5 de enero de 2023

 

 

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ÍNDICE

 

Prólogo.

1- LA PASCUA HEBREA.

2- LA CEREMONIA SATÁNICA DE LA MISA NO TIENE QUE VER NADA CON LA CENA DEL SEÑOR.

3- LA CENA DEL SEÑOR EN LA IGLESIA DE CRISTO.

4- EL PARTIMIENTO DEL PAN NO ES LA CENA DEL SEÑOR.

 

 


 

Prólogo

 

¿Qué es la cena del Señor?

El apóstol Pablo dijo lo siguiente:

 

1Co 11:20 Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.

 

Como puede ver, la verdadera cena del Señor es eso, una CENA, es decir, una comida que los primeros cristianos hacían juntos. Una cena de ninguna manera es comer solo un trozo de pan y un poco de vino, sino que era una cena de verdad.

En este documento de estudio bíblico va a conocer lo que a lo largo de los siglos nos han ocultado y deformado dentro de las diferentes iglesias del sistema iglesiero apóstata. El SIA.

Por ejemplo, dentro de la iglesia católica, que es la iglesia de Satanás en la tierra, la gran ramera, nos han enseñado durante siglos que la cena del Señor es el llamado “sacrificio de la misa” o “eucaristía”. En esa ceremonia satánica y anticristiana el cura sodomita, putero o pedófilo pretende crear a Jesucristo con sus impías manos, para convertirlo en una galleta de harina a la cual llaman ostia. A ese falso cristo galleta luego lo sacrifican en cada una de las misas y los feligreses se lo comen por la boca en esas blasfemas misas y luego lo expulsan por el trasero al retrete en forma de excremento. ¡Eso no tiene que ver absolutamente nada con la verdadera cena del Señor!, sencillamente es una parodia satánica y blasfema hasta la nausea inventada por esa iglesia del diablo que es la iglesia católica romana.

Dentro de las llamadas iglesias protestantes o evangelocas también han falsificado la cena del Señor, diciendo que se trata de comer solamente un trocito de pan y un sorbo de vino, lo cual es totalmente ridículo y falso, pues eso NO ES UNA CENA.

Por consiguiente, en este documento vamos a estudiar y a analizar a la luz de las palabras del Señor Jesucristo y del apóstol Pablo lo que es la verdadera cena del Señor.

 

1

LA PASCUA HEBREA

 

Dentro del pueblo de Israel esta cena del Señor se trataba sencillamente de la pascua, en la cual las familias hebreas se reunían una vez al año, el 14 del mes de Nisán, para cenar, es decir, para hacer una comida juntos en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto. Esta es la cena que Jesús hizo con sus apóstoles, y que era una simple comida juntos. Vamos a leer el pasaje:

 

Luc 22:8 Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos.

Luc 22:9 Ellos le dijeron: ¿Dónde quieres que la preparemos?

Luc 22:10 Él les dijo: He aquí, al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare,

Luc 22:11 y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?

Luc 22:12 Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad allí.

Luc 22:13 Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.

Luc 22:14 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles.

Luc 22:15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!

Luc 22:16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.

Luc 22:17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;

Luc 22:18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.

Luc 22:19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.

Luc 22:20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.

 

Como puede ver, Jesús celebró la pascua con sus apóstoles cenando todos juntos. Esto es muy importante, porque nos habla claramente de una comida juntos, no simplemente de tomar un poco de vino y un trocito de pan.

Antes de comenzar a cenar juntos en la pascua los hebreos primero tomaban una copa con vino no fermentado, le daba gracias a Dios, y se repartía entre los comensales, eso fue lo que hizo Jesús.

Luego se hacía el rito del pan, en el cual se partía el pan sin levadura y se repartía entre los comensales. Entonces Jesús dijo que ese pan era su cuerpo, el cual por ellos iba a ser entregado a la muerte, pero obviamente Jesús estaba diciendo que ese pan sin levadura simplemente REPRESENTABA o SIMBOLIZABA su propio cuerpo, ¡no que literalmente ese pan fuera el cuerpo de Cristo!, ya que el apóstol Pablo también dijo que LA ROCA ERA CRISTO (1Co.10:4), y Cristo no es literalmente una roca, sino que esa roca simbolizaba o representaba a Cristo, lo mismo que ocurría con ese pan sin levadura que Jesús repartió a sus apóstoles en la pascua.

Jesús dijo a sus discípulos que ese rito del pan y del vino lo hagamos en MEMORIA DE ÉL, es decir, en recuerdo suyo. Esto obviamente fue falsificado por la iglesia del diablo en la tierra, la iglesia católica romana, enseñando la mentira anticristiana y blasfema de que eso es una misa católica en la cual se repite la muerte de Jesús, cuando el propio Jesús dijo que lo hiciéramos simplemente en recuerdo o memoria de él, no en repetición de su muerte, ya que la muerte de Jesús en sacrificio por nosotros fue única e irrepetible, ya no hay más ofrenda por el pecado, tal como dice claramente la epístola a los Hebreos (Heb.9:12, 24-26, 28, 10:10-12). Esto es todo lo contrario de lo que hace la iglesia de Satanás en la tierra, que es la iglesia católica, la cual pretende REPETIR una y otra vez el sacrificio único de Cristo en cada una de sus blasfemas y diabólicas misas.

En Lucas 22:20 observe como Jesús, después de haber cenado con sus apóstoles, tomó una vez más la copa con el vino y dijo que esa copa era el nuevo pacto en su sangre, que sería derramada por los suyos, es decir, ese vino representaba o simbolizaba el nuevo pacto de Jesús con su Iglesia, el cual está sellado con la propia sangre del Señor Jesús, y no como el antiguo pacto, el cual estaba sellado solamente con la sangre de animales.

Observe que Jesús dijo que esa copa de vino era el nuevo pacto en su sangre, pero lógicamente esa copa de vino no era literalmente el nuevo pacto en su sangre, sino que ese vino SIMBOLIZABA su sangre, la cual derramaría para el rescate de muchos. Sin embargo, la iglesia de Satanás en la tierra, que es la católica romana, ha falsificado completamente esas palabras de Jesús para enseñar la abominable y satánica doctrina de la transustanciación, en la cual dicen que ese vino se convierte literalmente en la sangre de Cristo en cada una de sus blasfemias misas, lo cual es totalmente falso, estúpido y satánico, ya que en esas repugnantes misas el vino sigue siendo vino y el pan sigue siendo pan, es decir, no existe ningún cambio de sustancia.

 

2

LA CEREMONIA SATÁNICA DE LA MISA NO TIENE QUE VER NADA CON LA CENA DEL SEÑOR

 

a continuación, vamos a leer lo que enseña la iglesia católica sobre esa ceremonia satánica de la misa. Lo siguiente que va a leer es la enseñanza oficial que dicha iglesia da sobre esta ceremonia blasfema y anti cristiana, la cual ha engañado a millones de personas durante siglos.

La iglesia católica enseña que la ceremonia de la misa es un sacrificio, porque ellos enseñan que en dicho sacrificio que realizan los curas en el altar de la misa se repite el mismísimo sacrificio del Señor Jesucristo realizado en el Calvario, pues enseñan que en dicha ceremonia el sacerdote católico vuelve sacrificar al Señor Jesucristo, pero de forma incruenta, sin derramamiento de sangre.

Por consiguiente, si ellos dicen que la misa es el mismo sacrificio de Cristo que hizo en el madero, pero sin derramamiento de sangre, ¡¡entonces ya no es el mismo sacrificio que Cristo hizo en el madero!!, con lo cual la contradicción enseñada por el catolicismo romano es absolutamente diabólica y absurda.

