LOS FALSOS CRISTOS LEVANTADOS POR LOS SACERDOTES PAPISTAS

 

 

Por Tito Martínez

(Estudiante de la Biblia)

 

EL CONCEPTO PAPISTA DE LA MISA
 

La siguiente información sobre la misa la he tomado de páginas web católicas:

http://es.catholic.net/biblioteca/

http://www.ewtn.com/spanish/prayers/corpus_christi.htm#El%2


La Eucaristía como sacrificio


A pesar de que el sacramento y el sacrificio se llevan a cabo en la misma consagración, hay que distinguirlos. La Eucaristía es sacramento porque el Cristo se nos da como alimento para el alma, y es sacrificio porque se ofrece a Dios en oblación.
La Misa es el mismo sacrificio de la cruz, con todo su valor infinito.
En él se cumplen todas las características del sacrificio, el sacerdote, y la víctima son el mismo el Cristo, quien se inmola con el fin de darle gloria de Dios. No es una representación, sino una renovación, del sacrificio de la cruz. En cada una se repite el sacrificio de la cruz , la única diferencia es que se realiza de forma incruenta, sin derramamiento de sangre. La Misa es el perfecto sacrificio porque la víctima es perfecta.
La Santa Misa tiene dos elementos: el Cristo ofrece su vida para rescatarnos del pecado, pues con su muerte espía nuestros pecados y es el Cristo mismo quién se ofrece al Padre y une a su sacrificio al nuestro.


El Sacramento de la Sagrada Eucaristía
 

La Eucaristía es el Sacramento que contiene verdaderamente el Cuerpo y Sangre de Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad, toda la Persona del Cristo vivo y glorioso, bajo las apariencias de pan y vino.
El concilio de Trento define claramente esta verdad, fundamental para la vivencia y adoración del Cristo:

" En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad. En realidad el Cristo íntegramente ."
Como católicos, creemos que Jesucristo está personalmente presente en el altar siempre que haya una hostia consagrada en el sagrario. Es el mismo Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, que andaba por los caminos de Galilea y Judea. Creemos que El viene ahora como nuestro huésped personal, cada vez que recibimos la Santa Comunión.
La Eucaristía es uno de los siete sacramentos instituidos por el Cristo para que participemos de la vida de Dios. Es el mayor de todos los sacramentos, porque contiene al Cristo mismo, el Autor Divino de los Sacramentos.

 

La verdadera Doctrina Cristiana de la Cena del Señor
 
 

El Evangelio enseña claramente que el Señor Yeshúa (Jesucristo)  fue ofrecido UNA SOLA VEZ al Padre, para quitar el pecado de en medio, NO HABIENDO YA MÁS SACRIFICIO (ofrenda) POR EL PECADO: "Yeshúa FUE OFRECIDO UNA SOLA VEZ para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan". "10 En esa voluntad somos santificados mediante LA OFRENDA DEL CUERPO DE Yeshúa, el Cristo HECHA UNA VEZ PARA SIEMPRE". (Heb.9:28, 10:12). "18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda (sacrificio) por el pecado." (Heb.10:18).
Por consiguiente, ofrecer o repetir de nuevo el sacrificio del Cristo en las misas (como hacen los sacerdotes papistas millones de veces en sus misas) es una espantosa blasfemia pagana, y un rechazo del único y suficiente sacrificio del Cristo que quita el pecado del mundo, ¡¡la misa papista es una espantosa blasfemia pagana y una negación diabólica del único y suficiente sacrificio del Cristo en el madero!!
Respecto a esa doctrina papista de que la Hostia, al ser "consagrada" en la Misa por el sacerdote papista se convierte literalmente EN EL CRISTO mismo, con su cuerpo, alma y divinidad, veamos lo que dijo el verdadero Cristo: "23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, NO LO CREÁIS. 24 Porque SE LEVANTARÁN FALSOS CRISTOS Y FALSOS PROFETAS..." (Mt.24:23-24).

