario y anticristiano procedente de Jerusalén (los judaizantes ebionitas) los que en el siglo uno intentaban pervertir este Evangelio de la Gracia de Dios, mezclándolo con la ley, y por eso es que Pablo dijo a los cristianos de Galacia lo siguiente:

"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema." (Gal.1:6-9).

Los cristianos de Galacia se estaban dejando engañar por esos falsos "nazarenos" o perros judaizantes y anticristianos procedentes de Jerusalén. Esos falsos maestros judíos predicaban un falso evangelio, el cual era una mezcla diabólica de ley y gracia, sin embargo, Pablo dijo bien claro a los cristianos de Galacia que esos engañadores eran anatemas, es decir, malditos por Dios, y que no se dejaran engañar por ellos.

Por lo tanto, la doctrina diabólica y anticristiana de que la justificación y la salvación es por medio nuestras obras de justicia o por medio de las obras de la ley, es una burda mentira del diablo, ¡es un falso evangelio!, ya que la salvación es solamente por la gracia de Dios, por medio de la fe, NO POR OBRAS, para que nadie se gloríe:

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas." (Ef.2:8-10).

Como podemos ver en ese pasaje de Pablo, la salvación es por la gracia o misericordia de Dios, por medio de la fe, no por obras. Las obras son simplemente el resultado de esa fe salvadora, pero no el medio ni la causa de nuestra de salvación. Por eso es que el gran apóstol Pablo dijo estas sabias palabras refiriéndose a los judaizantes israelitas y anticristianos:

"Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo." (Ro.10:1-3).

¿Lo ha leído bien? Israel ignora la justicia de Dios, y procura establecer la suya propia por medio del cumplimiento de la ley de Moisés, sin embargo, por medio las obras de la ley nadie será justificado delante de Dios, porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. El propósito (fin) de la ley no es salvarnos, sino condenarnos a muerte y matarnos, y luego esa misma ley (el ayo) nos lleva al Mesías Jesús, para darnos la vida y ser justificados por medio de la fe:

"sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera. Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago. Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo." (Gal.2:16-21).

En este pasaje vemos una vez más como el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino solo por la fe en el Mesías Jesús. Por la ley somos MUERTOS PARA LA LEY, a fin de vivir para Dios. Es decir, ¡¡no es la ley de Dios la que ha muerto, sino que somos los verdaderos cristianos los que hemos muerto a la ley!!, y esta, por tanto, ya no tiene ningún poder o dominio sobre nosotros, ya que ahora estamos bajo la GRACIA del Mesías Jesús, y no bajo la ley:

"Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia." (Ro.6:11-14).

Los judaizantes anticristianos, es decir, los perros ebionitas, los falsos nazarenos (la circuncisión Filp.3:2), aun están bajo la ley, ellos no han muerto al pecado por medio del cuerpo del Mesías Jesús, sino que están bajo la condenación de la ley, ya que pretenden ser justificados por las obras de la ley, y por medio de la ley NADIE será justificado delante de Dios, pues por medio de la ley tenemos el conocimiento del pecado. La ley de Moisés no puede justificar a nadie, sino que nos condena a muerte y luego nos lleva al Mesías Jesús para recibir la justificación y la vida eterna:

¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús" (Gal.3:2126).

Como puede ver, por medio de la sangre del Mesías Jesús somos justificados delante de Dios. La ley (la toráh) no puede justificar ni vivificar a NADIE, pues la ley o toráh de Moisés sirve solo como ayo para llevarnos al Mesías Jesús, a fin de que seamos justificados solamente por medio de la fe, ¡no por las obras de la ley!, y venida la fe ya no estamos bajo el ayo, es decir, ya no estamos bajo la ley. Los judaizantes anticristianos, sin embargo, tienen por inmunda la sangre del Hijo de Dios, pues según ellos dicha sangre del Mesías no nos justifica delante de Dios, sino que enseñan que el cumplimento de la ley (la toráh) es lo que nos justifica delante de Dios. Por lo tanto, ¡¡ellos están bajo la condenación, ya que rechazan el único medio de justificación delante de Dios: la fe en el Mesías Jesús!!, y de esta forma rechazan la justicia de Dios, e intentan establecer la suya propia justicia (Ro.10:3).

Yo jamás he dicho que la toráh o ley de Moisés esté muerta o abolida, ¡somos los santos de Dios los que hemos muerto a la ley, por medio del cuerpo del Mesías!, léalo:

"Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra." (Ro.7:4-6).

¿Lo ha leído bien?. Pablo no dijo por ninguna parte que la ley o toráh hubiera muerto, ¡sino que somos nosotros, el verdadero pueblo de Dios, los cristianos, los que hemos muerto a la ley, mediante el cuerpo del Mesías, y así hemos sido librados de esa ley, y ahora estamos bajo el régimen o dominio nuevo del espíritu, y no bajo el régimen viejo de la letra, y por letra Pablo se estaba refiriendo a la ley de Moisés grabada en letras de piedra. Los judaizantes anticristianos, sin embargo, aun están bajo el régimen viejo de la letra (la ley), sin embargo, la letra (la ley) mata, pero el espíritu da la vida:

"el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica." (2Co.3:6).

Los falsos nazarenos ebionitas, sin embargo, sois ministros incompetentes del viejo pacto, no del nuevo pacto. Esos judaizantes anticristianos no tienen el espíritu santo, ni están bajo el régimen nuevo del espíritu, sino que aún viven bajo el régimen viejo de la letra, la ley, ¡y la ley mata, no da la vida!

 

LOS JUDAIZANTES EBIONITAS  ACUSAN AL APOSTOL PABLO DE SER UN SINCRETISTA  MITRAISTA PAGANO

Los falsos nazarenos ebionitas y anticristianos dicen lo siguiente:

"El problema es que la cristiandad (invento del autoproclamado y falso apóstol, Saulo, que no es más que un sincretismo entre el mitraísmo romano y el judaísmo enseñado por Yeshúa), enseña que "sino crees en el Hijo divino de Dios irás al infierno", ¡que mentira!."

Eso que dicen los judaizantes ebionitas es uno de los mayores disparates y mentiras que los hijos de Satanás puedan decir. El verdadero Cristianismo no tiene que ver absolutamente nada con el mitraismo romano ni el sincretismo romano, ¡es el FALSO cristianismo, encabezado por la iglesia católica romana, lo que sí se parece a esas religiones falsas del paganismo romano!.

Eso que dicen los ebionitas anticristianos, de que es mentira enseñar que quien no cree en el Hijo divino de Dios se irá al infierno, es una abominable mentira. Veamos lo que dijo el propio Hijo de Dios:

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios." ... El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.(Jn.3:16-18, 36).

Como puede ver, la salvación o condenación depende de creer o rehusar creer en el Hijo de Dios. Quien cree en el Verbo divino, el Hijo de Dios, tiene vida eterna, pero quien rehúsa creer en el Hijo de Dios será condenado, nunca verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Los judaizantes ebionitas no creen en el Verbo divino hecho carne, el Hijo de Dios, por lo tanto, ¡ellos están bajo la condenación, y la ira de Dios pesa sobre ellos cual espada de Damocles!

Esos falsos "nazarenos" afirman que el Mesías Jesús es solo un hombre, sin nada de divinidad. Según ellos esa divinidad de Jesús fue inventada por el catolicismo y el emperador romano Constantino en el Concilio de Nicea del año 325. Eso que dicen ellos es una de las mayores mentiras y disparates que los tipos mas embusteros puedan inventar, ya que la divinidad del Mesías Jesús era aceptada y creída por todos los verdaderos cristianos de los primeros siglos mucho tiempo antes del Concilio de Nicea en el año 325. Esto lo puede comprobar cualquiera leyendo los escritos de los llamados "padres de la iglesia" de los siglos 1, 2 y 3, los cuales enseñaban claramente la divinidad del Mesías Jesús. Por lo tanto, eso que ellos dicen, de que la divinidad del Mesías fue inventada en el Concilio de Nicea del año 325, es una espantosa patraña inventada por los hijos del padre de la mentira, el diablo. Por cierto, esa misma mentira repugnante es la que se enseña en esa bazofia de libro repleta de mentiras llamado el "Código Davinci".

El propio Nuevo Testamento enseña bien claro la divinidad del Mesías Jesús, además de su humanidad. Esto donde más claramente se ve es en el pasaje de Filipenses 2:6-11. En este pasaje el apóstol Pablo (no el Concilio de Nicea del año 325) dijo bien claro que el Mesías ya existía EN FORMA DE DIOS ANTES DE HACERSE HOMBRE, es decir, Pablo enseñaba la preexistencia divina del Mesías Jesús. Después Pablo dijo que el Mesías se despojó a sí mismo de su gloria y divinidad, y se hizo hombre, para poder morir en la cruz. Es decir, Pablo dijo bien claro que cuando Jesús vivió en la tierra era solamente un HOMBRE, ya que él se despojó a sí mismo de esa gloria y divinidad que tenía juntamente con el Padre desde antes de la fundación del mundo (Jn.17:5). Después el Dios Padre resucitó a su Hijo al tercer día, y este recobró esa gloria y divinidad que tenía antes de hacerse hombre. Por lo tanto, la divinidad del Hijo de Dios es muy clara en el Nuevo Testamento, así como su humanidad. Jesús obviamente no es el Dios supremo, el Padre, sino el DIOS UNIGÉNITO (Jn.1:18), es decir, el Hijo de Dios, el Verbo divino (Jn.1:1), y este Verbo divino, que es Jesús (Ap.19:13), se hizo carne, hombre, y habitó entre nosotros (Jn.1:14). Los que niegan que el Verbo divino se hiciera hombre tienen la doctrina del ANTICRISTO, que es la doctrina que los falsos nazarenos judaizantes enseñan (1Jn.2:18-22), ya que ellos niegan que el Verbo divino se hizo hombre. Repito, eso que ellos enseñan, de que la divinidad del Mesías Jesús fue inventada en el siglo 4, en el Concilio de Nicea, es histórica y bíblicamente una burda mentira del diablo, una gran patraña, ya que el Nuevo Testamento habla claramente de la divinidad del Mesías Jesús, y así fue creída por todos los verdaderos cristianos de los primeros siglos. En el Concilio de Nicea simplemente se CONFIRMÓ esa creencia general de todos los verdaderos cristianos de los primeros siglos, ¡pero no se inventó la divinidad del Mesías!