La siguiente información sobre la misa paposa la he tomado del siguiente sitio Web católico:

http://www.corazones.org/diccionario/misa.htm

 

LA SANTA MISA
Etim.: Missa, de "mittere", enviar. Tomado de las palabras finales en latín: "Ite missa est".

La misa, el sacrificio de la Eucaristía, es acto central de la Iglesia católica y el acto supremo de culto a Dios.
El mismo Cristo que se ofreció a si mismo una vez en el altar de la cruz, está presente y se ofrece en la misa. No es otro sacrificio, no es una repetición. Es el mismo sacrificio de Jesús que se hace presente. Es una representación del Calvario, memorial, aplicación de los méritos de Cristo.

Cristo está presente en el cielo y también en el altar, y se entrega hoy al Padre como el Viernes Santo.

La Misa es un sacrificio de propiciación (aplaca la justicia divina) por nuestros pecados.
La Misa es un memorial: Se conmemora la muerte de Jesús, pero no como un recuerdo psicológico, sino como una realidad mística. Cristo se ofrece a si mismo tan realmente como lo hizo en el Calvario.

 

Lo mismo se enseña en esta otra página web católica:

http://www.panvivo.com.ar/Quees/quees6.htm

 

"La Eucaristía es sacramento porque Cristo se nos da como alimento para el alma, y es sacrificio porque se ofrece a Dios en oblación.
La Misa es el mismo sacrificio de la cruz
, con todo su valor infinito.

En él se cumplen todas las características del sacrificio, el sacerdote, y la víctima son el mismo Cristo, quien se inmola con el fin de darle gloria de Dios. No es una representación, sino una renovación, del sacrificio de la cruz. En cada una se repite el sacrificio de la cruz, la única diferencia es que se realiza de forma incruenta, sin derramamiento de sangre. La Misa es el perfecto sacrificio porque la víctima es perfecta.
La Santa Misa tiene dos elementos: Cristo ofrece su vida para rescatarnos del pecado, pues con su muerte espía nuestros pecados y es Cristo mismo quién se ofrece al Padre y une a su sacrificio al nuestro."

 

Y lo mismo se enseña en el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica:

 

1365 Por ser memorial de la Pascua de Cristo, la Eucaristía es también un sacrificio. El carácter sacrificial de la Eucaristía se manifiesta en las palabras mismas de la institución: "Esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros" y "Esta copa es la nueva Alianza en mi sangre, que será derramada por vosotros" (Lc 22,19-20). En la Eucaristía, Cristo da el mismo cuerpo que por nosotros entregó en la cruz, y la sangre misma que "derramó por muchos para remisión de los pecados" (Mt 26,28).

 

1366 La Eucaristía es, pues, un sacrificio porque representa (= hace presente) el sacrificio de la cruz, porque es su memorial y aplica su fruto.

 

1367 El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son, pues, un único sacrificio: "Es una y la misma víctima, que se ofrece ahora por el ministerio de los sacerdotes, que se ofreció a sí misma entonces sobre la cruz. Sólo difiere la manera de ofrecer": (Cc. de Trento, Sess. 22a., Doctrina de ss. Missae sacrificio, c. 2: DS 1743) "Y puesto que en este divino sacrificio que se realiza en la Misa, se contiene e inmola incruentamente el mismo Cristo que en el altar de la cruz "se ofreció a sí mismo una vez de modo cruento"; …este sacrificio [es] verdaderamente propiciatorio".

 

1374 El modo de presencia de Cristo bajo las especies eucarísticas es singular. Eleva la eucaristía por encima de todos los sacramentos y hace de ella "como la perfección de la vida espiritual y el fin al que tienden todos los sacramentos" (S. Tomás de A., s.th. 3, 73, 3). En el santísimo sacramento de la Eucaristía están "contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero" (Cc. de Trento: DS 1651). "Esta presencia se denomina `real', no a título exclusivo, como si las otras presencias no fuesen `reales', sino por excelencia, porque es substancial, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente" (MF 39).

 

1375 Mediante la conversión del pan y del vino en su Cuerpo y Sangre, Cristo se hace presente en este sacramento. Los Padres de la Iglesia afirmaron con fuerza la fe de la Iglesia en la eficacia de la Palabra de Cristo y de la acción del Espíritu Santo para obrar esta conversión.

 

1377 La presencia eucarística de Cristo comienza en el momento de la consagración y dura todo el tiempo que subsistan las especies eucarísticas. Cristo está todo entero presente en cada una de las especies y todo entero en cada una de sus partes, de modo que la fracción del pan no divide a Cristo (cf Cc. de Trento: DS 1641).

 

1378 El culto de la Eucaristía. En la liturgia de la misa expresamos nuestra fe en la presencia real de Cristo bajo las especies de pan y de vino, entre otras maneras, arrodillándonos o inclinándonos profundamente en señal de adoración al Señor. "La Iglesia católica ha dado y continua dando este culto de adoración que se debe al sacramento de la Eucaristía no solamente durante la misa, sino también fuera de su celebración: conservando con el mayor cuidado las ostias consagradas, presentándolas a los fieles para que las veneren con solemnidad, llevándolas en procesión" (MF 56). http://www.corazones.org/doc/catecismo/10_1322_1419.htm

 

Todo este dogma de la gran ramera, que es la iglesia de Roma, está resumido en las siguientes asombrosas palabras escritas por un famoso sacerdote jesuita español, Jorge Loring, tomadas de su libro “Para Salvarte”:

 

"...El sagrario es lo principal de la Iglesia; aunque a veces no está en el altar mayor. El sagrario es una especie de casita, con su puerta y con su llave. ALLÍ ESTÁ Jesucristo, y por eso, al lado hay encendida una lamparita. Siempre que pasemos por delante, debemos poner la rodilla derecha en tierra, en señal de ADORACIÓN, lo mismo si está reservado que si está expuesto. Las imágenes merecen nuestra veneración y respeto porque están en lugar del Señor, de la Virgen y de los Santos, a quienes representan. Son sus retratos, sus estatuas. Pero LO QUE HAY EN EL SAGRARIO NO ES UN RETRATO O ESTATUA DE JESUCRISTO, SINO EL MISMO JESUCRISTO, VIVO, PERO GLORIOSO: COMO ESTÁ AHORA EN EL CIELO."

http://personal.iddeo.es/jorgeloring/eucaristia.html

 

 

¿Se puede decir una blasfemia más espantosa que esa?

Observe bien lo que dice ese famoso sacerdote jesuita al servicio de Satanás, él afirma que esa galleta es el mismísimo Señor Jesús, vivo y glorioso, y no solo eso, él dice que debemos postrarnos de rodillas ante esa galleta redonda, ¡para adorarla como si de Dios mismo se tratara!, y esto es precisamente lo que enseña la gran ramera, la iglesia de Roma, y por eso es que todos los fanáticos papistas que creen en ese falso cristo-galleta se postran de rodillas ante esa galleta redonda, en señal de adoración; dicho en otras palabras, ¡los seguidores del papismo son IDÓLATRAS ADORADORES DE GALLETAS DE HARINA, en este caso de un cristo falso, en forma de galleta redonda.

Por lo tanto, es completamente correcto decir que esos papistas son idólatras adoradores de galletas, pues eso es lo que son, ¡¡no se está diciendo ninguna falsedad o calumnia contra ellos!!, sino que les llamo realmente lo que son, pues ellos mismos dicen que se postran o arrodillan ante esa galleta para adorarla como si fuera Dios, pues para ellos esa galleta es Dios mismo, ¡pura idolatría de la peor especie!.

