EL DESTINO CELESTIAL DE LOS SANTOS DE LA IGLESIA DE CRISTO

Por Tito Martínez

Ampliado y terminado el 19 de agosto de 2019

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ÍNDICE

1- ¿LA IGLESIA DE CRISTO VIVIRÁ EN EL CIELO O EN LA TIERRA?

2- ¿CÓMO SERÁ EL CUERPO RESUCITADO DE LOS SANTOS DE LA IGLESIA?

3- ¿QUÉ SERÁ LA NUEVA JERUSALÉN CELESTIAL MENCIONADA EN EL APOCALIPSIS?

¿LA IGLESIA DE CRISTO VIVIRÁ EN EL CIELO O EN LA TIERRA?

En este librito de estudio bíblico vamos a ver las respuestas que el Nuevo Testamento da a estas cinco preguntas:

1- ¿La Iglesia de Cristo vivirá en el cielo o en la tierra?

2- ¿Cómo será el nuevo cuerpo celestial que tendrán los santos que forman parte de la Iglesia de Cristo?

3- ¿Qué será la Nueva Jerusalén Celestial mencionada en el Apocalipsis?

4- ¿Veremos al Dios supremo, el Padre celestial?

5- Si la Iglesia de Cristo vivirá en el cielo, ¿qué haremos allá?

Comencemos.

Hay algunas sectas falsas que enseñan que la Iglesia de Cristo no vivirá en el cielo, sino en la tierra. Eso que enseñan ellos es una gran mentira, pues el Nuevo Testamento enseña bien claro que la Iglesia de Cristo vivirá en el cielo, la ciudadanía de los santos de la Iglesia de Cristo es CELESTIAL, no terrenal. Vamos a comprobarlo:

Flp 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

Flp 3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

La versión Reina Valera del 2000 lo ha traducido el verso 20 de la siguiente manera:

Mas nuestra vivienda es en los cielos; de donde también esperamos el Salvador, al Señor Jesús, [el] Cristo.

Y la traducción Kadosh Israelita Mesiánica lo ha vertido de la siguiente manera:

(TKIM-DE) Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, y es de allá que esperamos al salvador, el Adón Yahshúa Ha Mashíaj.

Por consiguiente, ahí lo tiene bien claro, la patria o ciudadanía de los santos de la Iglesia de Cristo se encuentra en el cielo, no en la tierra. Por eso es que Pablo dijo que Cristo TRANSFORMARÁ nuestro cuerpo para que sea semejante a su cuerpo celestial, para que de esta manera ellos puedan vivir en el cielo con ese nuevo cuerpo glorioso y celestial. No será un cuerpo de carne y huesos para que vivan en la tierra, sino que será un cuerpo glorioso, celestial, para que perfectamente puedan vivir en el cielo.

Decir que los santos de la Iglesia tienen su patria en esta tierra es una burda mentira.

Jesús dijo que la patria de su Iglesia es la CASA DEL PADRE, y esa Casa del Padre es la Nueva Jerusalén Celestial, no es la tierra:

Jua 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Jua 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Apo 21:2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

Apo 21:3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.

Como puede ver, la Nueva Jerusalén celestial es el Tabernáculo de Dios, es la morada de la Iglesia de Cristo, la cual descenderá del cielo a la nueva tierra después del Milenio, por lo tanto, la Casa del Padre está en el cielo, y es en esa Casa del Padre donde morarán los seguidores de Cristo que forman su Iglesia cuando Jesús venga otra vez.

Si después del Milenio la Nueva Jerusalén, que es la morada de la Iglesia de Cristo, descenderá del cielo a la nueva tierra, ¡¡es porque durante el Milenio la Iglesia estuvo morando en el cielo!!. Si usted por ejemplo vive en la tercera planta de un edificio, y luego desciende a la primera planta, es porque usted vivía en esa tercera planta. De la misma manera, la Iglesia de Cristo descenderá del tercer cielo a la tierra después del Milenio, porque ellos estuvieron viviendo en ese tercer cielo, donde está el Paraíso celestial de Dios.

Los que enseñan la falsedad de que la Iglesia de Cristo morará en la tierra se basan en este pasaje especialmente:

Sal 37:29 Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella.

Ahora bien, cuando ese pasaje habla de los justos que heredarán la tierra y vivirán para siempre sobre ella solo se está refiriendo a la NACIÓN DE ISRAEL, no se refiere a la Iglesia de Cristo. Vamos a comprobarlo leyendo esta profecía de Isaías:

Isa 60:14 Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían, y te llamarán Ciudad de IEVE, Sion del Santo de Israel.

Isa 60:15 En vez de estar abandonada y aborrecida, tanto que nadie pasaba por ti, haré que seas una gloria eterna, el gozo de todos los siglos.

Isa 60:16 Y mamarás la leche de las naciones, el pecho de los reyes mamarás; y conocerás que yo IEVE soy el Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

Isa 60:17 En vez de bronce traeré oro, y por hierro plata, y por madera bronce, y en lugar de piedras hierro; y pondré paz por tu tributo, y justicia por tus opresores.

Isa 60:18 Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza.

Isa 60:19 El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que IEVE te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria.

Isa 60:20 No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque IEVE te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados.

Isa 60:21 Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.

Como puede ver, el pasaje lo dice bien claro: se refiere a la futura nación de Israel restaurada en su tierra, se refiere al pueblo de Isaías, a SION,y que es el pueblo de Israel, y dice bien claro que TODOS ESOS ISRAELITAS SERÁN JUSTOS, y para siempre heredarán la tierra y vivirán en ella. Por lo tanto, esos pasajes de ninguna manera se refieren a la Iglesia de Cristo, sino solo a la nación de Israel. La patria de la Iglesia de Cristo es CELESTIAL, sin embargo, la patria de la nación de Israel es TERRENAL, esto destroza la doctrina diabólica de que la nación de Israel es la Iglesia de Cristo, ya que son dos pueblos diferentes.