Esos ebionitas judaizantes y anticristianos enseñan que los primeros discípulos del Mesías jamás reconocieron a Jesús como Dios, sino solo como hombre y como Mesías. Eso que ellos dicen es una burda mentira del diablo. Después de la resurrección de Jesús los discípulos sí que reconocieron al Mesías Jesús como su DIOS Y SEÑOR, léalo:

"Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron." (Jn.20:27-29).

En ese pasaje Tomás reconoció que Jesús resucitado era SU DIOS Y SEÑOR, ¡¡¡Dios y Señor!!!, y Jesús no le reprendió porque le llamara Dios y Señor, sino que le reprendió porque para reconocer eso Tomás tuvo que ver a Jesús resucitado y tocarlo. Esta divinidad del Mesías resucitado fue reconocida por TODOS los apóstoles del Mesías Jesús. Por ejemplo, Pedro dijo bien claro que Jesús es nuestro DIOS Y SALVADOR:

"Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo" (2Pe.1:1).

Juan también creía que Jesús es Dios, pues él le llamó EL VERBO, y dijo que el Verbo era DIOS (Jn.1:1), y en Apocalipsis 19:13 Juan dijo bien claro que el Verbo es el Señor Jesucristo, ¡no el propósito de Dios! Y en Juan 1:18 Juan dijo que Jesús es el DIOS UNIGÉNITO, como dicen los mejores manuscritos del Nuevo Testamento.

Y el apóstol Pablo también enseñó que Jesús es Dios. En Filipenses 2:6 dijo que Jesús existía en FORMA DE DIOS, otras versiones dicen que él era de CONDICIÓN DIVINA. En Hebreos 1:8-9 al Hijo le llama DIOS, y dice que el Dios Padre es el Dios del Hijo, es decir, este pasaje de Hebreos 1:8-9 menciona muy claramente a los DOS DIOSES, EL PADRE Y EL HIJO, pero siendo el Padre el Dios supremo, el Dios del Hijo. Y en Tito 2:13 Pablo llamó claramente a Jesús NUESTRO GRAN DIOS Y SALVADOR, tal como dice literalmente el texto griego de ese pasaje. En fin, eso que enseñan esos mentirosos judaizantes anticristianos, de que los apóstoles jamás creyeron en la divinidad del Mesías Jesús, es una mentira satánica que solo el padre de la mentira les pudo haber metido en la cabeza.

Esos judaizantes anticristianos que se hacen pasar por nazarenos suelen decir esta salvajada diabólica:

"El problema surgió cuando un hipócrita, un mentiroso, llamado Saulo, se infiltró en la comunidad del Mesías, y mezclando su satánica doctrina mitraica, antisemita, anti Torá e idolátrica (en resumen: todo lo opuesto a lo que predicó Yeshúa) con judaísmo, confundió a los que querían seguir a Mashíaj, y pervirtió las enseñanzas de nuestro Mashíaj."

Eso que dicen esos embusteros ebionitas, de que Pablo era un antisemita, un mentiroso, un hipócrita, un idólatra y un anti toráh (antiley) es una acusación tan espantosamente grave y falsa, que por esa asquerosa calumnia contra Pablo esos engañadores judaizantes darán cuenta delante del Tribunal de Dios en el día del Juicio. Todas esas acusaciones son falsas, son puras calumnias inspiradas por el mismo diablo al cual ellos sirven. Pablo siempre dijo la verdad, nunca fue un hipócrita, jamás fue un idólatra, ya que él solo adoraba al Dios Padre, y jamás fue un anti toráh, ya que él dijo bien claro que estaba BAJO LA LEY DEL MESIAS:

"No estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley del Mesías" (1Co.9:21).

Solo un hijo del diablo puede decir todas esas calumnias contra el apóstol Pablo. Esos falsos nazarenos judaizantes realmente no tienen ni remota idea de lo que enseñó el apóstol Pablo, o sencillamente pervierten las palabras de Pablo, algo que ya Pedro mencionó, cuando habló de los falsos maestros judaizantes y anticristianos:

"Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición." (2Pe.3:15-16).

Los modernos judaizantes anticristianos rechazan y retuercen las palabras del apóstol Pablo, para su propia perdición, ¡y estas palabras las dijo el apóstol PEDRO!, al cual los ebionitas judaizantes consideran un verdadero apóstol del Mesías!, es decir, hasta Pedro acusa a esos judaizantes embusteros e hijos del diablo, ¡ya que Pedro si que creía en el apostolado de Pablo, y reconocía su autoridad y sabiduría en sus epístolas!, algo que los ebionitas judaizantes no hacen.

Los ebionitas judaizantes anticristianos acusan falsamente a Pablo de enseñar el mitraismo romano. Según esos calumniadores, el apóstol Pablo engañaba a judíos y cristianos para que adoraran dioses falsos. Esa apestosa calumnia es tan falsa y estúpida, que se cae por su propio peso, ya que el apóstol Pablo enseñaba solamente que hay un Dios Creador supremo, que es el Padre, el origen de todas las cosas, siendo Jesús el MEDIADOR, por medio del cual son todas las cosas (1Corintios 8:6). Pablo jamás predicó a un dios falso, sino al Dios Padre, y a su Hijo, el Mesías, como nuestro Señor y Salvador. Para esos judaizantes ebionitas la ley o toráh es pura basura, ya que ellos la  QUEBRANTAN  CONSTANTEMENTE con sus mentiras y falsos testimonios.

Esos engañadores ebionitas enseñan que el apóstol Pablo predicaba a un dios falso romano llamado Mitra, el cual formaba parte de una trinidad de dioses falsos, y al cual –según ellos- Pablo llamaba Jesús.

Como ya he dicho muchas veces, esos engañadores ebionitas no tienen ni idea de la doctrina y de la teología enseñada por el apóstol Pablo. Lo que ellos dicen del apóstol Pablo son puras falsedades, calumnias e idioteces salidas de una mente enferma y diabólica. Pablo JAMÁS predico a un falso dios trino, ni mucho menos al falso dios romano Mitra, sino que él predicaba al Señor Jesucristo, y diciendo que el Dios Padre es el origen de todas las cosas, siendo Jesús el mediador, por medio del cual son todas las cosas (1Corintios 8:6). Pablo jamás predicó lo que ellos dicen.

Esos judaizantes ebionitas y anticristianos enseñan que Jesús era solo un hombre, y dicen que Pablo nunca enseñó que Jesús fuera un hombre, pero resulta esos ebionitas mienten, ya que Pablo enseñó que Jesús es también un hombre, léalo:

"Porque hay un Dios, y un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre," (1Tm.2:5).

En otros pasajes Pablo, al hombre Jesús, también le dio el título de Dios (Tito 2:13, Filp.2:6-7, Heb.1:8-9), pero resulta que este título de Dios la Biblia enseña bien claro que también lo pueden tener ciertos hombres de Dios. Por ejemplo, en Isaías 9:6 se dice bien claro que el Mesías (que es un hombre) también sería llamado DIOS FUERTE. En el Pentateuco IEVE también le dio el título de Dios a Moisés, ya que Moisés tenía el poder de Dios (Exo.4:16), y los jueces de Israel también tenían el título de dioses, o hijos del Altísimo (Salm.82:1, 6). Por lo tanto,¡¡según el Tanaj (el Antiguo Testamento) un hombre con el poder de Dios puede ser llamado perfectamente Dios!!, ya que el título de “dios” es -según la Biblia- un título de poder, es decir, un dios es un ser poderoso, pues el poder de Dios reside en él. Por lo tanto, esos falsos nazarenos ebionitas ni siquiera creen las propias Sagradas Escrituras Hebreas, el Tanaj. Ellos dicen creer en estas Santas Escrituras, pero es mentira, ello no creen en ellas, porque ellos son hijos de su padre el diablo.

La enseñanza teológica del apóstol Pablo estaba en total armonía con esta enseñanza teológica del Tanaj, el Antiguo Testamento, no había ninguna diferencia. Jesús era un ser poderoso, un dios, que existía antes de nacer como hombre, él era conocido en el Tanaj como EL ÁNGEL DE IEVE, el cual se aparecía a los hombres con el nombre de IEVE, ya que el nombre de IEVE estaba en él:

"He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él." (Ex.23:20-21).

Este ángel o Mensajero (Malac) de IEVE, y que también se llama IEVE, era el que se aparecía a los seres humanos (Gen.18:1-33, etc.). Siglos después este ser divino, el IEVE menor, se hizo hombre, y habitó entre nosotros (Jn.1:1, 14), ya que él se despojó de su gloria y divinidad que tenía juntamente con el Padre, desde antes de la fundación del mundo (Jn.17:5), y se hizo un hombre (Filp.2:6-7). Por lo tanto, la doctrina del apóstol Pablo era la misma que se enseña en el Antiguo Testamento, el Tanaj. Pablo enseñaba la existencia de estos dos seres divinos o dioses, llamados IEVE, tal como se enseña en el Tanaj. El IEVE mayor es el Dios Padre, el Creador de todas las cosas, y el único Dios que es adorado en espíritu y en verdad (Jn.4:23-24), siendo Jesús el IEVE menor, el Hijo, el cual es el enviado del Dios Padre. Cualquiera que conozca el Tanaj (el cual desconocen los ebionitas anticristianos), podrá comprobar perfectamente la existencia de estos dos dioses llamados IEVE, uno mayor, el Padre, y el otro menor, el Hijo. Muchos judíos religiosos a través de los siglos han conocido esta enseñanza del Tanaj sobre los dos dioses, y ellos hablan de estos dos seres divinos o dioses mencionados en las Escrituras Hebreas, muchos de estos judíos religiosos llamaban y aun llaman a este segundo IEVE "el Metatrón", es decir, un ángel (enviado) muy especial de IEVE, el cual es superior al resto de los demás ángeles, y que representa a IEVE el Padre. Sin embargo, lo que esos judíos religiosos aun no saben es que este IEVE menor, el Hijo de Dios, se hizo hombre, y habitó entre nosotros (Jn.1:14), y por eso es que esos judíos religiosos le condenaron a muerte a Jesús, por decir que era este Hijo de Dios mencionado en el Tanaj:

"Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.
Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte!" (Mt.26:63-66).