Observe también que, según ese blasfemo dogma del papismo, los sacerdotes papistas pretenden tener el poder de CREAR AL HIJO DE DIOS en las misas, y meterlo en esa cajita llamada "sagrario", para que sea adorado por la gente, ¡hasta ese punto el ser humano es engañado por Satanás y su iglesia en la tierra, la gran ramera romana!, la cual engaña a todas las naciones con esa blasfema y repugnante doctrina de hechiceros. Por eso es que el Apocalipsis dice que los pecados y abominaciones de esa gran ramera romana han llegado hasta el cielo, y al final, será destruida por fuego en una sola hora (Ap.18:17-21).

 

3

LA CENA DEL SEÑOR EN LA IGLESIA DE CRISTO

 

La pascua de los hebreos pasó a la Iglesia de Cristo, pero con la diferencia, de que ya no es para celebrar la salida de Israel de la esclavitud de Egipto, sino para conmemorar la muerte del Señor Jesucristo para la remisión de los pecados, hasta que él venga.

La verdadera pascua cristiana es ahora la cena del Señor, basada en la sangre del nuevo pacto vertida por Jesús por su Iglesia, mientras que la pascua hebrea fue sellada con la sangre de animales en el Antiguo Pacto. Por lo tanto, los verdaderos cristianos lo que celebramos es la pascua o cena del Señor, no la pascua hebrea.

Esta cena del Señor vamos a estudiarla en las palabras del apóstol Pablo a la iglesia de Corinto. El pasaje se encuentra en 1Corintios 11:20-34. Voy a pegar el pasaje y lo voy a ir comentando versículo por versículo.

 

1Co 11:20 Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.

1Co 11:21 Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.

 

Pablo reprendió a estos hermanos de la iglesia de Corinto, porque lo que estaban haciendo no era realmente comer la cena del Señor, sino que estaban haciendo una parodia de egoísmo carnal donde cada uno se adelantaba para tomar su propia comida sin pensar en los demás hermanos, incluso había otros que se emborrachaban.

 

1Co 11:22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.

 

Entonces Pablo les pregunta que si no tenían casas donde pudieran comer y beber, lo cual demuestra que cuando se reunían para comer la cena del Señor no debían de estar hambrientos, porque de lo contrario estarían menospreciando la Iglesia de Dios y avergonzando a los hermanos que no tenían nada que comer en sus casas. Evidentemente el apóstol Pablo dijo que en eso no los alababa.

 

1Co 11:23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;

1Co 11:24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.

 

A continuación, el apóstol Pablo pasó a describir lo que él mismo recibió del Señor y que les había enseñado.

Pablo les dijo que el Señor Jesús la noche que fue entregado tomó pan, y después de haber dado gracias a Dios lo partió y dijo a sus apóstoles “comed, esto es mi cuerpo que por vosotros es partido, haced esto en memoria de mí”.

Observe que Pablo se estaba refiriendo a la pascua hebrea que Jesús celebró con sus apóstoles y que como hemos visto se trataba de una cena.

Los hebreos antes de comenzar a cenar tomaban el pan y lo partían dando gracias a Dios, y luego comían todos de la cena, y eso mismo es lo que hizo Jesús, sin embargo, Jesús dijo que ese pan era su cuerpo, pero lógicamente, cuando Jesús dijo "esto es mi cuerpo" no estaba diciendo que ese pan fuera literalmente su cuerpo de carne, sino que representaba o simbolizaba su cuerpo, ya que la misma expresión aparece en 1corintios 10:5 donde el apóstol Pablo dijo que la roca era Cristo, y sin embargo, Cristo no es literalmente una roca. Exactamente lo mismo es lo que significan esas palabras de “esto es mi cuerpo”, simplemente ese pan simboliza el cuerpo de Cristo entregado para la remisión de los pecados. Además, Jesús dijo que hiciéramos este rito en memoria de él, es decir, en recuerdo suyo. Esto no tiene que ver absolutamente nada con la doctrina satánica de la misa católica o eucaristía en la cual pretenden repetir una y otra vez millones de veces el sacrificio de Cristo y convertir literalmente una galleta de harina en el cuerpo de Cristo, con su cuerpo glorioso, alma y divinidad, así como el vino en la copa pretenden convertirlo en esas blasfemas misas literalmente en la sangre de Cristo, lo cual es una gran mentira del diablo y una enseñanza absolutamente contraria a lo que enseña el Evangelio, pues como ya hemos visto, el sacrificio de Cristo fue único e irrepetible y ya no hay más ofrenda por los pecados, es decir, Jesús ya no puede ser sacrificado u ofrecido en ningún altar de la misa porque eso es todo lo contrario de lo que dicen esos pasajes de la epístola a los Hebreos y que ya vimos más arriba.

 

1Co 11:25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.

 

Pablo dijo que Jesús tomó también la copa, después de haber cenado, demostrando así que la verdadera cena del señor es una comida entre los hermanos en la fe, y después es cuando hacemos el rito de beber de la copa de vino no fermentado en recuerdo de Cristo.

Observe como Jesús dijo que esa copa es el nuevo pacto en su sangre. Una copa de vino no es literalmente un nuevo pacto, pero sí que representa o simboliza el nuevo pacto que hizo Jesús con su Iglesia derramando su propia sangre en el madero para la remisión de los pecados. Jesús de ninguna manera estaba diciendo la espantosa blasfemia satánica de que ese vino fuera literalmente su sangre, sino que ese vino representaba la sangre de Cristo que él iba a derramar en el madero, por la sencilla razón de que ese vino de la copa seguía siendo vino, sin ninguna transformación literal en sangre humana.

Jesús dijo que ese rito de tomar el vino de la copa teníamos que hacerlo todas las veces que lo bebiéramos para memoria o recuerdo de Cristo, y eso es lo que hacían los verdaderos cristianos durante el primer siglo.

Ellos no se reunían para celebrar ningún tipo de misa blasfema paposa, ni tampoco se reunían para tomar un sorbito de vino y un trocito de pan, sino que se reunían para hacer una comida juntos y también para hacer el rito del pan y del vino, tal como mandó Jesús. Lo que hoy en día hacen las iglesias falsas del sistema apóstata es solamente una parodia y falsificación diabólica de la verdadera cena del Señor.

 

1Co 11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

 

El apóstol Pablo dijo en ese pasaje que todas las veces que comamos de ese pan y bebamos de esa copa estamos anunciando o proclamando la muerte del Señor Jesús hasta que él venga.

Observe atentamente esas palabras de Pablo. Él no dijo por ninguna parte que esa cena del Señor la tengamos que celebrar solo el día 14 de Nissan del calendario hebreo como hacían y siguen haciendo los judíos cuando celebran la pascua hebrea. Lo que Pablo dijo es que todas las veces que hagamos ese rito de comer el pan y beber de la copa de vino, indicando así que esa cena del Señor la podemos hacer cuantas veces nos venga en gana.

Pero es que además Pablo dijo bien clarito que comer de ese pan y beber de esa copa de vino lo han de hacer todos los verdaderos cristianos, el texto bíblico por ninguna parte habla de cristianos ungidos y cristianos no ungidos, sino que está hablando solamente de la Iglesia de Cristo, los cuales lógicamente tenían el espíritu santo y aquellos que no tienen el espíritu de Cristo entonces no pertenecen a Cristo, sino que son falsos cristianos.

Pero no solo eso, además Pablo dijo que de esa copa de vino debemos beber todos, tal como Jesús dijo también, refiriéndose a todos los verdaderos cristianos:

 

Mat 26:27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos.