Veamos un pasaje del Apocalipsis que demuestra de forma clara e irrefutable que la Iglesia de Cristo estará morando en el cielo:

Apo 7:9 Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos;

Apo 7:10 y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.

Apo 7:11 Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios.

Esa gran muchedumbre de redimidos de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas son LA IGLESIA DE CRISTO, vamos a comprobarlo:

Apo 5:9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

Apo 5:10 y los has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinarán sobre la tierra.

Como puede ver, son exactamente el mismo grupo de redimidos por la sangre de Cristo, que forman parte de todo linaje, lengua, pueblo y nación, es decir, son la Iglesia de Cristo. Y en Apocalipsis 7:9 se dice bien claro que ellos estarán DELANTE DEL TRONO DE DIOS, y ese trono de Dios el Padre está en el CIELO:

Apo 4:2 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.

Por lo tanto, eso demuestra que la Iglesia de Cristo estará en el cielo, delante del trono celestial de Dios.

Por consiguiente, esa doctrina de que la Iglesia de Cristo no vivirá en el cielo es una gran mentira contraria a la enseñanza del Nuevo Testamento.

¿CÓMO SERÁ EL CUERPO RESUCITADO DE LOS SANTOS DE LA IGLESIA?

El cuerpo resucitado de los santos de la Iglesia será muy diferente al cuerpo terrenal que tenemos ahora, será un cuerpo nuevo espiritual y glorioso preparado para VIVIR EN EL CIELO.

El apóstol Pablo habló claramente de ese nuevo cuerpo espiritual y glorioso que tendrán los santos de la Iglesia de Cristo.

Pablo dijo que será un cuerpo GLORIOSO, semejante al cuerpo glorioso de Cristo, es decir, será un cuerpo resplandeciente (Filp.3:21). El propio Jesús dijo que en la resurrección el cuerpo de sus seguidores que forman su Iglesia RESPLANDECERÁ como el sol en toda su gloria en el Reino del Dios Padre:

Mat 13:43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.

Por lo tanto, el futuro nuevo cuerpo de los verdaderos cristianos será glorioso, resplandeciente, preparado perfectamente para poder vivir en el cielo.

Dicho nuevo cuerpo será también un cuerpo espiritual (1Co.15:44). El apóstol Pablo dijo bien claro que dicho cuerpo espiritual es muy diferente al cuerpo terrenal. Esto significa que dicho cuerpo espiritual estará preparado para morar en el cielo, mientras que los cuerpos terrenales fueron hechos del polvo de la tierra para vivir en la tierra, no en el cielo.

El cuerpo espiritual no es de carne y huesos, sino que está hecho de espíritu, es decir, de energía pura y divina, es por así decirlo un cuerpo energético, celestial y glorioso, todo lo contrario a un cuerpo terrenal como el que tenemos ahora. Esto obviamente destroza esa doctrina falsa y satánica de que el futuro cuerpo resucitado de los verdaderos cristianos será terrenal para vivir en la tierra.

La morada o patria de los verdaderos cristianos, como ya he demostrado, está en el cielo, no en la tierra.

Recuerde que según la Biblia hay dos tipos de resurrecciones: la resurrección terrenal, y la resurrección gloriosa. La resurrección terrenal es la que experimentó por ejemplo Lázaro y otros a los cuales Jesús resucitó. Ellos volvieron a vivir con el mismo cuerpo terrenal que tenían, para poder vivir en la tierra. Sin embargo, la resurrección gloriosa es la que Jesús experimentó cuando Dios el Padre le resucitó al tercer día. Jesús resucitó con un nuevo cuerpo glorioso y espiritual, el cual tenía la facultad de materializarse en un cuerpo de carne y huesos para poder aparecerse a sus discípulos y poder morar con ellos en la tierra durante esos 40 días en los cuales Jesús se apareció a ellos (Luc.24:39, Hch.1:30).

Sin embargo, ahora Jesús en el cielo está con su cuerpo resplandeciente y espiritual, un cuerpo glorioso que se describe en Apocalipsis 1:13-16, ese cuerpo glorioso de Jesús está preparado para vivir en el cielo. De la misma manera, el cuerpo resucitado de los verdaderos cristianos también será glorioso y espiritual, preparado para vivir en el cielo, ya que será un cuerpo semejante al cuerpo glorioso de Jesucristo (Filp.3:21).

¿QUÉ SERÁ LA NUEVA JERUSALÉN CELESTIAL MENCIONADA EN EL APOCALIPSIS?

La Nueva Jerusalén celestial será la morada de la Iglesia de Cristo. Vamos a comprobarlo:

Gál 4:26 Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.

Como puede ver, el apóstol Pablo habló de una Jerusalén DE ARRIBA, es decir, una Jerusalén que está en el cielo, no se refiere a la Jerusalén terrenal, y seguidamente Pablo dijo que esa Jerusalén de arriba es la MADRE de todos nosotros, es decir, la madre de los verdaderos cristianos. Esto significa que los cristianos verdaderos estamos creciendo DENTRO de esa Jerusalén de arriba, los verdaderos cristianos estamos siendo engendrados dentro de esa Jerusalén de arriba, de la misma manera que un niño es engendrado y se desarrolla dentro del vientre de su madre.

En el Apocalipsis a esa Jerusalén de arriba se llama la Nueva Jerusalén, la cual está en el cielo, y se llama también el TABERNÁCULO DE DIOS, vamos a leer el pasaje y luego lo comentaré:

Apo 21:2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

Apo 21:3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.

Apo 21:9 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.

Apo 21:10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,

Apo 21:11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.

Apo 21:12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;

Apo 21:13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.

Apo 21:14 Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

Apo 21:15 El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.