¿Lo has leído bien?. El sumo sacerdote judío le preguntó a Jesús si él era el Hijo de Dios, es decir, EL SUMO SACERDOTE JUDÍO SABÍA PERFECTAMENTE QUE EL TANAJ HABLA DE UN HIJO ESPECIAL DE DIOS, y entonces él le preguntó a Jesús si era ese Hijo de Dios. Jesús le respondió que sí, y entonces todos esos judíos religiosos le condenaron a muerte. Por lo tanto, ¡Jesús era y es ese Hijo de Dios, o Dios, mencionado en el Tanaj!. Este Hijo de Dios, o ser divino, se hizo hombre, y por eso es que esos judíos malvados le condenaron a muerte, ¡porque no querían aceptar ni creer quien era Jesús!

 

HECHOS 21:20-24

Esos ebionitas anticristianos y judaizantes enseñan que Pablo era un mentiroso, un oportunista e hipócrita, y para demostrar esa acusación falsa contra Pablo ellos citan Hechos 21:20-24. Pero como dijo Pedro, los indoctos pervierten las palabras de Pablo, para su propia perdición. Veamos:

En Hechos 21:20-24 Pablo de ninguna manera demostró ser mentiroso, oportunista o hipócrita, él simplemente puso en práctica estas sabias palabras que él mismo dijo:

"Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley" (1Cor. 9:20).

Pablo simplemente se hacía a los judíos, como judío que era, para ganar a los judíos, y por eso es que Pablo cumplió con esos ritos judaicos mencionados por Jacobo en Hechos 21:20-24. Luego, en Hechos 21:26 vemos como Pablo, para ganar a los judíos, cumplió con esos ritos de la ley:

"Entonces Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, cuando había de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos." (Hch.21:26).

Pablo no cumplió esos ritos de la ley porque él estuviera bajo la ley, sino solamente lo hizo para ganar a los judíos que estaban bajo la ley, ya que Pablo dijo bien claro que él no estaba bajo la ley (la toráh), sino bajo LA LEY DEL MESIAS:

"No estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley del Mesías" (1Co.9:21).

Fíjese bien, Pablo no dijo que él estuviera sin ley, ¡él no era anti toráh!, sino que dijo bien claro que NO ESTABA SIN LEY DE DIOS, SINO BAJO LA LEY DEL MESIAS, y esa ley del Mesías no es la ley de Moisés, sino la LEY DEL ESPÍRITU, es decir, Pablo estaba bajo el régimen nuevo del espíritu, y no bajo el régimen viejo de la letra (la ley):

"Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra." (Ro.7:4-6).

¡El régimen nuevo del espíritu es la LEY DEL MESIAS!, y esta ley del espíritu no tiene que ver nada con el régimen viejo de la ley de Moisés, por eso es que Juan dijo bien claro que la ley por medio de Moisés fue dada, pero LA GRACIA Y LA VERDAD VINIERON ÚNICAMENTE POR MEDIO DE JESÚS, EL MESIAS (Jn.1:17). En este pasaje Juan hizo una clara diferencia entre la ley de Moisés, y la Gracia del Señor Jesús. ¡La Gracia de Dios y la verdad no vinieron por medio de la ley de Moisés, sino solo por Jesús!. Esto destroza completamente toda esa basura de teología judaizante, falsa y anticristiana. Los judaizantes anticristianos no están bajo la Gracia, sino bajo la ley de Moisés, ¡y por esa ley de Moisés ellos serán juzgados!, y como la ley o toráh no puede justificar ni salvar a nadie, entonces esta les CONDENARÁ, ya que este ministerio de la ley es un ministerio de muerte y condenación, ¡¡no de justificación ni de salvación!!:

"Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación." (2Co.3:7-9).

Como puede ver, Pablo hizo una clara separación entre los dos ministerios: el de la ley (la toráh de Moisés), y el de la justificación, que es el ministerio del espíritu. El ministerio de la ley, grabado en tablas de piedra y entregado a Moisés en el Sinaí, es un ministerio de muerte y condenación, ya que la ley de Dios, la toráh, nos mata, nos condena a muerte, ¡no nos da la vida!, mientras que el ministerio del espíritu es el ministerio de la justificación, una justificación para con Dios que recibimos solamente por medio de la fe en el Mesías Jesús, ¡no por las obras de la ley!.

 

LO QUE DIJO JESÚS AL JOVEN RICO

Jesús le dijo a un joven rico que para tener la vida eterna tenía que guardar los mandamientos de la ley porque le estaba diciendo exactamente lo mismo que dijo el apóstol Pablo, el cual dijo lo siguiente:

"Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley,
hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu." (Gal.3:10-14).

Lea atentamente esas palabras de Pablo, y especialmente lo que he subrayado en rojo. Resulta que es la propia ley, la toráh, la que dice que maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley para hacerlas, por lo tanto, cualquier punto de las 600 y pico leyes de Moisés que quebrantemos, ¡ya nos convertimos en malditos para Dios!. Por lo tanto, esos judaizantes anticristianos que pretenden justificarse por medio de las obras de la ley son unos malditos delante de Dios, ¡¡ya que ellos no permanecen en todas las cosas escritas en el libro de la ley para cumplirlas!!, es decir, ¡la ley o toráh les está maldiciendo y condenando a muerte por quebrantarla!

Seguidamente Pablo citó otro pasaje del Tanaj (Antiguo Testamento) y dice que EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ (Hab.2:4) ¿lo entiende?, el Tanaj dice bien claro que la vida la tendremos por la FE, ¿y por qué por la fe y no por la ley?, porque sencillamente LA LEY NO ES DE FE, pues la ley dice esto: "EL QUE HICIERE ESTAS COSAS, VIVIRÁ POR ELLAS", lo cual es exactamente lo mismo que Jesús le dijo al joven rico que quería saber cómo tener la vida eterna, es decir, una persona que cumpliera perfectamente la ley tendría la vida eterna, pero resulta que nadie cumple la ley, NADIE permanece en todas las cosas escritas en el libro de la ley para cumplirlas, por eso es que TODOS hemos pecado, porque TODOS somos culpables delante de Dios. Y por eso es que seguidamente el apóstol Pablo dijo seguidamente bien clarito que el Mesías Jesús NOS REDIMIÓ DE ESA MALDICIÓN DE LA LEY, hecho por nosotros maldición cuando fue colgado en el madero, para que de esta manera la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, para que POR LA FE recibamos la promesa del espíritu. ¿Lo ha entendido? La Ley nos maldice y nos condena a muerte por no cumplirla, sin embargo, Jesús vino para redimirnos de esa maldición de la ley y para darnos la vida eterna, por medio de la fe en él, no por las obras de la ley, ya que por las obras de la ley nadie será justificado delante de Dios, pues por medio de la ley tenemos el conocimiento del pecado. Y esta es la razón por la cual Jesús dijo esas palabras de Mateo 19:16-17 al joven rico que quería saber como tener la vida eterna, es decir, ¡¡Jesús simplemente le estaba diciendo que si cumplía todos los mandamientos de la ley de Dios tendría la vida eterna!!, pero resulta que TODOS hemos quebrantado esos mandamientos de la ley de Dios, y por lo tanto, la ley nos maldice y condena a muerte, pero Jesús con su muerte nos redime de la maldición de la ley y nos da la vida eterna por medio de la fe. Por eso es que el Tanaj dice bien clarito: EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ (Habacuc 2:4). Palabras que citó el apóstol Pablo. Esos falsos nazarenos ebionitas sencillamente están bajo la condenación, la condenación de la ley, y por lo tanto, JAMÁS heredarán el Reino de Dios ni tendrán la vida eterna.

 

APOCALIPSIS 2:2

Los judaizantes ebionitas anticristianos enseñan que Pablo era un falso apóstol, porque Jesús felicitó a la iglesia de Efeso por haber rechazado a los falsos apóstoles (Ap.2:2), y como Pablo predicó el Evangelio de la Gracia de Dios en Efeso, entonces -según ellos- Pablo era un falso apóstol.

Sinceramente, solo un retrasado mental de alto grado puede dar un argumento tan falso y estúpido como ese. En ese pasaje del Apocalipsis Jesús NO DIJO POR NINGUNA PARTE QUE PABLO FUERA UNO DE ESOS FALSOS APÓSTOLES, eso se lo inventan esos judaizantes anticristianos. Si Pablo hubiera sido un falso apóstol, entonces Jesús lo habría dicho en ese pasaje de Apocalipsis 2:2.

¿Quiénes eran entonces esos falsos apóstoles?, pues sencillamente estos mencionados por Pablo:

"Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo." (2Co.11:13)

Esos falsos apóstoles eran precisamente los judaizantes, los cuales viajaban por la región de Acaya y Efeso predicando su falso mensaje judaizante, es decir, ¡esos falsos apóstoles eran los llamados ebionitas procedentes de Jerusalén!, los judaizantes que más tarde se conocieron como "ebionitas", los cuales se hacían pasar por apóstoles del Mesías y por nazarenos!, sin embargo, eran unos embusteros y falsos apóstoles enviados por Satanás para apartar a la gente del verdadero Evangelio de la Gracia de Dios predicado por Pablo y por el resto de los apóstoles de Jerusalén.

Pablo era un verdadero apóstol del Mesías por las siguientes razones:

"El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre." (Hch.9:15).

Observemos que esas palabras las dijo el propio Señor Jesús (no fueron palabras dichas por Pablo), el cual escogió a Pablo para llevar su nombre a los gentiles, es decir, ¡Dios escogió a Pablo como apóstol o enviado! Por eso es que Pablo dijo estas palabras:

"Pablo, siervo de Jesucristo, he sido llamado a ser apóstol y apartado para anunciar el evangelio de Dios." (Ro.1:1, 1Co.1:1).

Por consiguiente, Pablo era un verdadero apóstol del Mesías Jesús, y la prueba de ello es que él tenía las SEÑALES DEL APÓSTOL:

"porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy. Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros." (2Co.12:11-12).

Como podemos ver, ¡Pablo tenía las marcas o señales del verdadero apóstol!, y esas marcas de apóstol eran las señales, prodigios y milagros que Pablo hacía, y que eran las mismas que Jesús otorgó a sus APÓSTOLES:

"Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán." (Mr.16:17-18).