 

Todo esto es absolutamente lo contrario de lo que sucede en la ceremonia satánica católica del sacrificio de la misa, en las cuales solamente el cura sodomita, putero o pedófilo bebe de la copa de vino y el resto de feligreses paposos no beben de la copa, sino que solamente se comen por la boca al falso cristo galleta al que llaman ostia, al cual luego expulsan por el trasero en forma de excremento.

Observe también lo que dijo Pablo. Él dijo que cuando comemos de ese pan y bebemos de esa copa de vino estamos anunciando la muerte del Señor Jesús. Pablo no dijo por ninguna parte que estamos repitiendo la muerte del Señor, sino que dijo que la estamos proclamando o anunciando, y esa muerte del Señor Jesús en el madero fue única e irrepetible, indicando así lo satánica, falsa y anticristiana que es la ceremonia católica del sacrificio de la misa, la cual no tiene que ver absolutamente nada con la verdadera cena del Señor.

Observe también como Pablo dijo que estamos anunciando la muerte del Señor HASTA QUE ÉL VENGA. Indicando así de forma clara e irrefutable que en la verdadera cena del Señor Cristo no está presente físicamente de ninguna manera, sino que está completamente ausente, ya que lo hacemos hasta que él venga de forma física y personal del cielo para reinar sobre toda la tierra. Por lo tanto, esa doctrina satánica católica de que el propio Cristo está presente realmente en la eucaristía con su cuerpo glorioso, alma y divinidad es una de las mayores mentiras del diablo de toda la historia, ya que no existe ninguna presencia real o física de Cristo en esa ceremonia diabólica de la eucaristía, ya que el apóstol Pablo fue bien claro al decir que Jesús está ausente físicamente, ya que él todavía no ha venido del cielo con gran poder gloria.

 

1Co 11:27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.

1Co 11:28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.

 

En este pasaje el apóstol Pablo dijo que cualquiera que comiera de ese pan o bebiera de esa copa del Señor indignamente será culpado del cuerpo y la sangre del Señor.

La pregunta es: ¿qué significa beber de esa copa y comer de ese pan indignamente? La respuesta la tenemos en este mismo pasaje de Pablo. Eso era lo que hacían precisamente algunos hermanos de la iglesia de Corinto los cuales cuando llegaban a la cena no les importaban los demás hermanos, sino que se comían toda la cena, e incluso algunos de ellos se emborrachaban y de esta manera estaban pervirtiendo la cena del Señor y demostrando no tener ningún tipo de misericordia con el resto de los hermanos que se reunían en la cena (vers.20-22).

Esos hermanos indignos de la iglesia de Corinto Pablo dijo que serán culpados del cuerpo y de la sangre del Señor, o dicho con otras en otras palabras, ellos estaban pecando contra el cuerpo de Cristo, el cual es la Iglesia (1Co.12:27, Efe.5:23, 30, Col.1:24).

Por lo tanto, cada uno de los hermanos tenía que probarse así mismo comiendo del pan y bebiendo de la copa de vino, o dicho en otras palabras, la verdadera cena del Señor nos prueba a cada uno para ver si somos verdaderos cristianos.

La iglesia de Satanás en la tierra, que es la iglesia católica romana, ha falsificado esas palaras de Pablo enseñando la mentira perversa de que comer el pan y beber de la copa de vino de forma indigna significa no creer que ese pan y ese vino es literalmente el cuerpo y la sangre de Cristo, es decir, para esos embusteros e hijos del diablo de la gran ramera aquellos que rechazan la doctrina satánica de la transustanciación están comiendo y bebiendo de forma indigna. Sin embargo, ese pasaje de Pablo no tiene que ver nada con la doctrina diabólica de la transustanciación, simplemente está hablando de esos falsos hermanos que se reunían para cenar de forma indigna comiéndose todo, y no dejando comida al resto de los hermanos, e incluso otros se emborrachaban en esa cena, ¡¡ellos eran los que comían y bebían juicio para sí mismos!!, ellos eran los que comían y bebían de forma indigna, y por tanto, estaban pecando contra la Iglesia de Cristo.

 

1Co 11:29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.

1Co 11:30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.

1Co 11:31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;

1Co 11:32 mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

 

En esas palabras del apóstol Pablo dijo que el que come y bebe indignamente, sin discernir o entender el cuerpo de Cristo, juicio come y bebe para sí.

Evidentemente cuando Pablo habla aquí del cuerpo de Cristo únicamente se refiere a la Iglesia (1Co.12:27, Efe.5:23, 30, Col.1:24) y como ya vimos, los que comían y bebían indignamente eran aquellos que no tenían amor por los hermanos, sino que en esas comidas solamente pensaban en ellos mismos y se comían todo y algunos de ellos se emborrachaban.

No discernir el cuerpo de Cristo significa sencillamente no entender que los verdaderos cristianos formamos parte del cuerpo de Cristo, el cual es la Iglesia, y ese es el problema que tenían esos hermanos de la iglesia de Corinto que comían y bebían indignamente.

Seguidamente Pablo dijo que esa es la razón por la cual en esa iglesia de Corinto había muchos enfermos y debilitados e incluso otros muchos había muerto, indicando así que el Señor los estaba castigando o disciplinando por su mal comportamiento. Si esos miembros de la iglesia de Corinto se examinaran a ellos mismos ellos se hubieran dado cuenta del mal que estaban haciendo, y lógicamente no serían juzgados por el Señor, pero una vez que habían sido juzgados entonces el Señor los castigó para que no fueran condenados con el mundo. La enseñanza de este pasaje es tremenda porque significa que, aunque un hermano coma y beba de forma indigna en la cena del Señor no será condenado con el mundo, o dicho en otras palabras, un verdadero cristiano no se puede condenar aunque esté cometiendo errores y tenga falta de amor por otros hermanos.

 

1Co 11:33 Así que, hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros.

1Co 11:34 Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando yo fuere.

 

El apóstol Pablo terminó esa reprensión diciendo que cuando ellos se reúnan a comer se debían esperar unos a otros, prueba absoluta de que la cena del señor se trataba de una simple comida entre hermanos, y debían esperarse unos a otros para que así no ocurriera lo que estaba sucediendo en la iglesia de Corinto, que los primeros que llegaban se zampaban de forma egoísta toda la comida e incluso algunos se emborrachaban y cuando llegaban el resto de hermanos a la cena ya no tenían nada de comer, por lo tanto, debían esperar hasta que todos los hermanos llegaran para poder así entrar todos juntos a la cena.

El apóstol termina diciendo que, si alguno tuviese hambre, en primer lugar, debía comer en su casa para que de esta manera no se repitiera ese problema en la iglesia de Corinto, y de esta manera no llegarían hambrientos a la cena del Señor. Y haciendo eso, entonces el Señor Jesucristo no los juzgaría ni disciplinaria por comer y beber de forma indigna.

 

4

EL PARTIMIENTO DEL PAN NO ES LA CENA DEL SEÑOR

 

La iglesia de Satanás en la tierra, que es la iglesia católica romana, durante siglos ha enseñado la gran mentira de que la frase "el partimiento del pan" se refiere a la misa católica, es decir, a lo que ellos llaman la eucaristía.

Dentro de las mal llamadas iglesias evangélicas enseñan también la falsedad de que el partimiento del pan del pan se refiere a la cena del Señor, la cual, dicen ellos, es solamente comer un trocito de pan y un sorbito de vino.

En este apartado usted va a conocer la verdad sobre este asunto del partimiento del pan y su verdadero significado.