Apo 21:16 La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.

Apo 21:17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.

Apo 21:18 El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio;

Apo 21:19 y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;

Apo 21:20 el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.

Apo 21:21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.

Apo 21:22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

Apo 21:23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.

Apo 21:24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.

Apo 21:25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.

Apo 21:26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.

Apo 21:27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Apo 22:1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.

Apo 22:2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.

Apo 22:3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,

Apo 22:4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.

Apo 22:5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.

Veamos lo que enseñan esos pasajes:

1- Observe como en Apocalipsis 21:2 se dice que Juan vio descender del cielo la santa ciudad, la Nueva Jerusalén dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Esto demuestra de forma irrefutable que esa Nueva Jerusalén celestial es la IGLESIA DE CRISTO, la madre de todos los cristianos verdaderos.

Ahora bien, observe que Juan vio descender del cielo esa Nueva Jerusalén, la cual descenderá del cielo a la nueva tierra después del Milenio, lo cual demuestra de forma irrefutable que la Iglesia de Cristo estará en el cielo durante el Milenio, y después de esos mil años es cuando la Iglesia de Cristo descenderá a la nueva tierra. Por lo tanto, MIENTEN todos aquellos que enseñan que la Iglesia de Cristo no estará en el cielo durante el Milenio.

2- El verso 3 llama a la Nueva Jerusalén el TABERNÁCULO de Dios. El antiguo Tabernáculo de Dios era una especie de tienda de campaña que era desplazada por el desierto, y el pueblo de Israel lo trasladaba de un lugar a otro cuando estuvieron peregrinando 40 años por el desierto. El Tabernáculo celestial es la Nueva Jerusalén, el cual también será trasladado desde el cielo a la nueva tierra después del Milenio. En esta Nueva Jerusalén estará el trono de Dios y de Cristo, y el propio Dios Padre descenderá también a la nueva tierra para morar con los seres humanos inmortales después de esos mil años.

3- El verso 9 dice lo siguiente: “yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.”

Ese pasaje repite una vez más que la Nueva Jerusalén es la esposa de Cristo, es decir, su IGLESIA. La Nueva Jerusalén celestial y la Iglesia de Cristo están íntimamente unidos, se refiere a la Ciudad de Dios, el pueblo celestial de Dios que gobernará todo el Universo por los siglos de los siglos.

Como veremos luego, la Nueva Jerusalén es una CIUDAD CELESTIAL LITERAL, física, tan real y física como lo es la Iglesia de Cristo, la cual tendrá su morada eterna en esa Nueva Jerusalén.

4- El verso 10 repite una vez más que esa Nueva Jerusalén descenderá del cielo después del Milenio, lo cual demuestra de forma irrefutable que la Iglesia de Cristo estará en el cielo durante los mil años, aquellos que enseñan que los verdaderos cristianos que forman la Iglesia de Cristo jamás vivirán en el cielo MIENTEN, pues el Apocalipsis enseña todo lo contrario.

5- Desde el verso 11 al 23 se describe el aspecto físico de esta Ciudad Celestial, la Nueva Jerusalén.

Observe que esa descripción es completamente física. Esta Ciudad Celestial tiene la gloria de Dios, es decir, el resplandor de Dios. El Apocalipsis dice que su resplandor o fulgor es semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. La belleza majestuosa de esta Ciudad Celestial en la cual morará la Iglesia de Cristo es algo que jamás ha conocido el ser humano.

El jaspe es una piedra preciosa brillante que en la tierra tiene una variedad de colores, que van desde el rojo, pasando por el verde, el azul, el amarillo y violeta. El pasaje bíblico no especifica exactamente de qué color es, pero sí dice que es un jaspe diáfano o claro como el cristal, lo cual significa que es un material parecido al jaspe, pero transparente como el cristal, y posiblemente ese tipo de jaspe celestial tenga las tonalidades variadas del jaspe terrestre, ya sea el rojo, el azul, el verde, el amarillo y el violeta. Sin duda el material con el cual está construida la Nueva Jerusalén es un tipo de piedra preciosa desconocida en la tierra, por eso es que Juan la comparó con la piedra preciosa del jaspe. Esto significa que los materiales con los cuales está construida esa Ciudad celestial, la Nueva Jerusalén, son materiales celestiales, extraterrestres y desconocidos en la tierra.

6- El verso 12 dice que la Nueva Jerusalén tiene un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel.

El pasaje dice que esta Ciudad Celestial tiene un muro, y además grande y alto, esto indica la protección y seguridad que tiene esta Ciudad del cielo, será una ciudad en la cual nadie podrá acceder por la fuerza, ni nadie la podrá atacar, solamente podrán entrar en ella a través de las doce puertas de acceso, que estarán protegidas por doce ángeles, y en cada una de esas puertas estarán inscritos los nombres de cada una de las doce tribus de los hijos de Israel. Estas doce tribus de Israel son mencionadas también en Apocalipsis 7:4-8, y se refiere a los 144.000 sellados cristianos de las doce tribus de Israel. Esto significa sencillamente que para poder morar en esa Ciudad Celestial hemos de estar sellados por Dios en la frente, de la misma manera que lo estarán los 144.000 israelitas cristianos, este sello LITERAL de Dios será puesto en el futuro por los ángeles en las frentes de todos los santos de la Iglesia de Cristo, y en dicho sello estará el Nombre del Dios supremo, el Padre, y de Cristo (Ap.7:3, Ap.9:4, 14:1).

Este sello o marca de Dios que los santos tendrán en sus frentes no solo lo tendrán los 144.000 sellados de las doce tribus de Israel, sino que lo tendrán TODOS los siervos de Dios, es decir, todos los santos de la Iglesia de Cristo, tal como dice este pasaje:

Apo 22:3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,

Apo 22:4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.