¡Todas estas señales milagrosas las hizo el apóstol Pablo, y también los apóstoles de Jerusalén, por lo tanto, Pablo era un verdadero apóstol del Mesías Jesús!, al mismo nivel que el resto de apóstoles de Jerusalén. Negar la verdadera apostolicidad de Pablo es negar la verdad de Dios, y ponerse al lado de Satanás, el padre de la mentira, que es lo que hacen los perros judaizantes y anticristianos.

 

LO QUE DIJO PEDRO SOBRE EL APÓSTOL PABLO

Resulta que estos ebionitas judaizantes enseñan que Pedro (Cefas) sí que era un verdadero apóstol del Mesías Jesús. Pero vamos a ver, ¿es que esos falsos nazarenos judaizantes no han leído lo que dijo Pedro sobre el apóstol Pablo?, leámoslo:

"Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición." (2Pe.3:15-16).

Es decir, ¡¡Pedro reconocía el apostolado de Pablo, él creía en sus epístolas!!, y además equiparó esas epístolas de Pablo con el resto de las Sagradas Escrituras, porque dijo "como también las otras Escrituras", es decir, ¡para Pedro los escritos de Pablo eran parte de las Sagradas Escrituras!, pero ahora vienen esta pandilla de ebionitas judaizantes y anticristianos y dicen que ellos creen en el apóstol Pedro, pero no en Pablo.

 

VEAMOS LO QUE DICE UN VERDADERO NAZARENO

Leamos lo que ha dicho DavidBenYosef, un verdadero nazareno israelita en mi foro de teología bíblica judeo-cristiana:

Quiero aclarar a los foristas lo siguiente:

Yo me concidero un nazareno (en hebreo natzratim, nazaretano) un seguidor del Rabino Yeshúa de Natzrat (Nazareth) de ahí el término natzratim. He leído los comentarios del forista SergioSamuel y a pesar de que él dice ser 'también' nazareno, yo no comparto su opinión ni su visión e interpretación de los Escritos Apostólicos.

Voy a colocar un comentario a continuación para aclarar este asunto para que los demás foristas tengan un visión fundamentada de los argumentos de Sergio Samuel contra Shaul (Pablo) y su enseñanza, ya que eran los Ebionitas y no los 'Nazarenos' los que acusaron a Shaul de ser un apóstata, de modo que dependiendo de los argumentos que da el forista y el respaldo del siguiente comentario pueden tener una perspectiva histórica de sus argumentos que en nada representan lo que el movimiento nazareno pudiera ser. Quiero aprovechar para invitar a todos los foristas a investigar por Internet o en libros este movimiento para identificar los argumentos.

Una de las mejores descripciones antiguas que tenemos de los antiguos Nazarenos la hace el antiguo escritor Epifanio, quien dice de ellos: «Usan no sólo el Nuevo Testamento sino también el Antiguo Testamento... tienen la Buena Nueva de Mateo completa en hebreo. Porque está claro que todavía la preservan, en el alfabeto hebreo, como se escribió originalmente.» – Epifanio, Panarion 29.

Epifanio contrasta esta descripción de los Nazarenos con una descripción de los Ebionitas en la siguiente sección del Panarion. Epifanio describió a los Ebionitas como los que usaban una versión de Mateo que omitía los primeros dos capítulos y comenzaba con la historia del ministerio de Yojanán (Pan. 30:13:6). Epifanio anota que esto se debe a que la versión Ebionita de Mateo «no era muy completa sino falsificada y mutilada» (30:13:2). Esto está en contraste con los Nazarenos, de quienes dice que tenían el Mateo «completo». Además, mientras Epifanio dice de los Nazarenos que: «(...) Usan (...) el Nuevo Testamento...» (Epifanio, Panarion 20).
Ireneo escribe de los Ebionitas: «Pero los Ebionitas usan sólo (...) Mateo (...)» (Ireneo, Contra las Herejías 1:16:2).
De modo que los Nazarenos usaban el «Nuevo Testamento» y tenían a Mateo «completo» pero los Ebionitas usaban solamente Mateo en una versión que estaba «no completa sino falsificada y mutilada» de tal modo que, entre otras cosas, omitía la historia del nacimiento virginal en los primeros dos capítulos. Es importante notar que esta notable distinción (entre otras) distinguía a los Nazarenos de los Ebionitas. Debemos también preguntarnos qué quiso decir Epifanio cuando dijo: «Usan no sólo el Nuevo Testamento sino también el Antiguo Testamento (...) tienen la Buena Nueva según Mateo completa en hebreo. Porque está claro que ellos todavía la preservan, en el alfabeto hebreo, como se escribió originalmente» (Epifanio, Pan. 29)
Bueno, ciertamente parte de lo que él quiso decir fue que los Nazarenos no eran como los Ebionitas; en que ellos usaban el Nuevo Testamento completo incluyendo a Mateo que estaba completo y contenía los primeros dos capítulos (y por lo tanto el relato del nacimiento virginal). El libro de Epifanio, Panarión, es una lista de grupos que Roma había etiquetado de apóstatas. En ese libro Epifanio trata de desacreditar a cada uno de esos grupos. Un asunto que surge con frecuencia es que Epifanio no titubea en atacar a los grupos que rechazan libros o partes de libros que él [Epifanio] consideraba como apóstatas o cuestionables. Incluso cuestiona a los Nazarenos por usar el «Antiguo Testamento» junto al «Nuevo Testamento».
Si los Nazarenos hubieran rechazado todo o parte de lo que Epifanio conocía como el «Nuevo Testamento» entonces Epifanio no habría titubeado en hacer claro eso en su ataque a ellos. Mientras él aclara que ellos usaban el Mateo Hebreo en lugar del Mateo Griego (y yo creo que usaban la antigua Peshita también), no los cuestiona por su elección de los libros canónicos del Nuevo Testamento.
Ahora bien, siendo que Epifanio claramente no está en desacuerdo con el canon del Nuevo Testamento de los Nazarenos, si podemos determinar el canon del N.T. que Epifanio entendió como canónico, parece que también sabremos que libros usaban los Nazarenos como canon del N.T.
 

En este punto, quiero hacer notar que el falso reclamo de que los 27 libros que conocemos hoy en día como el canon del N.T. fue producto de Roma o que fue manipulado y alterado por monjes católicos romanos. Aunque es verdad que Roma reconoció oficialmente los 27 libros que llamamos el canon del N.T. en el Concilio de Cartago en el año 387 de la Era Común, este fue simplemente un acto de reconocimiento a los libros que ya estaban aceptados como canon. Ahora bien, la más antigua lista de libros del N.T. que concuerda con la nuestra exactamente la dio Atanasio de Alejandría en el año 367 E.C. Poco después Jerónimo y Agustín enlistaron también los mismos 27 libros. Ahora, en este punto, debo aclarar que existían dos cánones del N.T.
En el Oriente se usaba un canon de 22 libros (que no tenía a 2 de Pedro, 2 y 3 de Juan, Judas y Apocalipsis), mientras que en el occidente se usaban los conocidos 27 libros. Nótese que este canon oriental de 22 libros era el normativo [estándar] en el Imperio Parto, que colindaba con el Imperio Romano como rival y nunca estuvo bajo control romano. El historiador Eusebio (300-320) dió una lista de libros idéntica a nuestros 27, aunque omitió a Hebreos. Esto fue probablemente una omisión involuntaria porque en otros lugares él reconoce a Hebreos como una epístola Paulina.
Muchos antes de Orígenes (245 EC) habían hecho una lista de los libros que él llamaba libros «homologoumena» (reconocidos u homologados). Su lista no contiene 2 de Pedro, 2 y 3 de Juan, Judas y Hebreos. Sin embargo, esto puede haber sido un error porque en otros lugares él cita a 2 de Pedro como «escritura». Las únicas variaciones entonces serían entre el canon oriental de 22 libros y el canon occidental de 27 libros.
Anterior a ese tiempo, si rastreamos a los llamados «padres de la iglesia» de la cristiandad en retrospectiva hasta el siglo primero, encontramos que ellos citan como «Escritura» los mismos 27 libros que conocemos hoy día como el «Nuevo Testamento». Y si retrocedemos hasta los «tiempos del Nuevo Testamento», encontramos a Pablo citando a Mateo/Lucas junto a la toráh (Ley) como «escritura» (1Tim. 5:18 cita de Mat. 10:10=Luc. 10:7 con Deu. 25:4 como «escritura»).
También hallamos a 2Kefá [Pedro] refiriéndose a las Epístolas Paulinas como siendo torcidas por algunos como hacían con «las demás Escrituras» (2Kefá 3:15-16). De modo que en los tiempos del N.T. parece que al menos Mateo y/o Lucas y las epístolas Paulinas ya se habían canonizado. En otras palabras, al igual que el Tanák, las diversas secciones del N.T. se iban canonizando según salían. Ahora bien, cuando Epifanio escribió en el año 370 EC acerca de los Nazarenos: «ellos usan no sólo el Nuevo Testamento sino también el Antiguo Testamento (...) tienen la Buena Nueva de Mateo completa en hebreo. Porque es claro que aún la preservan en el alfabeto hebreo como se escribió originalmente» (Epifanio, Pan. 29), es algo claro que él está diciendo que
los antiguos Nazarenos usaban los mismos libros del Nuevo Testamento que hoy día conocemos como el Nuevo Testamento.”
 

Como podemos ver, ese verdadero nazareno,  DavidBenYosef, ha dado en mi foro las pruebas irrefutables e históricas que demuestran que los nazarenos del siglo uno no tenían que ver nada con los ebionitas judaizantes. Estos rechazaban todos los escritos del Nuevo Testamento, excepto Mateo, y además, un Mateo falsificado, sin embargo, los verdaderos nazarenos, es decir, los cristianos, sí que creían en todos los 27 libros del Nuevo Testamento, incluidas las epístolas de Pablo. Esto significa que cuando esos actuales ebionitas afirman que ellos son nazarenos ¡están mintiendo como bellacos!, sencillamente se hacen pasar por nazarenos, para poder engañar a los verdaderos nazarenos, es decir, a los verdaderos cristianos.

 

¡SON PALABRAS DEL PROPIO MESÍAS JESÚS!

 

Los embusteros ebionitas judaizantes dicen que nosotros los cristianos solo citamos las palabras de Pablo para demostrar su verdadera apostolicidad. Eso que ellos dicen es una gran mentira. ¡¡Es el propio Mesías Jesús quien escogió a Pablo para ser su apóstol!!, leámoslo:

"Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo." (Hch.9:13-17).