 

Al tomar el pan sin levadura, y el fruto de la vid en el día 14 de Nisán, estamos RECORDANDO (no repitiendo) la muerte del Señor Yeshúa, y anunciando su futura VENIDA gloriosa (1Co.11:23-26).
El pan y el vino es SÍMBOLO del cuerpo y la sangre del Cristo, y no literalmente el cuerpo y la sangre del Cristo, ya que Yeshúa también dijo que él es la PUERTA y la VID, sin embargo, él no es literalmente una puerta, ni una vid. Cuando Yeshúa partió el pan, su cuerpo no se transformó en pan, sino que su carne siguió sobre sus huesos, y cuando tomó la copa, él la llamó "el fruto de la vid", es decir, ¡NO se convirtió literalmente en su sangre!. Por lo tanto, la doctrina papista de la transustanciación es un espantoso engaño, una mentira abominable y pagana, ya que NINGÚN cambio de sustancia ocurre en esos elementos del pan y del vino.
La doctrina católica papista de que la Cena del Señor, a la cual ellos llaman "sacrificio de la misa", o "Eucaristía" sea la "renovación o repetición del sacrificio del Cristo", y que el pan y el vino "consagrado" por el sacerdote papista se convierte literalmente en Yeshúa, el Cristo, es una espantosa BLASFEMIA PAGANA, y un engaño de la peor especie, ya que nosotros NO volvemos a sacrificar a Yeshúa cuando tomamos el pan y el fruto de la vid, sino que RECORDAMOS su muerte, es decir, lo hacemos en MEMORIA o RECUERDO suyo: "19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: "Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto EN MEMORIA DE MÍ" (Lc.22:19). ¡Ahí lo tiene!, cuando tomamos el pan y el mosto, lo hacemos en MEMORIA O RECUERDO del Cristo, el cual murió una sola vez por nosotros, ¡¡de ninguna manera estamos "renovando" o repitiendo el sacrificio del Cristo!!.
Lo que hace el sacerdote papista en la misa es una pura blasfemia pagana, un insulto al único y suficiente sacrificio del Cristo para la remisión de los pecados.


Pablo dijo que aquellos cristianos que toman de la Cena del Señor sin DISCERNIR (comprender) el CUERPO DEL SEÑOR, están comiendo y bebiendo juicio para ellos mismos. ¿Qué significa "discernir el CUERPO del Señor"? Obviamente NO significa creer en la diabólica doctrina papista de la transustanciación, es decir, no significa creer que el pan se convierte literalmente en el cuerpo del Cristo, y el vino en sangre, sino que significa NO CREER QUE LOS CRISTIANOS SOMOS EL CUERPO del Cristo: "16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre del Cristo? El pan que partimos, ¿no es la COMUNIÓN DEL CUERPO del Cristo? 17 Siendo uno solo el pan, NOSOTROS, CON SER MUCHOS, SOMOS UN CUERPO; pues todos participamos de aquel mismo pan" (1Co.10:16-17).
Pablo lo dijo bien claro. En la Cena del Señor el CUERPO del Cristo ha de tener una COMÚN UNIÓN (comunión), y ese cuerpo somos NOSOTROS, es decir, la IGLESIA, somos muchos miembros, pero UN SOLO CUERPO, el cuerpo del Cristo: "27 VOSOTROS, PUES, SOIS EL CUERPO del Cristo, y miembros cada uno en particular" (1Co,12:27). ¿Lo entiende?. En la Cena del Señor NO nos reunimos para comernos literalmente el cuerpo del Cristo en forma de galleta blanca, ni para bebernos literalmente su sangre, ¡eso es una abominable blasfemia papista!. Los verdaderos cristianos no son caníbales, ni vampiros bebedores de sangre. En la Cena del Señor se reúnen los verdaderos cristianos para tener COMÚN-UNIÓN (comunión) UNOS CON OTROS, se toma del pan y del vino para RECORDAR la muerte del Cristo. Utilizar ese pasaje de Pablo para enseñar la papista doctrina de que quien no cree en la doctrina de la transustanciación está tomando juicio para sí, es una repugnante y diabólica FALSIFICACIÓN de las palabras de Pablo.