Los siervos de Dios sellados en la frente no serán solamente los 144.000 sellados, sino muchos más, y en todos ellos estará el nombre de Dios y de Cristo en las frentes de ellos. Esto es algo que también imitará Satanás, el cual también tendrá a sus servidores que llevarán en la frente su propia marca, que será la marca de la bestia, la cual tendrá el nombre de la bestia y el número de su nombre, el 666 (Ap.13:11-18), y por medio de esa marca de la bestia los seguidores de Satanás y de la bestia podrán comprar y vender durante ese futuro reinado de la bestia, que durará solo 42 meses (Ap.13:5). Satanás es el gran imitador de Dios, y por eso es que incluso falsificará el sello de Dios, haciendo creer a millones de personas condenadas que su reino es el reino de Dios que ha venido a la tierra, y millones de falsos cristianos y de impíos lo creerán y se dejarán marcar en la frente y en la mano derecha con ese sello del diablo, creyendo que es el sello de Dios.

7- El verso 13 dice que la Ciudad Celestial tiene tres puertas en cada lado, tres al norte, tres al sur, tres al este y tres al oeste, esto significa que la Nueva Jerusalén celestial tiene base cuadrada, sin embargo, no será un cubo como enseñan falsamente algunos, sino que en realidad es una gigantesca pirámide de base cuadrada, y luego más adelante el propio Apocalipsis da las medidas de sus dimensiones inmensas.

8- El verso 14 dice que el muro de la Nueva Jerusalén tiene 12 cimientos, y sobre ellos los nombres de los 12 apóstoles de Cristo. Esto es muy interesante, ya que significa que la Iglesia de Cristo está edificada sobre el fundamento de los apóstoles, los cuales también eran profetas de Dios, tal como dijo el apóstol Pablo en Efesios 2:20.

Observe que el inmenso muro de la Nueva Jerusalén no está fuera de la nueva Jerusalén sino que forma parte de la Nueva Jerusalén y encima de dicho muro está edificada el resto de la Ciudad Celestial, esto tiene un significado espiritual impresionante, ya que indica que la Iglesia de Cristo, que es la Nueva Jerusalén celestial, está edificada sobre la doctrina de los 12 apóstoles de Cristo, simbolizados por los doce cimientos del muro. Por supuesto, uno de los 12 apóstoles de Cristo era el apóstol Pablo, el cual escribió la mayoría de los libros que se encuentran en el llamado Nuevo Testamento, y fue el apóstol quien más edificó en la fe la Iglesia de Cristo.

El apóstol Matías aunque fue elegido por los once apóstoles para reemplazar a Judas Iscariote, tal como leemos en Hechos 1:16-26, ÉL NO FUE ELEGIDO POR JESÚS RESUCITADO DIRECTAMENTE PARA SER SU APÓSTOL, sin embargo, ¡¡Pablo sí que fue elegido directamente por Jesús resucitado para ser su apóstol!!, tal como leemos en Hechos 22:21, Romanos 1:1, 1Corintios 1:1, 15:9, 2Corintios 12:12, Gálatas 1:1, etc. Sin duda Pablo fue el principal apóstol de Cristo, y él por tanto por supuesto que forma parte del grupo de los doce apóstoles, y por tanto, su nombre estará escrito en uno de los doce fundamentos que tiene el muro de la Nueva Jerusalén celestial. Sería totalmente ridículo y falso decir que Pablo no forma parte de esos doce apóstoles que son el fundamento de la Iglesia de Cristo, que es la Nueva Jerusalén. Matías jamás llegó a ser el apóstol número doce por la sencilla razón de que él jamás fue elegido por Jesús resucitado, sino que simplemente lo eligieron de forma apresurada el resto de los apóstoles liderados por Pedro.

9- En los versos 15 al 17 el ángel le dijo a Juan las medidas de las dimensiones de la Nueva Jerusalén. Esto sería totalmente ridículo y sin sentido si dicha Ciudad Celestial no fuera totalmente literal y física.

El ángel dijo que la Ciudad Celestial está establecida en cuadro, es decir, es de base cuadrada, su longitud es igual a su anchura, y sus medidas son 12.000 estadios, y la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. Esto no significa que la Nueva Jerusalén tenga forma de cubo, sino más bien de PIRÁMIDE, ya que el Reino de Dios está representado perfectamente por una pirámide, y no por un cubo, ya que en la cúspide de la pirámide estará el trono de Dios y de Cristo, y por debajo de la pirámide estará el Reino de Dios con todos sus servidores, los cuales son la Iglesia de Dios, ¡¡y esto solo es posible en una estructura en forma de pirámide, y jamás en forma de cubo!!, el cubo no representa en absoluto el Reino de Dios, pero una estructura piramidal sí.

Los 12.000 estadios llevados a kilómetros son 2.200 kilómetros de largo, de ancho y de alto, es decir, la Nueva Jerusalén tiene unas dimensiones que ocuparía casi toda Europa, es una inmensa estructura en forma de pirámide semejante a jaspe que brillará con la gloria de Dios, y que será la capital de todo el Universo, el centro gubernamental universal desde el cual se gobernará toda la inmensidad del Cosmos, con sus incontables miles de millones de planetas.

10- El verso 17 dice que el muro de la Nueva Jerusalén mide ciento cuarenta y cuatro codos. Obviamente esa medida se tiene que referir a la altura del muro, no a su grosor, y llevado a metros son unos 65 metros de altura, que es una gran altura.

El verso 18 dice que el material con el cual está construido ese muro es de jaspe, el mismo material con el cual está construida la Ciudad Celestial.