En este importante pasaje vemos como un discípulo del Señor Jesús que vivía en la ciudad de Damasco, llamado Ananías (no Pablo), tuvo en sueños una aparición del Señor Jesús, el cual le dijo bien claro que él había escogido a Pablo para enviarlo a los gentiles y al pueblo de Israel predicando su nombre, es decir, ¡el mismo Hijo de Dios resucitado dijo a Ananías que Pablo era su enviado o APÓSTOL!. Entonces Jesús envió a Ananías para sanar de la vista a Pablo, y para que le impusiera las manos y fuera lleno del espíritu santo, es decir, del poder de Dios. Por lo tanto, no fue Pablo quien se hizo a sí mismo apóstol, sino que fue el propio MESÍAS JESÚS quien escogió a Pablo para ser su apóstol o enviado a todas las naciones, y para que fuera lleno del espíritu santo. Por lo tanto, cuando esos embusteros ebionitas anticristianos enseñan que Pablo era un falso apóstol y un enviado de Satanás ¡están blasfemando contra el mismo Hijo de Dios!, diciendo que el propio Mesías Jesús es Satanás. Si estos modernos ebionitas judaizantes no se arrepienten de sus mentiras y blasfemias lo que les espera al final será el lago de fuego, donde irán a parar todos los blasfemos y embusteros:

“Pero los cobardes e incrédulos,  los abominables y homicidas,  los fornicarios y hechiceros,  los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre,  que es la muerte segunda.” (Ap.21:8).

El apóstol Pedro y el resto de apóstoles de Jerusalén creían sin duda alguna en el apostolado de Pablo y en sus escritos como Palabra de Dios, y todos ellos predicaban exactamente el mismo Evangelio de la Gracia de Dios predicado por Pablo. Esto lo podemos ver en dos pasajes: Hechos 15:11 y en Gálatas 2:9. En el primer pasaje Pedro, en representación de todos los apóstoles de Jerusalén, dijo bien claro que todos creían que judíos y gentiles seremos salvos por LA GRACIA DEL SEÑOR JESÚS, EL MESIAS, y no por las obras de la ley, y además enseñaron que los creyentes gentiles no tenían que guardar nada de esa ley de Moisés (Hch.21.25). ¡Este era exactamente el mismo Evangelio que predicaba el apóstol Pablo! (Hch.20:24). Pablo enseñaba lo mismo que Pedro y el resto de los apóstoles de Jerusalén. Él predicaba el Evangelio de la Gracia de Dios, y enseñaba que la justificación para con Dios no es por la obras de la ley, sino por la Gracia de Dios, por medio de la fe en el Señor Jesús. Por lo tanto, esos ebionitas anticristianos mienten como bellacos cuando dicen que Pablo predicaba un mensaje diferente al predicado por los apóstoles de Jerusalén. Pero la prueba más grande de que Pablo y el resto de los apóstoles de Jerusalén predicaban el mismo Evangelio de la Gracia de Dios la tenemos en Gálatas 2:9, donde se dice que Pedro, Jacobo y Juan, que eran los tres principales líderes (columnas) de la iglesia de Jerusalén, reconocieron que Pablo era un verdadero apóstol del Mesías Jesús, y que él predicaba el mismo Evangelio que ellos, y por eso es que le dieron la diestra en señal de unidad doctrinal y compañerismo, y establecieron dos campos de misión: Pablo se iría a predicar el Evangelio a los gentiles, y los apóstoles de Jerusalén predicarían el Evangelio a los judíos, la circuncisión.

 

LA SEGUNDA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PEDRO

Como ya vimos más arriba, el apóstol Pedro, en su segunda epístola, reconocía el apostolado de Pablo, le llamaba “amado hermano Pablo”, y enseñaba que las epístolas de Pablo formaban parte de la Sagrada Escritura (2Pe.3:15-16). Ahora bien, como esto destroza totalmente la doctrina falsa de estos modernos judaizantes ebionitas anticristianos, entonces ellos se dedican a desprestigiar esa segunda epístola de Pedro, diciendo que es falsa, que no la escribió Pedro, sino un embustero farsante que se hacía pasar por el apóstol Pedro. Esos engañadores ebionitas afirman el estilo literario de la segunda epístola de Pedro es muy diferente al de la primera epístola de Pedro. Este argumento falso, que ya es muy antiguo, fue inventado por los ebionitas judaizantes de los siglos 2 o 3, y es un argumento absolutamente falso y estúpido. El estilo literario de la primera epístola de Pedro es el mismo que el de la segunda epístola, no hay ninguna diferencia de estilo, la única diferencia es que Pedro, en su segunda epístola, habló del día del Señor, lo cual no menciona en su primera epístola, pero esto no es ningún cambio de estilo literario, es simplemente un CAMBIO DE TEMA. Pero como esos ebionitas son tan necios no saben la diferencia que existe entre un cambio de estilo literario, y un cambio de tema. Pondré un sencillo ejemplo para que el lector vea como el estilo literario de la primera y segunda epístolas de Pedro es el mismo: Pedro comienza su primera epístola de esta manera:

"Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas." (1Pedro 1:1-2).

Y la segunda epístola de Pedro comienza de esta manera:

"Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra: Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús." (2Pedro 1:1-2).

Como podemos ver, en las dos epístolas Pedro se identifica a sí mismo como apóstol de Jesús, el Mesías, y para aclarar que en su segunda epístola es el mismo Pedro añade además SIMÓN Pedro, que era el nombre de Pedro antes de ser llamado Pedro, ¡¡como si Pedro ya supiera de antemano que en el futuro algunos dudarían de la autoría de esta segunda epístola suya, negando que él la escribiera!!, y por eso es que Pedro lo aclaró, diciendo que él era Simón Pedro, el mismo autor de la primera epístola, y además dijo bien claro que él era el mismo Pedro que estuvo con Jesús en el monte de la transfiguración:

"Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo." (2Pedro 1:16-18).

En este pasaje Pedro se incluyó entre los tres apóstoles que estuvieron con Jesús cuando este se transfiguró en lo monte, lo cual confirma una vez más que el autor de esta segunda epístola de Pedro era el mismo apóstol Simón Pedro. Por lo tanto, es completamente falso y aberrante negar que el autor de esta segunda epístola fuera el apóstol Pedro. Ciertamente algunos herejes papistas y protestantes también niegan que el autor de esta segunda epístola fuera el apóstol Pedro, pero esta negación no tiene fundamento bíblico ni histórico alguno, sino que solamente es fruto de la ignorancia bíblica, o algo peor, de esa sectas falsas y apóstatas. Pero no solo esto, en las dos epístolas Pedro menciona la misma frase: "Gracia y Paz os sean multiplicadas", indicando así que el autor de la segunda carta es el mismo autor de la primera. Por lo tanto, es evidente que el autor de esta segunda epístola es exactamente el mismo autor de la primera: SIMÓN PEDRO. Solo los falsos maestros o ignorantes supinos pueden enseñar que la segunda epístola de Pedro no fue escrita por Pedro, ¡no existe ninguna razón ni argumento válido para negar que la segunda de Pedro no fuera escrita por el apóstol Pedro!. La doctrina falsa de que la segunda epístola de Pedro no fue escrita por Simón Pedro, sino por un embustero y farsante que se hacía pasar por el apóstol Pedro, procede solo de la ignorancia o de la maldad de algunos apóstatas anticristianos, como los ebionitas.

Ahora bien, resulta que el apóstol Pedro, en su segunda epístola, habló claramente de Pablo, y dijo que era un verdadero apóstol, y que su epístolas estaban inspiradas por el espíritu santo, COMO EL RESTO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO:

"Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición." (2Pe.3:15-16).

En este pasaje vemos como el apóstol Pedro llama a Pablo "nuestro amado hermano Pablo", y dice que Dios le ha escogido y le ha dado sabiduría, quedando reflejada esa sabiduría divina en las epístolas de Pablo, las cuales hay algunas difíciles de entender, y que los indoctos y de mente débil tuercen, así como las otras Sagradas Escrituras, para su propia perdición, es decir, lo que Pedro estaba diciendo es que aquellos que rechazan o retuercen las epístolas de Pablo se perderán, y esto es lo que hacen los ebionitas falsarios que se hacen pasar por nazarenos, los cuales rechazan las epístolas de Pablo, para su propia perdición.

Y respecto a ese argumento ebionita de que la segunda epístola segunda de Pedro no pudo ser escrita por Pedro, porque Pedro y Pablo tenían divergencias doctrinales, es un argumento falso, estúpido y diabólico, ya que en Hechos 15:11 Pedro dijo bien claro que los apóstoles de Jerusalén, incluido Pedro, predicaban el Evangelio de la Gracia de Dios, ¡el mismo Evangelio que predicaba Pablo (Hch.20:24)!, y en Gálatas 2:9 Pedro, Jacobo y Juan dieron a Pablo y Bernabé la mano derecha, como señal de ACUERDO TOTAL en cuestiones de doctrina. Por lo tanto, decir que Pedro y Pablo tenían diferencias doctrinales es una burda mentira del diablo, además de una gran idiotez. En esa segunda epístola de Pedro él llamó "amado hermano" al apóstol Pablo, porque sencillamente eran HERMANOS FE, y ambos apóstoles creían lo mismo y predicaban el mismo Evangelio de la Gracia de Dios. Pablo simplemente en cierta ocasión, en la ciudad de Antioquía, reprendió al apóstol Pedro, pero no por diferencias doctrinales, sino porque Pedro se estaba comportando de forma hipócrita, ya que Pedro comía con los gentiles, y después se apartaba de ellos cuando estaba en presencia de ciertos judíos enviados por Jacobo (Gal.2:11-14). Pedro aceptó esta reprensión de Pablo, y ya en su segunda epístola Pedro llama "amado hermano" al apóstol Pablo, reconociendo la sabiduría que Dios le ha dado en sus epístolas.