Leamos el siguiente pasaje:

 

Hch 2:42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

 

Lo primero que dice ese pasaje es que los primeros cristianos que vivían en Jerusalén perseveraban en la doctrina de los apóstoles, es decir, su fe la basaban en la enseñanza de los apóstoles que vivieron con Jesús. También dice que perseveraban en la comunión unos con otros, pero esto no tiene que ver absolutamente nada con la llamada "sagrada comunión" que toman los católicos en sus blasfemas y diabólicas misas. La palabra comunión significa simplemente unión en común, es decir, el texto dice simplemente que los primeros cristianos perseveraban en la unión en común que tenían entre ellos, y que era una unidad en la fe o doctrina de los apóstoles, el pasaje no tiene que ver absolutamente nada con ninguna blasfema y diabólica misa paposa.

El texto también dice que perseveraban en el partimiento del pan y en las oraciones, es decir, el pasaje está diciendo bien claro que ellos perseveraban en comer juntos en las casas y también en orar juntos, ya que la expresión "partimiento del pan" significa simplemente hacer una comida juntos, como vamos a ver ahora leyendo el siguiente pasaje:

 

Hch 27:33 Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas, sin comer nada.

Hch 27:34 Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá.

Hch 27:35 Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer.

Hch 27:36 Entonces todos, teniendo ya mejor ánimo, comieron también.

Hch 27:37 Y éramos todas las personas en la nave doscientas setenta y seis.

 

Ese texto del libro de los Hechos se enseña que Pablo fue a Roma en barco, entonces fueron atacados por un huracán que los hizo naufragar hasta que llegaron a la pequeña isla de Malta. En ese barco había 276 personas, casi todos paganos, y resulta que llevaban 15 días sin comer en ese barco por causa de esa tormenta en el Mar Mediterráneo.

Entonces Pablo les dijo que comieran por su salud y que no iba a perecer ninguno de ellos. Entonces Pablo tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos los que iban en el barco, y partiendo el pan comenzó a comer y todos los demás del barco comieron también.

Esto es la prueba irrefutable de que partir el pan de ninguna manera significa comer la cena del Señor, ni mucho menos celebrar una satánica y blasfema misa católica, simplemente lo que hizo Pablo es partir el pan para que todos comieran también. Por lo tanto, la expresión partir el pan de ninguna manera significa la cena del Señor, ni mucho menos celebrar una misa católica la cual es una ceremonia absolutamente satánica, anticristiana y diabólica como ya he demostrado en este libro.

Otro pasaje bíblico que siempre citan en las iglesias apóstatas es Hechos 20:7, para hacer creer la mentira de que esos discípulos celebraron en la ciudad de Troas la cena del Señor. Vamos a leer el pasaje:

 

Hch 20:7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.

 

La versión Reina Valera de 1960 y otras versiones lo han traducido como el primer día de la semana, es decir, el domingo, sin embargo, el texto griego no dice domingo por ninguna parte, sino que dice "el primero de los sábados", como muy bien lo ha traducido la versión Reina Valera de 2000

 

(RV2000) Y el primero de los sábados, juntos los discípulos a partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de partir al día siguiente; y continuó la palabra hasta la medianoche.

 

Como puede ver ese pasaje de Hechos no habla por ninguna parte de la cena del Señor, simplemente dice que se reunieron para partir el pan varios discípulos, y esa comida la hicieron un día sábado, ya que al día siguiente Pablo tenía que salir de viaje.

Los que dicen que ese pasaje se refiere a la cena del Señor o a una misa blasfema católica simplemente están mintiendo, ya que el texto únicamente está hablando de una comida que hicieron varios hermanos en esa ciudad, ya que en la Biblia partir el pan siempre se refiere a comenzar a comer.

Si ese texto se refiriera a la cena del Señor entonces lo diría, pero no lo dice por ninguna parte, sino que simplemente fue una reunión de discípulos en esa ciudad para hacer una comida fraternal con el apóstol Pablo antes de salir de viaje.

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22 de julio de 2017

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Por Tito Martínez

2 de febrero de 2021

 

 

1- Creemos en el henoteísmo bíblico y monólatra.

 

El henoteísmo es la creencia en un Dios supremo, que es el Padre celestial, este Dios supremo es uno y único, en el sentido de que no hay otro Dios como él, ya que es el Dios de dioses (Dt.6:4, Jn.17:5, 1Co.8:4, 6, etc.). Pero también creemos en la existencia de otros muchos dioses (elohim o poderosos) y señores en los cielos y en la tierra (1Co.8:5), y que son los hijos de Dios, ya sean los ángeles celestiales de Dios o los seres humanos al servicio de Dios (Dt.10:17, Éx.7:1, Sal.82:6, Jn.1:12-13, Ro.8:16, 1Jn.3:2, etc.).

Este Dios supremo, el Padre, tiene un nombre propio, pero todavía no sabemos su verdadera pronunciación. Unos le llaman IEVE, otros Jehová y otros Yahweh. Podemos utilizar cualquiera de esas tres pronunciaciones, y sin duda en el futuro sí que sabremos su verdadera pronunciación.

La monolatría es la adoración de un solo Dios. Y el único Dios que es adorado en la Biblia es el Dios supremo, el Padre celestial, porque de él proceden todas las cosas, él es el Creador supremo del Universo, pues por su voluntad existen todas las cosas que fueron creadas (Jn.4:23-24, 1Co.8:6, Heb.1:1-2, Ap.4:10-11, etc.)

Por consiguiente, rechazamos totalmente las doctrinas satánicas y antibíblicas del trinitarismo, del monoteísmo y del unicitarismo. La Biblia jamás enseña la doctrina de que solo existe un Dios, y tampoco enseña que Dios sea un misterioso dios trino, una especie de monstruo con tres cabezas o rostros, y la Biblia tampoco enseña que el Dios supremo, el Padre, sea el Señor Jesucristo.

 

2- Creemos en Jesucristo, en su muerte y en su resurrección.

 

La Biblia enseña que Jesús (Yeshua) es el Hijo único de Dios y el verdadero Mesías de Israel (Mt.16:16-17, Jn.3:16). Jesús dijo que para tener la vida eterna tenemos que tener el conocimiento de que el Padre es el único Dios verdadero, y que Jesús es el Mesías de Israel, el enviado del Padre (Jn.17:3).

Jesús es el descendiente BIOLÓGICO de Abraham y del rey David (Mt.1:1-17, Lc.3:23-38, Ro.1:3). Por lo tanto, él califica perfectamente para ser el verdadero Mesías de Israel, ya que Jesús era el hijo del hombre, es decir, el hijo biológico de su padre humano José, el cual era hijo o descendiente biológico de David (Mt.1:20). Dios el Padre engendró como hombre a su Hijo Jesús en el vientre de María, pero lo engendró sobrenaturalmente con un espermatozoide de José, el hijo de David, teletransportándolo por medio de su espíritu a un óvulo de María, para que así pudiera nacer el verdadero Mesías como hombre (Lc.1:30-35). Los iglesieros que niegan que Jesús es el descendiente biológico de Abraham y del rey David a través de José entonces están negando que Jesús es el verdadero Mesías de Israel y también niegan que Jesucristo vino en carne, es decir, como hombre, y por tanto son anticristos (1Jn.2:18-22, 4:2-3, 2Jn.1:7).

Jesús es el Hijo ÚNICO del Dios Padre porque él es el mejor, el más amado y el más importante de todos sus hijos, no porque Dios el Padre solo tenga un hijo. De igual manera, el Dios Padre es un Dios ÚNICO porque él es el Padre supremo, el más importante de todos los padres y el mejor de todos ellos, pero sin negar la existencia de otros muchos padres.