Alguno preguntará para qué será necesario un muro en la Nueva Jerusalén Celestial si después del Milenio ya no existirán los enemigos de la Iglesia de Cristo ni los malvados, pues todos ellos habrán sido destruidos en el lago de fuego, y además la Nueva Jerusalén es una ciudad totalmente indestructible creada por el propio Dios. La respuesta es muy sencilla: dicho muro no tendrá la función de proteger a la Nueva Jerusalén de ataques de enemigos, sino para dar una ENSEÑANZA ESPIRITUAL a todos aquellos que vean dicho muro de la Ciudad Celestial, ya que como vimos, ese muro y sus cimientos representan a los doce apóstoles de Cristo, y de esta manera se enseña de forma gráfica que la Iglesia de Cristo, la Nueva Jerusalén, está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, es decir, sobre la doctrina de los 12 apóstoles de Cristo, incluido el apóstol Pablo (Efe.2:20).

11- El verso 18 dice que la Nueva Jerusalén Celestial es de oro puro, semejante al vidrio limpio. Ya vimos anteriormente como Juan dijo que la Ciudad Celestial era como una piedra preciosa semejante al jaspe, y en este pasaje se dice que la Ciudad es de oro puro, semejante al vidrio limpio, es decir, es transparente, ¿cómo se entiende esto?, muy simple: la Ciudad Celestial vista desde afuera es semejante a una piedra preciosa de jaspe, de diferentes colores, sin embargo, vista desde dentro está construida de una especie de oro puro transparente que no se conoce en la tierra, sino que es un tipo de oro puro extraterrestre, y que además es traslúcido, algo que jamás se ha conocido en la tierra. Sin duda la belleza inmensa de la Nueva Jerusalén Celestial es algo que jamás conocieron los humanos en este planeta, será la estructura creada por Dios más hermosa y espectacular de todo el Universo.

12- Los versos 19 y 20 describen como son los cimientos del muro de la Ciudad Celestial. Dice el pasaje que ese muro está adornado con toda clase de piedras preciosas, lo cual dará a dicho muro una belleza espectacular impresionante. Pero además dice que cada uno de esos doce cimientos del muro estará hecho de una piedra preciosa diferente. El significado espiritual de ello es tremendo, ya que nos indica que cada uno de los doce apóstoles de Cristo, incluido Pablo, era muy precioso para Dios, y al mismo tiempo todos esos doce apóstoles de Cristo eran diferentes, con caracteres personales diferentes, todos ellos eran muy valiosos para Dios y para Cristo, pero no eran todos iguales en personalidad y carácter.

13- El verso 21 dice que las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.

Ya vimos como esas doce puertas de la Nueva Jerusalén representan a las doce tribus de Israel, pero al Israel de Dios, los 144.000 sellados de las doce tribus de Israel (Ap.7:1-7).

Esas doce puertas que darán el acceso a la Ciudad Celestial están construidas con doce perlas gigantes, lo cual aumentará aún más la belleza y majestuosidad de la Nueva Jerusalén. Perlas gigantes de ese tamaño no existen en la tierra, lo cual significa que serán perlas de origen extraterrestre.

El texto también habla de la calle o avenida principal de la Nueva Jerusalén, la cual está construida del mismo tipo de oro puro transparente con el cual está construida también la Ciudad de Dios.

La imaginación humana no nos alcanza para poder apreciar como debe de ser la belleza celestial y espectacular del interior de la Nueva Jerusalén celestial, es algo que jamás ningún humano ha observado acá en la tierra, solamente al apóstol Juan se le dio el privilegio de ver por medio de esa visión profética como es la Nueva Jerusalén Celestial, y que será la futura morada de todos los verdaderos cristianos que forman parte de la Iglesia de Dios y de Cristo.

Los millones y millones de falsos cristianos, que son la cizaña, que rechazaron la verdadera doctrina de Cristo y de sus apóstoles después de haberla conocido jamás podrán morar por los siglos de los siglos dentro de esa Ciudad Celestial, sino que el destino de ellos será el fuego, donde serán quemados y destruidos totalmente, en cuerpo y alma (Mt.10:28, Ap.20:14-15).

14- El verso 22 es tremendamente importante. Dice lo siguiente:

“Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.”

Ese pasaje enseña cosas cruciales y fundamentales.

En primer lugar dice que en la Nueva Jerusalén no habrá ningún templo religioso. Mienten todos aquellos que enseñan la patraña de que en dicha Ciudad Celestial habrá un santuario o templo de Dios. No existirá ninguno, porque Juan dijo bien claro que no vio en dicha Ciudad Celestial ningún templo.

En segundo lugar, observe que el pasaje hace una clara diferencia entre el Dios todopoderoso (el Padre celestial), y el Cordero, es decir, Jesús. Aquellas iglesias que enseñan que el Dios todopoderoso es un dios trino, o que el Dios todopoderoso es Jesús, el Cordero, mienten totalmente, y enseñan una espantosa doctrina de demonios contraria a la enseñanza de Jesús y de sus apóstoles, ya que el pasaje enseña bien claro que el Dios todopoderoso es solamente el Padre, siendo Jesús el Cordero, y esta diferencia aparece en todo el libro del Apocalipsis.

En tercer lugar, el pasaje dice que el Dios todopoderoso, y el Cordero, son el templo de dicha Ciudad Celestial, esto significa que todos los verdaderos cristianos glorificados que morarán en esa Nueva Jerusalén Celestial estarán unidos a los dos dioses eternos, el Padre y el Hijo, todos formarán una perfecta unidad familiar y celestial, cumpliéndose así la petición que Jesús hizo al Padre cuando dijo estas palabras:

Jua 17:21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

Jua 17:22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.

Jua 17:23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.