 

LOS EBIONITAS DICEN QUE PABLO ENGAÑÓ A LOS APÓSTOLES DE JERUSALÉN

Los falsos maestros judaizantes ebionitas siempre esgrimen este nauseabundo y calumnioso argumento contra el apóstol Pablo:

"Sin embargo, si analizamos las demás partes que se refieren a los encuentros entre los apóstoles y Saulo, notamos que, si en verdad los apostoles dieron su aprobación a Saulo es porque ellos fueron engañados por Saulo, es decir, Saulo no presentó su verdadera predicación a los apóstoles en Jerusalén, sino que se hizo pasar como un verdadero observante de Torá, cosa que como es notorio en todas sus cartas, no lo era. Podemos decir que Saulo mintió para que los apóstoles lo aprobaran, si en verdad Saulo hubiera presentado "su evangelio" predicado a los gentiles es seguro que ¡jamás hubiera sido aprobado por los apóstoles!. "Sin embargo, Saulo hacía gala en sus comunidades de "codearse" con los primeros discípulos del Mashíaj, con el fin de que sus incautos no sospecharan que su mensaje era totalmente diferente al de Yeshúa y los nazarenos."y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión." (Gálatas 2:9).

Ni los mismos ebionitas entienden lo que dice ese texto de Gálatas 2:9. ¿Es que no saben leer?, ¡los propios apóstoles de Jerusalén, como Jacobo, Cefas (Pedro) y Juan reconocieron que Pablo era un verdadero apóstol y que él predicaba el mismo Evangelio de la Gracia de Dios que ellos predicaban!, y por eso es que esos apóstoles de Jerusalén dieron la mano derecha a Pablo y a Bernabé como señal de TOTAL ACUERDO Y ARMONIA EN LA DOCTRINA, es decir, todos esos apóstoles predicaban el mismo Evangelio, tal como dijo también Pedro en Hechos 15:11, donde en nombre de todos los apóstoles de Jerusalén reconocieron que la salvación es solo por la GRACIA DEL SEÑOR JESÚS, ¡no por medio de las obras de la ley!. Este mismo Evangelio de la Gracia de Dios era el que predicaba también Pablo (Hch.20:24).

Los apóstoles de Jerusalén dieron la aprobación al apóstol Pablo, no porque Pablo engañara a los apóstoles de Jerusalén, sino porque Pablo predicaba exactamente el mismo Evangelio de la gracia de Dios que predicaban los apóstoles de Jerusalén, tal como podemos ver en Hechos 15:11, en el concilio de Jerusalén, donde Pedro dijo bien claro que los judíos y los gentiles seremos salvos solo por la Gracia del Señor Jesús, no por la ley, y este era el mismo Evangelio de la Gracia de Dios predicado por Pablo! (Hch.20:24), y por eso es que los apóstoles de Jerusalén reconocieron el apostolado de Pablo y le dieron la diestra en señal de unidad y compañerismo. Por lo tanto, el argumento que esos mentirosos ebionitas dan es totalmente falso, perverso y diabólico, fruto solo de sus mentes enfermas y entenebrecidas por el diablo. Ellos lo único que saben hacer es CALUMNIAR al apóstol Pablo, pervirtiendo la Palabra de Dios, y diciendo que era un enviado de Satanás y un mentiroso, ¡¡con lo cual están llamado Satanás al propio Mesías Jesús!!, ya que fue el Señor Jesús quien escogió a Pablo para enviarlo a los gentiles y al pueblo de Israel (Hch.9:13-17). Por lo tanto, a esos engañadores lo que les espera al final es el terrible juicio de Dios y el lago de fuego, donde irán a parar todos los mentirosos. Ese pasaje de Gálatas 2:9 lo que enseña precisamente es que los apóstoles de Jerusalén reconocían el apostolado de Pablo al mismo nivel que el apostolado de Jacobo, Pedro o Juan, y entonces ellos establecieron diferentes campos de misión o trabajo: Pablo y Bernabé irían a predicar el Evangelio de la Gracia de Dios a los gentiles, y los apóstoles de Jerusalén predicarían el mismo Evangelio de la Gracia de Dios a la circuncisión, es decir, a los judíos. Por consiguiente, eso que dicen esos ebionitas mentirosos, de que el mensaje o Evangelio de Pablo era diferente al de Jesús y los apóstoles de Jerusalén es una idiotez satánica tan espantosa y mentirosa que solo los hijos del diablo la pueden enseñar.

¡Los apóstoles de Jerusalén coincidían con el apóstol Pablo en el mensaje de salvación!, y los apóstoles de Jerusalén tenían a Pablo como un apóstol más, es decir, como un enviado o emisario más, al mismo nivel que el resto de los apóstoles de Jerusalén. El propio apóstol Pedro, que era el líder de los apóstoles de Jerusalén ¡reconocía el apostolado de Pablo y creía en sus epístolas como inspiradas por Dios! (2Pe.3:15-16). Por lo tanto, esto destroza y pulveriza desde su base toda la basura mentirosa que enseñan los judaizantes ebionitas, los cuales se hacen pasar falsamente por “nazarenos”, ya que si según ellos Pablo era un falso apóstol, un enviado de Satanás y un embustero e hipócrita, ¿por qué Pedro dijo entonces esas palabras de elogio sobre Pablo?, ¿y por qué todos los apóstoles de Jerusalén reconocieron el apostolado de Pablo y le dieron la diestra en señal de armonía y compañerismo?. ¡Es increíble como el diablo ha podido cegar la mente de eso ebionitas anticristianos para creer y predicar semejante mentira estúpida!, calumniando así al apóstol Pablo con esas espantosas mentiras. Pero en fin, como ya dije, al final ellos darán cuentas a Dios por esas mentiras y calumnias contra el apóstol Pablo, y recibirán lo que se merecen, conforme a sus malas obras... si antes no os arrepienten. Mi consejo es que lo hagan ahora que tienen tiempo, pues cuando ellos se mueran el tiempo de misericordia divina habrá pasado para ellos, y recibirán lo que se merecen por embusteros y falsos maestros.

 

ACUSAN A PABLO DE ESTAR CONTRA LA LEY DE DIOS, LA TORÁH

Los falsos nazarenos ebionitas acusan también a Pablo de estar en contra de la santa ley de Dios, la toráh, es decir, le acusan de ser un sin ley, un anti toráh, pero eso que enseñan esos judaizantes anticristianos es una burda y apestosa mentira satánica y una espantosa calumnia contra el apóstol Pablo. Ciertamente el apóstol Pablo no estaba sujeto a la ley de Moisés, él lo dijo bien claro, pero también dijo bien claro que ÉL NO ESTABA SIN LEY DE DIOS, SINO BAJO LA LEY DEL MESIAS:

"Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él." (1Co.9:20-23).

Ese importantísimo pasaje de Pablo lo explica de forma meridianamente clara. Pablo no estaba sujeto a la ley de Moisés, por la sencilla razón de que él, por medio del cuerpo del Mesías, había MUERTO A ESA LEY

"Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios." (Gal.2:19, comparar con Ro.7:4).

Sin embargo, el hecho de que Pablo hubiera muerto a la ley de Moisés eso no significaba que él estuviera sin ley de Dios, sino que él estaba bajo otra ley superior: la ley del Mesías, ¿y cual es esa ley del Mesías?, pues sencillamente la ley del amor a los hermanos:

"Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo." (Gal.6.2).

El apóstol Pablo simplemente se hacía a los judíos como judío que era, para ganar a los judíos, es decir, si Pablo tenía que cumplir algún rito de la ley de Moisés, lo cumplía como judío, para así poder ganar a los judíos, y esto es precisamente lo que él hizo en Hechos 21:26, donde se dice que Pablo tomó a cuatro judíos y fue a Jerusalén para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación y para presentar una ofrenda por cada uno de ellos. Pero esto de ninguna manera significaba que Pablo estuviera sujeto a la ley de Moisés, él simplemente lo hizo para hacerse a los judíos como judío, para ganar a los judíos. Ahora bien, los apóstoles de Jerusalén dijeron bien claro que eran los JUDÍOS que habían creído en el Mesías Jesús los que era celosos de la ley, es decir, esos judíos inmaduros y recién convertidos aún se consideraban sujetos a la ley de Moisés, ya que ellos aun no entendían que habían muerto a esa ley por medio del cuerpo del Mesías, y ahora estaban bajo la ley del Mesías. Pero lo que sí entendían esos apóstoles de Jerusalén, como Pedro, Jacobo y Juan, es que esa ley de Moisés NO ERA PARA LOS GENTILES, por eso es que ellos dijeron lo siguiente:

"Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación." (Hch.21:25).

¿Lo ha leído bien? el apóstol Jacobo dijo bien clarito que los cristianos gentiles NO DEBÍAN GUARDAR NADA DE LA LEY DE MOISÉS, solamente se tenían que abstener de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación, pero los apóstoles de Jerusalén tenían bien claro en sus mentes que los cristianos gentiles no tenían que guardar la ley de Moisés, y también tenían bien claro que la salvación no es por medio del cumplimiento de la ley de Moisés, sino solamente por la GRACIA del Señor Jesús, léalo:

"Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos." (Hch.15:11).

Los apóstoles de Jerusalén jamás enseñaron que por medio del cumplimiento de las obras de la ley seremos salvos, sino que seremos salvos solo por la Gracia del Señor Jesús, ¡y este era el mismo Evangelio predicado por Pablo!:

"Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios." (Hch.20:24).

Sin embargo, los ebionitas judaizantes enseñan todo lo contrario de lo que enseñaban los apóstoles nazarenos de Jerusalén. Ellos enseñan que no es la Gracia del Señor Jesús lo que nos salvará, ¡¡sino el cumplimiento de la ley de Moisés!!, y que los gentiles que creen también tienen que guardar esta ley de Moisés para ser salvos, ¡todo lo contrario de lo que enseñaron los apóstoles de Jerusalén!

Esos embusteros judaizantes ebionitas dicen que guardan la toráh, la ley de Dios, sin embargo, eso es mentira, ya que ellos NO CUMPLEN LA LEY, pues la están quebrantando constantemente al quebrantar especialmente el mandamiento de no dar falso testimonio, por lo tanto, es la propia ley que ellos dicen guardar la que les condenará. Ellos creen que se salvarán por guardar la ley, la toráh de Moisés, pero resulta que la toráh jamás fue dada para que seamos salvos, sino para mostrarnos lo que es el pecado, matarnos, y llevarnos luego al Mesías Jesús, para ser justificados por medio de la fe. El propio Tanaj, el Antiguo Testamento, dice bien claro que el justo POR LA FE vivirá, y no por guardar la toráh: "He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá." (Hab. 2:4). Esos falsos nazarenos ebionitas ni siquiera creen en el Tanaj, es decir, en sus propias Sagradas Escrituras Hebreas.