Cuando los cristianos se reúnen para tomar la Cena del Señor conmemoramos y proclamamos (no repetimos) la muerte del Señor, y anunciamos su futura venida gloriosa: "26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, LA MUERTE DEL SEÑOR ANUNCIÁIS HASTA QUE ÉL VENGA." (1Co.11:26). Por lo tanto, en la verdadera Cena del Señor NO se REPITE el sacrificio del Cristo, él ya no es ofrecido de nuevo al Padre en sacrificio, sino que RECORDAMOS SU MUERTE, y la anunciamos al mundo, hasta que él venga en gloria.
Yeshúa fue ofrecido UNA SOLA VEZ al Padre, para quitar el pecado de en medio, NO HABIENDO YA MÁS SACRIFICIO POR EL PECADO: "Yeshúa FUE OFRECIDO UNA SOLA VEZ para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan". "10 En esa voluntad somos santificados mediante LA OFRENDA DEL CUERPO DE Yeshúa, el Cristo HECHA UNA VEZ PARA SIEMPRE". (Heb.9:28, 10:12). Ofrecer de nuevo a Yeshúa en el "sacrificio de la misa" (como hacen los sacerdotes papistas millones de veces en sus misas) es una espantosa blasfemia pagana, y un rechazo del único y suficiente sacrificio del Cristo que quita el pecado del mundo.

 

Los falsos cristos levantados por el catolicismo
 

El Señor Yeshúa dijo que se LEVANTARÍAN muchos FALSOS CRISTOS y falsos profetas durante esta era "cristiana". Estos falsos profetas engañarían a MUCHOS con sus falsos milagros (Mt.24:24). La misión de esos falsos profetas es hacer que el mundo adore a esos falsos cristos. Esta, por ejemplo, será la misión del último y más grande falso profeta de la Historia (el último Papa del catolicismo), el cual hará que el mundo adore a la primera bestia, es decir, al mayor falso cristo de la Historia y a su imagen, y quien no adore a ese falso cristo, será matado (Ap.13:11-15). Por lo tanto, fíjese bien, no confunda a los falsos cristos con los falsos profetas. Estos últimos tienen por misión hacer que el mundo ADORE A LOS FALSOS CRISTOS.
Seguidamente vamos a ver a uno de estos falsos cristos, el cual LEVANTAN muchos falsos profetas con sus manos, para hacer que el mundo ADORE a esos falsos cristos, y se lo coman. Esos falsos profetas, disfrazados como sacerdotes del Cristo, intentan engañar incluso a los escogidos de Dios (Mt.24:24).
Esos falsos cristos que los falsos profetas papistas LEVANTAN en sus ceremonias es la HOSTIA que los sacerdotes papistas levantan en sus misas o "eucaristías".
Según el dogma oficial del papismo romano, cuando el sacerdote LEVANTA delante de sus fieles la Hostia en la misa, y pronuncia las palabras "mágicas" de "consagración", se produce el mayor "milagro" de todo el Universo: ¡¡ellos CREAN A DIOS!!, es decir, ellos se creen con el poder de convertir una galleta redonda en el propio Señor Yeshúa, en cuerpo, alma y divinidad. También dicen que la copa de vino se transforma milagrosamente en LA SANGRE del Cristo. Después esos sacerdotes se comen a ese "dios galleta", y se beben su sangre, por lo tanto, lo que hacen ellos en esa ceremonia "eucarística" es un vil y repugnante acto de CANIBALISMO Y VAMPIRISMO, ¡¡algo completamente prohibido en la Ley de Dios!!. Esta doctrina es lo que se conoce en el dogma católico como la TRANSUSTANCIACIÓN, palabra que significa CAMBIO DE SUSTANCIA. Ahora bien, lo más sorprendente de todo esto es que ¡¡NO HAY NINGÚN CAMBIO DE SUSTANCIA EN ESOS ELEMENTOS DEL PAN Y DEL VINO!!, ¡¡se trata de una diabólica y nauseabunda mentira papista!!, el pan sigue siendo pan después de la "consagración", y el vino sigue siendo vino después de la "consagración"; ni el pan se convierte en carne, ni el vino en sangre.
Leamos lo que profetizó Yeshúa: "23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, NO LO CREÁIS. 24 Porque SE LEVANTARÁN FALSOS CRISTOS Y FALSOS PROFETAS..." (Mt.24:23-24).  Yeshúa dijo bien claro que esos falsos cristos serían LEVANTADOS, es decir, elevados, y lo mismo ocurriría con los falsos profetas, ellos serían ELEVADOS O LEVANTADOS, ¡¡y esto es exactamente lo que hacen los sacerdotes papistas millones de veces en sus misas!!; ellos, estando en el ALTAR, es decir, elevados, LEVANTAN la hostia con sus impías manos, y dicen: "ESTE ES EL CORDERO DE DIOS", es decir, dicen que esa galleta es el propio Señor Yeshúa, el Cristo, en cuerpo, alma y divinidad. Con esa abominable blasfemia sacrílega ellos se creen con el poder de FABRICAR A DIOS, convirtiéndolo en una simple galleta, y exponiéndola después en sus "sagrarios" para la ADORACIÓN pública de los pobres católicos que se lo creen, por eso es que el Apocalipsis dice que los pecados y abominaciones de esa iglesia falsa (la gran ramera) han llegado hasta el cielo (Ap.18:5).