Esa unidad perfecta es la que toda la Iglesia de Cristo tendrá en el futuro, y eso quedará reflejado en la Nueva Jerusalén celestial a la cual la Iglesia de Cristo será llevada después de que Cristo regrese a la tierra, entonces la Iglesia perfecta y glorificada será llevada a la Casa del Padre, que es la Nueva Jerusalén celestial, y todos ellos serán uno junto con el Padre y el Hijo, es decir, formarán una perfecta UNIDAD FAMILIAR, pensando todos una misma cosa, y siendo todos de una misma naturaleza divina, por eso es que no hará falta ningún templo o santuario en la Nueva Jerusalén, porque la Iglesia de Cristo, los verdaderos cristianos, ya no necesitarán ningún mediador sacerdotal para estar en unión con el Padre, ya que todos serán uno junto con el Padre y el Hijo.

15- El verso 23 dice que esa espectacular Ciudad Celestial no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.

Observe que ese pasaje no dice que el sol y la luna ya no existirán después del Milenio, lo que dice es que la luz del sol y de la luna no harán falta en esa Ciudad Celestial, ya que la Luz o gloria de Dios el Padre la iluminará, y el Cordero es su lumbrera, es decir, Jesús es el portador que lleva esa Luz o resplandor del Dios Padre. Dicho en otras palabras, Jesús es el verdadero LUCIFER, es decir, el portador de la Luz, tal como el propio Jesús dice en Apocalipsis 22:16, donde él dice que es el LUCERO o estrella resplandeciente de la mañana, es decir, Lucifer en idioma latino, ya que es Jesús y no Satanás, quien lleva la Luz de Dios el Padre. La doctrina iglesiera de que Satanás es Lucifer, el portador de la Luz, es una de las aberraciones y doctrinas de demonios más espantosas y satánicas enseñada por todas las iglesias falsas, ya que en la Biblia a Satanás jamás se le llama Lucifer, ya que solo Jesús es Lucifer, es decir, el portador de la Luz de Dios, el Lucero resplandeciente de la mañana. Para un estudio más extenso sobre este tema, leer este libro mío:

www.las21tesisdetito.com/lucifer.htm

Por consiguiente, la Nueva Jerusalén Celestial resplandecerá en toda su magnitud con esa espectacular Luz procedente del Dios supremo, el Padre celestial, y el Mesías Jesús es su lumbrera, es decir, Jesús el Mesías verdadero es el que lleva esa Luz procedente de Dios el Padre para iluminar a otros y guiarlos a toda la verdad, por eso es que Jesús dijo que él es la LUZ del mundo, y el que le sigue, es decir, el que tiene su doctrina, no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida (Jn.8:12).

Jesús es esa Luz del Universo por la sencilla razón de que él lleva esa Luz procedente del Dios supremo, el Padre que está en el cielo, y al mismo tiempo Jesús imparte esa Luz de Dios también a sus seguidores, para que ellos también sean Luz y den de esa Luz al mundo, a todos aquellos que están en tinieblas (Mt.5:14).

Por lo tanto, esa Luz o gloria de Dios el Padre se puede referir a una Luz literal, como la que tendrá la Nueva Jerusalén Celestial, y también se refiere a una Luz de CONOCIMIENTO, y ese verdadero conocimiento es ni más ni menos que el conocimiento de la verdadera doctrina que lleva a la vida eterna, tal como enseñó Jesús bien claro en Juan 17:3.

¡¡Para poder morar en esa futura Ciudad Celestial iluminada por la Luz del Dios Padre y de su Hijo Jesús, primero hay que tener la Luz de ese verdadero conocimiento doctrinal que lleva a la vida eterna!!, y ese conocimiento que salva es tal cual dijo Jesús, de que el Padre celestial es un Dios único y verdadero, el Dios supremo, el todopoderoso absoluto, no hay otro Dios como él ni por encima de él, y en segundo lugar, creer que Jesús es el verdadero MESÍAS DE ISRAEL, del linaje de David según la carne, es decir, el descendiente biológico del rey David a través de su padre humano José, el cual fue enviado como hombre a la tierra por el Dios supremo, el Padre, para cumplir las profecías hebreas del Tanaj. Si usted rechaza esta Luz de conocimiento verdadero, entonces usted jamás tendrá la vida eterna, así lo dijo Jesús bien claro. Para un estudio extenso sobre este tema, leer el siguiente libro mío: www.las21tesisdetito.com/jesus_es_el_mesias.htm

16- El verso 24 dice que las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.

Observe que ese pasaje habla de naciones salvas que existirán después del Milenio, es decir, las naciones seguirán existiendo por siempre, aunque no las fronteras como hoy en día existen.

Después del Milenio solo existirán personas salvas en la nueva tierra, pues la muerte habrá sido destruida y dejará de existir. Estas naciones no tendrán su morada en la Nueva Jerusalén Celestial, sino que morarán en la nueva tierra, ellos serán los súbditos del Reino de Dios, y repoblarán la nueva tierra y seguramente también el resto de planetas del Universo.

La Iglesia de Cristo que morará en la Nueva Jerusalén no ha de ser confundida con esas naciones, ya que la Iglesia es un pueblo CELESTIAL, mientras que esas naciones serán pueblos de la tierra, terrenales, los cuales vivirán para siempre en la tierra renovada, y la Iglesia de Cristo serán los reyes y sacerdotes que gobernarán sobre esas naciones.

Todas esas naciones que vivirán en la nueva tierra andarán a la Luz de la Nueva Jerusalén Celestial, esto significa que todas esas naciones prosperarán y serán guiadas por el Reino de Dios, y por la Luz del conocimiento verdadero que emanará de esa Ciudad Celestial. Dios el Padre, Jesús y su Iglesia darán todo ese conocimiento o Luz verdadera a todas esas naciones que se expandirán por todo el Universo.