Si Pablo no tuvo mucho éxito en su predicación del Evangelio de la Gracia de Dios a los judíos es sencillamente porque esos falsos judíos que rechazaban el verdadero Evangelio eran igual de embusteros, asesinos y perversos como los actuales ebionitas anticristianos, y por eso es que esa sinagoga de Satanás tramó muchas veces planes contra el apóstol Pablo para ASESINARLE, y ese mismo espíritu satánico y asesino que tenían esos falsos judíos es el mismo que tienen los actuales ebionitas hijos de Satanás, ya que ellos enseñan que los cristianos han de ser muertos por “blasfemos” y enemigos de la ley de Dios, los cual es una repugnante acusación falsa, una gran calumnia. ¡Ese mismo espíritu ASESINO y diabólico es el que siempre ha tenido la sinagoga de Satanás!, los cuales se hacen pasar por judíos, pero no lo son.

Estos modernos ebionitas judaizantes y anticristianos no tienen ni remota idea de lo que enseñaba el apóstol Pablo. Esos ebionitas embusteros dicen que Pablo era un enemigo de la toráh, la ley de Dios, pero esa asquerosa calumnia es tan falsa e idiota, que solo puede ser enseñada por los hijos del diablo, ya que el propio apóstol Pablo dijo esto de la ley de Dios:

"De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno." (Ro.7:12)

Si el apóstol Pablo hubiera estado en contra de la toráh, la ley de Dios, ¡entonces él jamás habría dicho que la ley es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno!, ¿lo entiende? ¡Son precisamente eso falsos nazarenos judaizantes los enemigos de la ley de Dios!, ya que son ellos los que la están quebrantando constantemente con sus falsos testimonios contra el apóstol Pablo. Cuando Pablo dijo que no estaba ni estamos bajo la ley de Moisés es porque él y el resto de cristianos hemos MUERTO A ELLA, por medio del cuerpo del Mesías, ¡no que ley de Dios esté muerta o abolida!, sino que somos nosotros, los verdaderos cristianos, los que hemos muerto a ella. Ahora bien, Pablo dijo bien clarito que NO ESTAMOS SIN LEY DE DIOS, SINO BAJO LA LEY DEL MESIAS, y esta ley del Mesías es la ley suprema del amor de Dios, la Gracia de Dios, la cual no vino por medio de Moisés, sino solo por medio del Mesías Jesús (Jn.1:17). Por lo tanto, dicen que Pablo estaba en contra de la ley de Dios, la toráh, están mintiendo como bellacos, y al mismo tiempo están quebrantando la propia toráh, al quebrantar el mandamiento de "no dirás falso testimonio" (Exo.20:16). Por lo tanto, ¡esos ebionitas están condenados por la misma ley de Dios!

Pablo JAMÁS dijo que seguir la ley de Dios sea una maldición, lo que él dijo es que el Mesías nos ha LIBRADO DE LA MALDICIÓN DE LA LEY, ¿pero que es la maldición de la ley?, pues leamos:

"Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero) (Gál.3:10-13).

¿Lo ha leído bien, Pablo lo explicó bien clarito: la LEY de Dios te MALDICE por no cumplirla a la perfección. Y para eso mismo vino el Mesías Jesús, para librarnos de esa maldición de la ley así como de la muerte, hecho por nosotros maldición. Sin embargo, esos judaizantes ebionitas y anticristianos están bajo la maldición de la ley, porque la están quebrantando constantemente. ¿Lo entiende?, no es que la ley de Dios sea una maldición, sino que LA LEY NOS MALDICE POR NO CUMPLIRLA EN SU TOTALIDAD.

Pablo dijo que la ley de Dios (la toráh), es santa, justa y buena, pero si no la cumplimos a la perfección y totalmente, entonces ella nos maldice y nos condena a muerte por quebrantarla, sin embargo, Jesús nos justifica y nos da la vida eterna, la cual la ley (la toráh) no nos la puede dar.

El apóstol Pablo explicó que la ley es como un amo o señor justo, pero sin misericordia, es decir, ese amo (la ley) nos dice que si quebrantamos alguno de sus mandamientos, entonces nos maldice y nos condena a muerte. Por eso es que Pablo dijo que HEMOS MUERTO A ESE SEÑOR (LA LEY) POR MEDIO DEL CUEPRO DEL MESÍAS, para que ahora seamos de otro Señor, de Aquel que resucitó de los muertos, léalo despacito:

"¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.
Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra." (Ro.7:1-6).

Por lo tanto, ya lo ve, el verdadero pueblo escogido de Dios hemos muerto a la ley por medio del cuerpo del Mesías Jesús, para que seamos de otro Señor o amo: el Señor Jesús.

 

SANTIAGO 2:14

Los actuales ebionitas judaizantes y anticristianos siempre citan Santiago 2:14, para intentar demostrar que las buenas obras nos justifican y nos salvan, pero ellos una vez más pervierten la Escritura, para su propia perdición. Cualquiera que lea ese pasaje de Santiago, y el contexto, verá que él se estaba refiriendo a la fe MUERTA, es decir, la falsa fe que no produce buenas obras, léalo:

"Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma." (Stg.2:17, 20, 26)

Santiago no se estaba refiriendo a la fe verdadera y viva, la que sí produce buenas obras, sino solamente a la fe falsa, la fe MUERTA. Él dijo bien claro en ese pasaje que esa fe MUERTA no puede salvar a nadie, pero la fe verdadera sí que salva, y esa fe verdadera es la que produce buenos frutos, buenas obras, y entonces esa fe sí que salva, siendo las obras el RESULTADO de esa fe salvadora, pero no el medio ni la causa de nuestra salvación, ya que las obras son solamente le resultado de la fe viva y verdadera.

Por supuesto que el hombre que no haga buenas obras no podrá salvarse, ¿y cuando he dicho yo lo contrario?, pero esas buenas obras no son el medio ni la causa de nuestra salvación, sino el FRUTO o resultado de la fe viva y salvadora. La ley o toráh jamás fue dada para que seamos salvos, sino solo para darnos el conocimiento del pecado, porque yo no sabría lo que es dar falso testimonio, si la ley no dijera "no dirás falso testimonio". Por lo tanto, la ley o torah es solamente un AYO o maestro que nos enseña lo pecadores que somos, nos condena a muerte por quebrantarla, pero después nos lleva al Mesías Jesús para recibir la vida eterna y la justificación por medio de la fe, por eso es que ese pasaje de Habacuc dice "el justo POR LA FE vivirá", no dijo por la ley vivirá, sino por la fe. Si todos cumpliéramos la ley de Dios a la perfección, sin quebrantar ningún mandamiento, entonces recibiríamos la vida eterna por nuestras obras, y tendríamos de qué gloriarnos para con Dios, PERO COMO TODOS HEMOS QUEBRANTADO LA LEY, entonces esta nos condena, y nos mata, ella no nos pude dar la vida eterna, sino solo la condenación y la maldición por quebrantarla. Sin embargo, los modernos judaizantes anticristianos y enemigos del apóstol Pablo enseñan que ellos se van a salvar por cumplir las obras de la ley, pues bien, ¡a ver si ellos pueden hacerlo!, porque cualquier punto de la ley o torah que ellos quebranten, ¡¡¡ya se hacen culpable de todos!!!, leámoslo en Santiago, ya que tanto les gusta a esos ebionitas embusteros y anticristianos la epístola de Santiago, pues veamos lo que él dijo:

"Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley." (Stg.2:10-11).

Esos ebionitas judaizantes están quebrantando constantemente la ley de Dios (la toráh) con sus mentiras, blasfemias y falsos testimonios, por lo tanto, ¡¡ellos están bajo condenación, jamás serán salvos ni justificados delante de Dios si siguen con esa mentalidad satánica y anticristiana!.

 

EL MESÍAS PREDICADO POR PABLO ES EL MISMO JESÚS HISTÓRICO

Los modernos ebionitas judaizantes esgrimen esta otra asquerosa mentira:

"Por lo tanto hay una diferencia infinita entre el Yeshúa histórico y el dios que predicaba Pablo, eran dos entidades diferentes. El "Jesús" que le hablaba a Pablo era un ser celestial que nada tenía que ver con el Jesús en la carne, es decir Yeshúa el Mesías de Israel."

Eso que dicen esos falsos nazarenos es una de las mayores mentiras y calumnias que se puedan decir contra el apóstol Pablo, ya que el propio Pablo dijo precisamente que él predicaba al Jesús histórico, es decir, el mismo Jesús que murió y resucitó, léalo:

"Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras
; y que apareció a Cefas, y después a los doce.
Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen.
Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles" (1Co.15:1-7).

Como puede ver, el Jesús que predicaba Pablo no era ningún mito pagano de los romanos, ¡no era el falso dios Mitra!, sino que era EL MISMO JESÚS HISTÓRICO QUE MURIÓ Y RESUCITÓ AL TERCER DIA, y que luego se apareció a sus apóstoles y a cientos de personas más, tal como leemos en las narraciones evangélicas de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Por lo tanto, esa doctrina ebionita anticristiana de que el Mesías predicado por Pablo no era el mismo Jesús histórico, sino un dios falso romano llamado Mitra, es una mentira y calumnia tan grande y asquerosa, que por esa calumnia esos ebionitas embusteros y judaizantes se irán al algo de fuego, tal como enseña el Apocalipsis. ¡No piensen esos ebionitas que van a escapar del justo juicio de Dios ni de la condenación de la ley!.

Esos ebionitas anticristianos dicen que un judío temeroso de Dios jamás diría que un hombre es Dios, pero resulta que el propio Dios de Israel dijo que Moisés era Dios para Faraón:

"El hablará por ti al pueblo y te servirá de boca, y tú serás Dios para él." (Exo.4:16, versión Nacar Colunga)

En ese pasaje es el propio Dios de Israel quien está hablando, y dice bien clarito a Moisés que él (Moisés) será Dios para su hermano Aarón. Por lo tanto, ¡es el propio Dios quien llamaba "Dios" a un hombre: Moisés!, pero claro, esos judaizantes ebionitas deben de creer que el propio Dios de Israel es un embustero y un energúmeno por llamar Dios a Moisés!