Nosotros creemos en la humanidad del Señor Jesucristo y también en su divinidad. Él es Dios Poderoso (Is.9:6), el Verbo divino que se hizo carne (Jn.1:1, 14), el Dios unigénito (Jn.1:18), nuestro gran Dios y Salvador (Tito 2:13), y también es un hombre, el hijo del hombre (Mt.25:3, 1Tm.2:5). Aunque Jesús sea llamado Dios en algunos pasajes de la Biblia, esto no significa que Jesús sea igual al Dios Padre, ya que el propio Jesús dijo que el Padre es su Dios (Jn.20:17, Heb.1:8-9, Ap.3:12,). Por lo tanto, Jesús está subordinado a la autoridad suprema del Dios Padre, y si está sujeto a la voluntad del Dios Padre, entonces significa que él es inferior al Dios Padre en autoridad, por eso es que el Padre es la cabeza o jefe de Cristo (1Co.11:3). Por consiguiente, aquellos que enseñan que Jesús es solamente un hombre, y niegan la divinidad del Señor Jesús, tienen la doctrina del anticristo, el cual niega que el Verbo divino se hiciera carne, hombre (Jn.1:1, 14, 1Jn.4:2-3), y aquellos que enseñan que Jesús es igual que el Dios Padre también tienen la doctrina del anticristo, ya que esto significa que ellos niegan que Jesús sea también un hombre, es decir, si Jesús fuera igual al Dios Padre, entonces ya no sería un hombre, y si Jesús es solamente un hombre, entonces la Biblia jamás le llamaría Dios.

Nosotros creemos que Jesús murió realmente en un madero. Él dijo que daría su propia vida solo por sus ovejas, no por toda la humanidad, y las ovejas de Cristo son los que oyen su palabra y le siguen (Jn.10:11, 15, 27). La doctrina de que Jesús entregó su vida por toda la humanidad es por tanto, una doctrina satánica y opuesta a la enseñanza de Jesús.

Jesús murió por amor a sus ovejas para salvarlas del pecado y para rescatarnos o comprarnos con su sangre (Ap.5:9).

Nosotros creemos que el Dios supremo, el Padre celestial, resucitó a su Hijo Jesús (Hch.2:32, 4:10, 1Ts.1:10, etc.).

Creemos que la resurrección de Jesús no fue la reanimación de un cadáver, sino la transformación instantánea del cadáver de Jesús, en un nuevo cuerpo glorioso y espiritual.

El cuerpo glorioso de Cristo cuando resucitó NO ERA EL MISMO CUERPO QUE MURIÓ y fue sepultado, sino un cuerpo radicalmente diferente y transformado (1Co.15:37). Por lo tanto, los iglesieros que enseñan que Jesús resucitó con el mismo cuerpo que murió en el madero están mintiendo y predicando un falso evangelio. Obviamente ese cuerpo resucitado, glorioso y espiritual de Cristo podía materializarse y aparecerse a sus discípulos en carne y huesos, para que ellos le pudieran ver y tocar (Lc.24:39-43).

Nosotros creemos en la preexistencia eterna y divina del Señor Jesucristo. Jesús es el Verbo de Dios (Ap.19:13), y este Verbo divino es eterno, jamás fue creado, ya que él existía antes de que Dios creara todas las cosas (Jn.1:1, Col.1:17).

Jesús dijo que él ya existía con el Padre desde antes de la fundación del mundo (Jn.17:5). Jesús dijo que él descendió del cielo (Jn.6:38, 42). Por lo tanto, si Jesús dijo que descendió del cielo es porque él ya estaba en el cielo antes de descender a la tierra como hombre. Aquellos que niegan la preexistencia divina de Jesús están llamando mentiroso a Jesús, pues Jesús enseñó bien claro que descendió del cielo, lo cual significa que él ya existía en el cielo antes de bajar a la tierra. El apóstol Pablo también enseñó en Filipenses 2:6-11 la preexistencia divina de Jesús. Pablo dijo que Jesús ya existía en forma de Dios, o era de condición divina, antes de hacerse hombre, entonces él se despojó a si mismo de su gloria y divinidad y descendió del cielo, haciéndose semejante a los hombres, y estando en la condición de hombre, se humilló así mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte en el madero.

Nosotros creemos que el Señor Jesucristo en su preexistencia divina era el Mensajero (Malak) principal de Dios, es decir, el Ángel de Dios especial mencionado en el Antiguo Testamento, el cual tiene el mismo nombre que su Padre IEVE, ya que el nombre de IEVE está en él (Ex.23:20-21).Esteban dijo bien claro que este Ángel o Mensajero de IEVE que se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente era el Señor, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob (Hch.7:30-34), pero resulta que Jesús es el Señor (Ro.10:9, Filp.2:11).Por lo tanto, este Ángel o Mensajero especial que se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente era el mismísimo Señor Jesucristo en su preexistencia divina. Por lo tanto, el Señor Jesucristo es el segundo Señor o Dios, el cual está subordinado al Señor o Dios supremo, el Padre. El propio rey David conocía la existencia de estos dos dioses o señores cuando dijo estas palabras proféticas: "Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi diestra, hasta que ponga a todos tus enemigos por estrado de tus pies" (Mt.22:43-45). Por consiguiente, todos aquellos que niegan la preexistencia divina del Señor Jesús, así como la existencia de estos dos dioses eternos, que son el Padre y el Hijo, tienen la doctrina del anticristo (1Jn.2:22). Aquellos que niegan la encarnación del Verbo divino están negando entonces al Padre y al Hijo, y por lo tanto, son el anticristo.

Estas dos personas divinas, el Padre y el Hijo, se llaman igual: IEVE, sin embargo, uno es el IEVE supremo o mayor, que es el Padre celestial, y el otro es el IEVE menor, es decir, el Mensajero o Ángel de IEVE, el cual también se llama IEVE (Ex.23:20-21), y era este IEVE menor quien se aparecía a los seres humanos (Gen.18:1, etc.). Este IEVE menor era el Señor Jesucristo en su preexistencia divina, pues fue este Señor o Ángel de IEVE quien se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente. El IEVE supremo, el Padre, jamás se apareció a los seres humanos, pues al Dios Padre ningún ser humano le vio jamás (Jn.1:18), por lo tanto, la Biblia demuestra de forma muy clara la existencia de estos dos dioses o personas divinas llamados IEVE. Uno es el Dios supremo, único e invisible, el Padre, y no hay otro Dios igual a él, y el otro Dios es el IEVE menor, el Hijo de Dios el Padre, el cual está subordinado al Dios Padre y se aparecía a los seres humanos. Fue este IEVE menor, el Hijo o Verbo de Dios, quien se hizo hombre y habitó entre nosotros (Jn.1:1, 14).

Jesús es el Señor, y para ser salvos tenemos confesar con nuestra boca esta gran verdad (Ro.10:9-13). Confesar con nuestra boca que Jesús es el Señor significa creer y confesar que él es el eterno Señor IEVE mencionado en el llamado Antiguo Testamento, el cual bajaba del cielo y se aparecía a los seres humanos, como se apareció a Adán y Eva, Abraham, Moisés, etc. Los que rehúsan confesar con su boca esta gran verdad fundamental jamás se podrán salvar, sino que se condenarán al lago de fuego.

 

3- Creemos en el espíritu santo.

 

Jesús dijo que el espíritu santo es el poder de lo Alto (Lc.24:49). Y el ángel también dijo a María que el espíritu santo es el poder del Altísimo, es decir, el poder o energía del Dios Padre (Lc.1:35). El poder no es literalmente una persona, sino una ENERGIA. Por lo tanto, la Biblia enseña bien claro que el espíritu santo es la energía o poder de Dios, y no una tercera persona divina. La doctrina iglesiera de que el espíritu santo es una tercera persona divina es totalmente falsa, diabólica y antibíblica.