La profecía también dice que los reyes de la tierra llevarán su gloria y honor a la Nueva Jerusalén, esto significa que los gobernantes o reyes de esas naciones salvas podrán entrar en la Nueva Jerusalén Celestial para rendir alabanza y pleitesía a los gobernantes divinos y gloriosos que morarán en la Ciudad Celestial, esto será una forma de agradecimiento voluntario que las naciones salvas harán al Reino o gobierno de Dios que tendrá su centro de poder en esa Nueva Jerusalén Celestial que estará posada en la nueva tierra.

17- El verso 27 dice que no entrará en esa Ciudad Celestial ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Ese pasaje significa que nada malo podrá entrar en esa Capital del Universo. Esto no significa que los malvados y mentirosos seguirán existiendo después del Milenio, al contrario, todos ellos habrán sido arrojados al lago de fuego y destruidos totalmente (Ap.20:14-15), lo que significa simplemente es que en dicha Nueva Jerusalén jamás entrará ninguna persona malvada y mentirosa, será una Ciudad totalmente perfecta y apartada para Dios. Solamente los que tienen sus nombres inscritos en el Libro de la Vida de Cristo podrán entrar en la Nueva Jerusalén Celestial, y estos son los que forman la Iglesia de Cristo (Lc.10:20, Flip.4:3, Ap.3:5, 13:8, 20:12, 22:19). Por lo tanto, el Libro de la Vida de Cristo es el Registro celestial que tiene Jesús en el cual están escritos los nombres de cada uno de los verdaderos cristianos que forman parte de la Iglesia de Cristo. Si usted es un verdadero cristiano que tiene la Luz del verdadero conocimiento que lleva a la vida eterna, y persevera hasta el fin en esa verdadera doctrina de Cristo, entonces usted forma parte de la Iglesia de Cristo, y tiene su nombre escrito en el Libro de la Vida, y tendrá su futura morada en la Nueva Jerusalén Celestial.

Llegados a este punto quiero decir algo muy importante, y es referente al asunto de la observancia del día sábado.

Hay una secta falsa y diabólica en el mundo llamada la iglesia adventista del séptimo día, la cual se hace pasar por una iglesia “cristiana”, y esta iglesia falsa ha ENGAÑADO a millones de personas ignorantes de la verdadera doctrina cristiana, haciéndoles creer la patraña y la estupidez de que la Iglesia de Cristo guardará el día sábado en la Ciudad Celestial, la Nueva Jerusalén. Eso es una espantosa mentira que no la enseña el Apocalipsis por ninguna parte.

La Iglesia de Cristo no guarda el día sábado, y jamás lo guardará en la Nueva Jerusalén, ya que para guardar el sábado hay que seguir el CICLO DEL DÍA Y LA NOCHE, y sin embargo, ¡¡en la Ciudad Celestial no existirá el ciclo del día y la noche!!, ya que en esa Ciudad siempre será de día, pues la Luz de Dios la iluminará.

La observancia del sábado forma parte de la ley de Dios dada por medio de Moisés a un pueblo terrenal, que era solamente la NACIÓN DE ISRAEL, sin embargo, la Iglesia de Cristo es un pueblo de Dios CELESTIAL, es decir, la Iglesia de Cristo de ninguna manera es la nación de Israel.

La nación de Israel vivirá en su tierra prometida por Dios, y serán ellos los que guardarán siempre el día sábado, tal como se predice en Isaías 66:23, pero si usted lee el contexto de esa profecía de Isaías verá que se refiere a todos los ISRAELITAS que habrán sido restaurados en su tierra prometida, y de día de reposo en día de reposo irán todos ellos a adorar al Dios Padre. Si lee por ejemplo los versos 20 y 21 se dice bien claro que se refiere a los HIJOS DE ISRAEL, de entre los cuales serán tomados algunos para ser sacerdotes y levitas en esa nación, es decir, de ninguna manera se está refiriendo a la Iglesia de Cristo, la cual es un pueblo celestial, y jamás guardarán el día sábado en la Nueva Jerusalén Celestial, de modo que no se deje usted engañar por las grandes mentiras que enseña esa iglesia falsa y engañadora que es la llamada iglesia adventista del séptimo día.

18- En Apocalipsis 22 se dan más detalles de cómo será la Nueva Jerusalén Celestial cuando descienda a la nueva tierra después del Milenio. Por ejemplo, en Apocalipsis 22:1 se dice que le fue mostrado a Juan por medio de una visión profética un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.

Obviamente el trono de Dios el Padre y de Cristo estará en la cima de la Nueva Jerusalén, es decir, en la cúspide de esa Ciudad celestial en forma de gigantesca pirámide resplandeciente.

Observe que el pasaje no habla de dos tronos, sino de uno solo, pero ese trono es del Dios supremo, el Padre, y también pertenece a Jesús, el segundo Dios subordinado al Padre, es decir, los dos dioses se sientan en ese mismo trono celestial.

Ese río de agua de vida manará de ese trono de Dios y de Cristo, es decir, saldrá de dicho trono y caerá como si fuera una gigantesca catarata hasta la base de la Ciudad en forma de pirámide. La escena será majestuosa e impresionante, jamás el ser humano ha conocido en la tierra una cascada de agua pura tan gigantesca como esa que existirá en la Nueva Jerusalén. Ese río de agua será absolutamente puro y cristalino, y regará toda la nueva tierra. El significado espiritual de ese río literal que saldrá del trono de Dios y de Cristo es impresionante, por ejemplo, Jesús dijo lo siguiente:

Jua 7:37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

Jua 7:38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

Jua 7:39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.

Como puede ver, ese río de agua viva simboliza el espíritu o energía de Dios que reciben todos aquellos que realmente creen en Jesús como el Mesías verdadero. Por lo tanto, el río de agua viva que saldrá del trono de Dios y de Cristo simboliza el espíritu de Dios que tienen todos los hijos de Dios que creemos realmente en Jesús como el verdadero Mesías de Israel, del linaje carnal de David, siendo también el Hijo de Dios, un ser poderoso celestial. Ese espíritu de Dios regará toda la nueva tierra, indicando así que todos los seres inmortales que vivan en la nueva tierra tendrán el espíritu de Dios que da la vida.