"Dios está en la reunión de los dioses; En medio de los dioses juzga. ¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, Y aceptaréis las personas de los impíos? Selah. Defended al débil y al huérfano; Haced justicia al afligido y al menesteroso. Librad al afligido y al necesitado; Libradlo de mano de los impíos. No saben, no entienden, Andan en tinieblas; Tiemblan todos los cimientos de la tierra. Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos del Altísimo; Pero como hombres moriréis, Y como cualquiera de los príncipes caeréis." (Sal.82:1-7).

En este Salmo se dice que Dios está en la reunión de LOS DIOSES, ¿y quiénes eran esos dioses?, pues eran los jueces de Israel, los cuales eran llamados dioses, es decir, hijos del Altísimo, porque tenían gran poder dentro de Israel, pero resulta que esos jueces de Israel eran HOMBRES, ¡y Dios los llama dioses! Por lo tanto, según la Biblia, los hijos de Dios son llamados dioses, ¡los hombres poderosos son llamados dioses!, y esos hombres-dioses son los hijos de Dios. Por lo tanto, lo que enseñan esos ebionitas anticristianos es una burda mentira, ¡¡porque ellos realmente no creen en el Tanaj, no creen en las Sagradas Escrituras Hebreas!!, sino que solamente creen en las mentiras que su padre el diablo les ha metido en la cabeza!!.

Esos ebionitas mentirosos siempre citan Números 23:19 para decir que Dios no es un hombre, ¡pues claro que no lo es!, EL DIOS PADRE NO ES UN HOMBRE, sino solamente un ser divino y celestial. Sin embargo, la Biblia llama claramente dioses, o incluso Dios, a ciertos seres humanos poderosos, como por ejemplo al propio Mesías Jesús, el cual sería llamado DIOS FUERTE (Is.9:6), ¡aun siendo un hombre!.

Los ebionitas judaizantes niegan de forma enfermiza la preexistencia divina del Mesías Jesús, ellos dicen que el ángel de IEVE mencionado en el Tanaj no es el Señor Jesús en su preexistencia divina. Veamos como mienten esos judaizantes anticristianos:

"Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza. Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor: Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar. Y le dijo el Señor: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa." (Hch.7:30-33).

En este pasaje vemos como Esteban contó el relato del Tanaj, cuando el ángel de IEVE se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente. Entonces Esteban dijo bien claro que ese ángel o mensajero es llamado el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, y también es llamado EL SEÑOR. Ahora bien, resulta que según el Nuevo Testamento, JESUS ES EL SEÑOR:

"No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor." (Mt.28:6).

"que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor." (Lc.2:11).

En esos dos pasajes son dos ángeles los que están hablando, y ellos llaman claramente a Jesús EL SEÑOR, ¡el mismo título divino que Esteban dio al ángel de IEVE en Hechos 7:33!, es decir, ese Señor Dios que se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente NO ERA EL DIOS PADRE, ya que al Dios Padre nadie le vio jamás (Jn.1:18). Por lo tanto, ese Señor divino que se apareció a Moisés era el segundo Señor, el Señor Jesús en su preexistencia divina, ya que Jesús es el Señor:

"que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo." (Ro.10:9).

"y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre." (Filp.2:11).

Ahí lo tiene bien claro. El mismo Señor que se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente era el mismo Señor Jesús en su preexistencia divina, ya que Jesús existía como ser divino antes de nacer como hombre, él mismo lo dijo en Juan 17:5, cuando afirmó que él tenía gloria juntamente con el Padre desde antes de la fundación del mundo, y también en Juan 6:38, cuando dijo que él había DESCENDIDO DEL CIELO, ¿lo entiende?, si Jesús descendió del cielo, es porque él ya existía en el cielo antes de bajar a la tierra. Negar la doctrina de la preexistencia divina del Mesías Jesús es negar una verdad fundamental del Evangelio, y quienes niegan esto, son hijos de su padre el diablo, como es tu caso.

Respecto a la existencia de los dos dioses llamados IEVE, es decir, el IEVE mayor, y el IEVE menor, por supuesto que hay muchos judíos que lo enseñan. Por ejemplo, aquí tiene este excelente estudio de un rabino mesiánico israelita llamado Eliyahu ben Avraham y que cree en lo mismo: "YHWH MAYOR Y MENOR": http://www.yhwh.es/mesianicos/yhwh.html

Un judaizante ebionita anticristiano me hace la siguiente pregunta en mi foro de teología bíblica judeo cristiana:

"Si dices que hay muchos dioses ¿Por qué YHWH prohíbe mencionar e invocar a otros dioses en la Torá?"

Lo que le respondí a ese ebionita mentiroso es que él no tiene ni idea de lo que dice la toráh. La ley de Dios lo que dice es que no tengamos dioses AJENOS O FALSOS delante de él:

"No tendrás dioses ajenos delante de mí." (Ex.20:3).

Es decir, lo que IEVE prohíbe en ese mandamiento es que su pueblo tenga dioses falsos o ajenos creados por el hombre, como por ejemplo, las imágenes de culto. ¡¡¡Pero lo que Dios no dice por ninguna parte en ese mandamiento es que no existan otros dioses!!!, al contrario, la Biblia habla de esos dioses o seres poderosos, y que son los hijos de Dios, los cuales son llamados DIOSES en la Biblia (Sal.82:1, 6), y por eso es que Moisés dijo bien claro que IEVE es el Dios DE DIOSES, y el Señor de señores (Dt.10:17). ¿Lo ha leído bien?, ¡el propio Moisés reconocía la existencia de otros muchos dioses, los cuales están subordinados al Dios supremo, que es el Padre!. Esto, en lenguaje teológico moderno, se llama HENOTEISMO.

El apóstol Juan, como buen judío temeroso de Dios que era, dijo que el Mesías Jesús es el Dios unigénito, el Hijo de Dios, es decir, un ser poderoso (Jn.1:1, 18), TAL COMO DIJO EL PROFETA ISAÍAS EN ISAÍAS 9:6, en ese pasaje él dijo que el Mesías sería llamado DIOS, claro, esos ebionitas mentirosos deben de creer que el profeta Isaías no era un judío temeroso de Dios, o que Isaías 9:6 es un pasaje falso.

Los judaizantes ebionitas nos acusan falsamente a los verdaderos cristianos de ser unos idólatras que adoramos a dioses falsos, pero esa estúpida mentira y calumnia se cae desde su base. Un idólatra es aquel que adora a algún dios falso, pero resulta que los verdaderos cristianos que creemos en la Biblia solo adoramos al Dios supremo el Padre, tal como enseñó Jesús (Jn.4:23-24). Pero claro, esos judaizantes ebionitas están tan cegados mentalmente que para ellos adorar al Dios Padre es lo mismo que ser un idólatra.

Esos ebionitas embusteros y anticristianos dicen que el Jesús glorificado y celestial que se apareció y habló al apóstol Pablo en el camino de Damasco no era el mismo Jesús histórico, el Mesías de Israel. Es decir, lo que esos engañadores anticristianos están diciendo bien claro es que Jesús no resucitó en gloria, porque ellos están diciendo que el Jesús resucitado y glorificado que se apareció a Pablo no era el mismo Mesías Jesús que murió y resucitó. Por lo tanto, cuando el Evangelio dice que Jesús es ahora un ser glorioso y resucitado ellos están diciendo que ese no es el mismo Mesías de Israel. ¡Pero mira que hay que ser embustero y descerebrado para enseñar semejante estupidez!. El padre de la mentira realmente ha dejado la mente de estos judaizantes completamente entenebrecida y destrozada. El Evangelio dice bien claro que Jesus murió y resucitó en gloria como un ser celestial e inmortal, y después se apareció con diferentes apariencias de carne y hueso a sus apóstoles y a cientos de discípulos más, y en último lugar, SE LE APARECIÓ TAMBIÉN AL APÓSTOL PABLO:

"... que fue sepultado, que resucitó al tercer día, según las Escrituras, y que se apareció a Cefas, luego a los Doce. Después se apareció una vez a más de quinientos hermanos, de los cuales muchos viven todavía, y algunos murieron; luego se apareció a Santiago, luego a todos los apóstoles; y después de todos, como a un aborto, se me apareció también a mí. Porque yo soy el menor de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la Iglesia de Dios." (1Co.15.4-9).

Así que ya lo ve, el mismo Jesús que murió y resucitó, era el mimo Jesús glorificado que se apareció al apóstol Pablo, y lo escogió para ser su enviado o apóstol a los gentiles y al pueblo de Israel:

"Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo." (Hch.9:13-17).

Esos hijos del diablo, los judaizantes ebionitas, enseñan que Pablo era un maldito, un falso apóstol escogido y enviado por Satanás, por lo tanto, ¡ellos están diciendo que Jesús, el Mesías de Israel, es el mismo Satanás!, ya que fue Jesús quien escogió y envió a Pablo.

Estos judaizantes ebionitas dicen lo siguiente:

"El estúpido de Saulo se atreve a decir que lo que había sido Yeshúa en la carne (o sea en la vida real) no importaba, porque su "Jesús celestial" era superior. 2Cor. 5:16 "De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así."

Lo que hacen esos ebionitas mentirosos es deformar y pervertir las propias palabras del apóstol Pablo, pues lo que dijo Pablo en 2Co.5:16 no tiene que ver nada con lo que ellos dicen. Lo que dijo Pablo es ese pasaje es muy sencillo de entender, ese pasaje se entiende mucho mejor en una versión moderna, como por ejemplo esta:

"Por eso, desde este momento, no vemos a los demás como lo hace todo el mundo. Es cierto que en el pasado veíamos a Cristo de esa manera, pero ahora no lo vemos como un hombre cualquiera." (versión Palabra de Dios Para todos).

Lo que Pablo dijo sencillamente es que ahora nosotros, los verdaderos creyentes, desde este momento no vemos a los demás como lo hace todo el mundo. En el pasado veíamos al Mesías solo de forma carnal y humana, pero desde ahora, es decir, desde su resurrección, Jesús ya no es como un hombre mortal cualquiera, ya que él ahora es un ser glorioso, inmortal y glorificado, lleno de poder, tal como enseña el Evangelio. Pero claro, como los falsos nazarenos ebionitas rechazan el Evangelio, entonces no pueden entender esas palabras de Pablo, sino que las pervierten para su propia perdición (2Pe.3:15-16).

 

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