Esta energía o poder de Dios el Padre es personificada en la Biblia, pero sin ser literalmente una persona. Por ejemplo, la Biblia también personifica la sabiduría, diciendo que esta clama o grita por las calles (Prov.1:2021), sin embargo, la sabiduría no es literalmente una persona. La personificación es un estilo literario muy utilizado en la Biblia.

El espíritu santo nunca es adorado ni glorificado en la Biblia, lo cual demuestra claramente que no es Dios, ni es una tercera persona divina, sino que es el espíritu DE Dios el Padre, es decir, es algo que Dios tiene. Este espíritu o energía de Dios el Padre es también el espíritu de Cristo, y si alguno no tiene este espíritu de Cristo entonces no pertenece a Cristo, es decir, no es un verdadero cristiano (Ro.8:9).

 

4- Creemos que el ser humano es mortal, no inmortal.

 

La Biblia enseña que el ser humano es un alma viviente (Gen.2:7). Dios dice que el alma es mortal, muere (Gen.2:17). Sin embargo, Satanás enseña todo lo contrario, engañó a Eva diciendo que el alma es inmortal (Gen.3:4). Por lo tanto, cuando las iglesias de la cristiandad apostata predican la doctrina de la inmortalidad del alma sencillamente están repitiendo exactamente la misma mentira de Satanás, y llamando a Dios mentiroso. Los muertos están en los sepulcros, tal como enseñó el Señor Jesús, el Cristo: "Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida, mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" (Jn.5:28-29).

Por consiguiente, el Señor dice bien claro que los muertos están en los sepulcros, en otras palabras, ¡¡ellos no están vivos en ningún "más allá"!! Todos los muertos, justos e injustos, despertarán cuando resuciten. Observe que los que están en los sepulcros son las PERSONAS muertas, no solo sus cuerpos, por lo tanto, la doctrina de que los muertos están vivos en un "más allá" es totalmente demoníaca. Dios dice que el ser humano es POLVO, y vuelve al polvo de la tierra cuando muere (Gen.3:19), en otras palabras, cuando morimos DEJAMOS DE EXISTIR, ya que volvemos a la misma condición de INEXISTENCIA que Adán tenía antes de que Dios lo creara del polvo de la tierra. Jesús dijo que vino para dar su ALMA (su vida) en rescate de muchos: "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida (alma) en rescate por muchos." (Mr.10:45). La palabra griega traducida por "vida" es psijé, que también es traducida por ALMA. El alma es el ser vivo, la persona. Ahora bien, si el alma fuera inmortal, ¡¡entonces Jesús no habría dado su alma o vida en rescate!!, es decir, NO HABRÍA MUERTO, y no existiría la redención por su sangre. Por lo tanto, la doctrina de la inmortalidad del alma es absolutamente diabólica, ¡es un ataque frontal contra el Evangelio!

 

5- Creemos en la salvación eterna.

 

Nosotros creemos que la salvación eterna de los verdaderos cristianos que hemos conocido el Evangelio es solamente por la gracia o misericordia de Dios, por medio de la fe, no por nuestras obras (Ef.2:8-9).

La salvación eterna es un proceso gradual, que comienza cuando creemos en el Evangelio y recibimos la justificación por la sangre de Cristo, y la reconciliación con Dios (Ro.5:9-11), pero la salvación eterna se manifestará plenamente en el futuro, cuando Jesús aparezca por segunda vez, para salvar a los que le esperan (Heb.9:28).

La salvación eterna se conseguirá por medio de la obediencia al Señor Jesucristo (Heb.5:9). Sin obedecer al Señor Jesús no hay salvación posible, por lo tanto, no basta creer que Jesús es nuestro Salvador y el Señor, sino que hay que OBEDECER las palabras del Señor Jesús para recibir en el futuro la eterna salvación (Mt.7:24-27). Jesús dijo que quien crea y SEA BAUTIZADO será salvo, pero quien no crea será condenado (Mr.16:16). Y los apóstoles bautizaban a los creyentes solamente en el nombre del Señor Jesucristo, para el perdón de los pecados (Hch.2:38, 10:48). Por lo tanto, para tener el perdón de los pecados tenemos que creer en el Señor Jesús y bautizarnos en agua, y por inmersión, en su nombre. Esto significa que el bautismo en el nombre de un falso dios trino, o el bautismo de infantes que no tienen capacidad para creer, son bautismos falsos y no sirven para nada.

Nosotros creemos que Dios el Padre, en su misericordia, salvará a todos aquellos que a lo largo de toda la Historia de la Humanidad jamás conocieron a Cristo ni el verdadero Evangelio, pero perseveraron en hacer el bien, buscando gloria, honra e inmortalidad (Ro.2:67). Ellos serán juzgados conforme a la ley de sus conciencias, que nos dicta lo que está bien y lo que está mal (Ro.2:14-15).

Las llamadas “ovejas misericordiosas” serán salvos en el futuro y entrarán en el reino de Dios en la tierra porque ellos tuvieron misericordia con los hermanos pequeños de Jesús, es decir, con los verdaderos cristianos, y ese bien que ellos hicieron será recompensado con la vida eterna (Mt.25:31-46). Jesús dijo bien claro que los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida, pero los que hicieron lo malo saldrán a resurrección de condenación (Jn.5:28-29). Por lo tanto, esa doctrina iglesiera de que ningún ser humano se podrá salvar por hacer lo bueno es absolutamente falsa y satánica y contraria a la enseñanza de Jesús y de sus apóstoles.

Nosotros creemos que la salvación o vida eterna en el futuro reino de Dios la recibiremos en la era venidera, cuando el Señor Jesús regrese del cielo para gobernar a las naciones (Lc.18:29-30, Mt.25:34, 46).

Nosotros creemos que los cristianos verdaderos ya tenemos la vida eterna (1Jn.5:13), pero la tenemos solo como promesa de Dios, ya que esta vida eterna o salvación eterna la hemos de alcanzar o heredar en el futuro (Mt.25:34, 2Tim. 1:1, 1Jn.2:25, 1Ts.5:9, 1Pe.1:5), y alcanzaremos esta vida eterna o salvación cuando el Señor Jesucristo aparezca por segunda vez para salvar a los que le esperan (Heb.9:28). Por consiguiente, los verdaderos cristianos ya estamos seguros de recibir en el futuro la vida eterna que Dios nos ha prometido, porque Dios siempre cumple lo que promete.

 

6- Creemos en la Iglesia del Padre y del Hijo

 

Nosotros creemos que la Iglesia verdadera de Dios el Padre y de su Hijo Jesucristo es universal, y es el conjunto de cristianos verdaderos que siguen la doctrina del Padre y del Hijo, y que se aman unos a otros como Cristo nos amó. Esta Iglesia o Congregación del Padre y del Hijo es la esposa de Cristo, y es su cuerpo (Ef. 1:10, 22, 23; 5:23, 27, 32; Col.1:18).

Nosotros creemos que la Iglesia del Padre y del Hijo es el reino del Señor Jesucristo, (Mt. 13:47; Is.9:7), la casa y familia de Dios, (Ef. 2:19; 3:15; Prov. 29:18).

Los miembros de la Iglesia del Padre y del Hijo son llamados “los santos” (Hch.9:13, Ro.1:7, 1Co.1:2, Ap.13:7, etc.). La palabra “santo” en la Biblia significa perfecto y también apartado para Dios.