19- En Apocalipsis 22:2 leemos que en medio de la calle de la Nueva Jerusalén Celestial, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.

Como puede ver, Juan vio en visión algo más. En medio de la avenida de la Nueva Jerusalén, en las dos orillas del río de vida, crecerá el árbol de la vida. Este espectacular árbol literal estuvo también aquí en la tierra, en el jardín del Edén hace varios milenios, y tenía la peculiaridad de otorgar la inmortalidad a todos aquellos que coman de su fruto.

Adán y Eva jamás llegaron a comer de ese árbol de la vida, ya que ellos desobedecieron a Dios y murieron (Gen.3:22-24). Si ellos hubieran obedecido el mandamiento que Dios les dio, entonces Dios los habría recompensado con la vida eterna dándoles el acceso al árbol de la vida para que vivieran para siempre. Pero como ellos desobedecieron el mandato que Dios les dio, entonces comenzó en ellos el proceso de la muerte (Gen.2:17), y Dios les impidió entonces que comieran de ese árbol de la vida poniendo a dos querubines con espadas encendidas que protegían el acceso a dicho árbol de la vida.

En el Apocalipsis Jesús ha prometido a los verdaderos cristianos que nosotros comeremos de ese árbol de la vida para tener la inmortalidad (Ap.2:7, 22:14), en el momento que comamos del fruto de ese árbol de la vida que estará en la Nueva Jerusalén entonces recibiremos instantáneamente la inmortalidad.

El texto dice que ese árbol de la vida producirá doce frutos al año, dando cada mes su fruto, y además dice que las hojas de ese árbol servirán para la sanidad de las naciones.

Y aquí surge una pregunta lógica: ¿si las naciones de la tierra serán salvas después del Milenio, para qué necesitarán el fruto del árbol de la vida y sus hojas?.

Los seres humanos que vivan en la nueva tierra ya no enfermarán ni morirán, sino que serán inmortales, pero ellos serán inmortales porque ellos también comerán del fruto del árbol de la vida, para recibir la inmortalidad.

Ese fruto del árbol de la vida, así como sus hojas, servirán también para sanar y dar la inmortalidad a otras naciones que vivan en otros planetas del Universo.

20- En Apocalipsis 22: 3-5 leemos lo siguiente:

Apo 22:3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,

Apo 22:4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.

Apo 22:5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.

Ese pasaje es impresionante, porque en él se enseña que ya no habrá más maldición en la nueva tierra.

La maldición vino a este mundo por causa del pecado de Adán y Eva, y dicha maldición afectó a todos los niveles de la existencia humana y de la misma naturaleza, causando la enfermedad y la muerte, incluso las catástrofes naturales son efectos de esa maldición que vino al mundo. Sin embargo, después del Milenio, cuando la muerte sea destruida, también dejará de existir la maldición sobre la tierra, la cual será completamente renovada.

El trono de Dios y de Cristo estará en la Nueva Jerusalén que habrá descendido a la nueva tierra, y estará posada en ella, por lo tanto, esa nueva tierra se convertirá en el centro de gobierno de todo el Universo. Los dos dioses eternos, el Padre y el Hijo, gobernarán desde esa Ciudad Celestial, pero no solo ellos, ¡¡sino también sus siervos reinarán!!, los cuales trabajarán con Dios y con Cristo en el gobierno de todo el Universo. Estos siervos de Dios son los verdaderos cristianos que forman parte de la Iglesia de Cristo, es decir, los siervos de Dios no serán todos los seres humanos inmortales que vivan en la nueva tierra, sino que se refiere solamente a la Iglesia de Dios y de Cristo, los cuales servirán a Dios por todos los siglos.

El pasaje dice también que estos siervos de Dios VERÁN EL ROSTRO DEL DIOS PADRE, algo que Jesús ya prometió en Mateo 5:8, cuando dijo que los de limpio de corazón verán a Dios. Estos limpios de corazón se refiere solamente a los miembros de la Iglesia de Cristo, los cuales tendrán los cuerpos glorificados y espirituales, y por lo tanto solo ellos podrán ver literalmente al Dios supremo, el Padre celestial. Los seres humanos con cuerpos de carne y huesos no pueden ver al Dios Padre, el cual es espíritu, pero los hijos de Dios glorificados y celestiales sí que le podrán ver.

El pasaje dice también que el nombre del Dios Padre estará en sus frentes, es decir, ellos tendrán esa marca de Dios en sus frentes, y que consistirá en el nombre del Padre, que es también el mismo nombre que tiene su Hijo, el Cordero (Ap.14:1). Es decir, los santos glorificados de la Iglesia de Cristo no tendrán dos nombres escritos en sus frentes, sino solo uno, que es el nombre de IEVE en hebreo arcaico, el nombre que tienen tanto el Padre, como el Hijo, ya que el nombre del Dios Padre está también en este segundo Dios, que es el Hijo, los dos dioses se llaman igual (Ex.23:20-21). Para una información más amplia sobre este importantísimo tema, leer el siguiente libro mío: www.las21tesisdetito.com/padre_e_hijo.htm

El verso 5 termina diciendo que reinarán por los siglos de los siglos, refiriéndose al Dios supremo, que es el Padre celestial, a Jesús, y a su Iglesia, todos ellos, como una gran familia unida y perfecta, gobernarán por todos los siglos sobre todo el Universo. Esta familia celestial, como dioses inmortales y celestiales, ejercerán el dominio y el control sobre la inmensidad del Cosmos, gobernando todos los planetas del Universo que estarán bajo ese Reino eterno de Dios, de Cristo y de su Iglesia glorificada.

Tito Martínez

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