Nosotros creemos que la única cabeza o jefe de la verdadera Iglesia es el Señor Jesucristo, (Col.1:18; Ef. 1:22). El pontífice romano, el Papa de Roma, de ninguna manera es la cabeza de la Iglesia de Dios, sino solo un satánico impostor, pues se hace pasar por quien no es. En realidad, el papado es el hombre de pecado, el hijo de perdición predicho por Pablo (2Ts.2:3-4), él fue el resultado de esa gran apostasía de la Iglesia que sucedió en el siglo 4, cuando la iglesia católica se unió al poder imperial del César de Roma y se apartó (apostató) de la verdadera doctrina enseñando doctrinas de demonios (1Tm.4:1).

La Iglesia del Padre y del Hijo está formada por los santos que en el futuro reinarán sobre la tierra como reyes y sacerdotes (Ap.1:6, 2:26-27, 5:9-10, 20:4-6). Ese gobierno mundial de Cristo y de su Iglesia comenzará solamente cuando Jesús venga del cielo con gran poder y gloria a gobernar a las naciones con “vara de hierro”, es decir, con justicia y rectitud (Ap.19:15, 20:4-6), es entonces cuando comenzará el Milenio, un periodo de mil años literales, durante los cuales Jesús y su Iglesia gobernarán sobre las naciones de la tierra con justicia (Ap.20:4-6).

 

7- Creemos en la futura venida gloriosa de Jesucristo y en el arrebatamiento de la Iglesia.

 

El Señor Jesucristo dijo que él regresará del cielo con gran poder y gloria inmediatamente después de la tribulación de aquellos días (Mt.24:29-30), es entonces cuando su Iglesia, los escogidos, serán arrebatados y se reunirán con él en el cielo, es decir, en el aire (Mt.24:31, 1Ts.4:15-17).

Por consiguiente, esa doctrina iglesiera de que el arrebatamiento de la Iglesia ocurrirá cuando Jesús venga de forma secreta e invisible antes de una tribulación de siete años es una espantosa mentira satánica, una doctrina de demonios muy peligrosa para todos aquellos millones de personas que la creen.

Nosotros creemos que los verdaderos cristianos, los santos, sufrirán en el futuro una gran tribulación o persecución durante esos 42 meses de gobierno de la bestia (Ap.13:7, 10). Esa persecución o tribulación contra los santos de la Iglesia del Padre y del Hijo ocurrirá en el imperio de la bestia, que estará formado solo por diez reinos (Ap.17:12-14).

Nosotros creemos que los cristianos verdaderos, los santos, podremos conocer perfectamente en el futuro la fecha de la venida gloriosa de Cristo y del fin del mundo. El futuro gobierno de la bestia durará solo 42 meses (Ap.13:5), y Jesús regresará del cielo para destruir ese gobierno reinado de la bestia (Ap.19:19-21), por lo tanto, cuando comience el gobierno de la bestia en ese imperio de diez reinos podremos conocer fácilmente la fecha del regreso glorioso del Señor Jesús y del arrebatamiento de la Iglesia, simplemente habrá que contar los 42 meses desde el comienzo de ese gobierno de la bestia.

Y respecto a las palabras de Jesús en Mateo 24:36, en esas palabras se dice simplemente que EN ESE MOMENTO nadie, excepto el Padre, conocía el día y la hora de la futura venida gloriosa de Cristo, observe que el texto bíblico dice "nadie sabe", en tiempo presente, pero no dice "ni sabrá", por lo tanto, esas palabras de Jesús no niegan que en el futuro podamos conocer la fecha exacta de su regreso glorioso. Y respecto a las palabras de Jesús en Hechos 1:7, Jesús se estaba refiriendo solamente a sus apóstoles que en ese momento estaban con él, "no os toca A VOSOTROS saber los tiempos o las sazones…", es decir, es a los apóstoles a los que no les tocaba conocer el tiempo ni las sazones de la futura restauración del reino a Israel, pero el pasaje no dice por ninguna parte que en el futuro no podamos conocer la fecha del regreso de Cristo y de la restauración de Israel.

Nosotros creemos que esa futura gran tribulación contra los santos de la Iglesia, que durará 42 meses, no hay que confundirla con la ira de Dios, la cual será derramada sobre los adoradores de la bestia al final de esos 42 meses de gobierno mundial de la bestia (Ap.16:1-21).

Nosotros creemos que cuando regrese el Señor Jesús con gran poder y gloria al final de esos 42 meses entonces el falso mesías (la bestia) y su aliado religioso, el falso profeta, serán apresados y arrojados vivos a un lago de fuego, y los ejércitos de la bestia reunidos serán destruidos por el propio Señor Jesús (Ap.19:19:21). Entonces Satanás será apresado, atado y encerrado en un lugar llamado el Abismo, para que no pueda engañar a las naciones de la tierra durante el Milenio (Ap.20:13). De esta manera terrible terminará el futuro gobierno de Satanás, la bestia y el falso profeta.

Nosotros creemos que cuando Jesús y sus santos glorificados desciendan a la tierra juzgarán a los seres humanos que estén vivos en la tierra. Jesús se sentará en un trono resplandeciente, y entonces juzgará a las naciones de la tierra que en ese momento estén vivos, separando a unos de otros. Aquellos seres humanos que tuvieron misericordia con los verdaderos cristianos (los hermanos pequeños de Jesús) serán puestos a la derecha de Cristo, y entonces ellos recibirán la vida eterna, y entrarán en el reino de Dios, sin embargo, aquellas personas que no tuvieron misericordia con los verdaderos cristianos perseguidos serán puestos a la izquierda de Cristo, y él los enviará al fuego eterno, donde serán atormentados y destruidos totalmente en cuerpo y alma (Mt.10:28, 25:31-46).

Nosotros creemos que Jesús, cuando regrese del cielo, no solamente juzgará a los seres humanos que estén vivos en la tierra, sino que también comenzará el juicio de los muertos, un juicio que durará mil años (Ap.11:18). Esos muertos serán juzgados conforme a las obras que hicieron cuando ellos vivieron en la tierra (Ap.20:12). Cuando esos mil años se cumplan Satanás será soltado del Abismo, para engañar a las naciones. Millones de personas, lideradas por Satanás, intentarán derrocar el gobierno mundial del Señor Jesús y de sus santos, rodearán la ciudad de Jerusalén terrenal, pero descenderá fuego del cielo y los consumirá, y Satanás mismo será lanzado al lago de fuego, donde será atormentado y destruido para siempre (Ap.20:7-10).

Los muertos que ya fueron juzgados durante el Milenio volverán a vivir, para comparecer ante el Tribunal de Dios, y oír la sentencia o veredicto, ya sea de perdón, o de condenación. Aquellos que no tengan su nombre escrito en el libro de la vida serán arrojados a un lago de fuego, donde serán totalmente destruidos en cuerpo y alma (Ap.20:5, 11-15).

Después de esos mil años literales la tierra será totalmente destruida por el fuego, y entonces Dios algo totalmente nuevo y mucho mejor, él hará un nuevo cielo y una nueva tierra, es decir, un nuevo planeta, sobre el cual descenderá la capital del Universo, la Nueva Jerusalén celestial, y el propio Dios Padre descenderá de forma personal y visible a esa nueva tierra, para morar con los seres humanos inmortales (Ap.21:1-5).

Si usted cree en estas siete doctrinas fundamentales entonces forma parte de la Iglesia del Padre y del Hijo, y si persevera en esta verdadera doctrina hasta el final, entonces será salvo y alcanzará la vida eterna en el glorioso reino de Dios que vendrá a la tierra (Mt.24:13, 1Co.15:1).

 

 

 

 

 

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