 

Veamos ahora las siguientes ilustraciones que he copiado de una página web católica.
En la ilustración de la izquierda vemos al sacerdote papista, o falso profeta, elevado en el altar, y levantando la Hostia, o falso cristo, para ofrecerla de nuevo en sacrificio a Dios. Observe la imagen del crucificado, ¡¡esto indica que el cura papista está ofreciendo a Dios de nuevo al propio Cristo!!.


 

Observe ahora esta foto de la derecha. En ella aparece el falso cristo (la hostia) metido en un relicario de oro y piedras preciosas, ¡los mismos adornos lujosos que tiene la gran ramera! (Ap.17:4). En ese relicario colocan al falso cristo, y ahí lo guardan, para que la gente que ignora la verdad LO ADORE, como si del propio Dios se tratara (pura idolatría de la peor especie). En esta foto los papistas idólatras ya no se cortan un pelo, pues abajo podrá leer perfectamente la palabra "JESUCRISTO". De esta forma tan clara esos hijos de Satanás están diciendo al mundo que esa galleta redonda es el mismísimo Señor Yeshúa, el Cristo. De esta manera se cumple la impresionante profecía de Yeshúa, cuando dijo: "Entonces, si alguno os dijere: MIRAD, AQUÍ ESTÁ EL CRISTO, O MIRAD, ALLÍ ESTÁ, NO LO CREÁIS. PORQUE SE LEVANTARÁN FALSOS CRISTOS..." (Mt.24:23-24).
Si usted cree que todo lo dicho anteriormente es una exageración por mi parte, le citaré las palabras de un famoso sacerdote "jesuita" español, llamado Jorge Loring, y que he tomado de su página web:
http://personal.iddeo.es/jorgeloring/eucaristia.html

Este seguidor ciego del Papa dice lo siguiente en su libro "para salvarte": "...El sagrario es lo principal de la Iglesia; aunque a veces no está en el altar mayor. El sagrario es una especie de casita, con su puerta y con su llave. ALLÍ ESTÁ JESUCRISTO , y por eso, al lado hay encendida una lamparita. Siempre que pasemos por delante, debemos poner la rodilla derecha en tierra, en señal de ADORACIÓN, lo mismo si está reservado que si está expuesto . 45,2. Las imágenes merecen nuestra veneración y respeto porque están en lugar del Señor, de la Virgen y de los Santos, a quienes representan. Son sus retratos, sus estatuas. Pero LO QUE HAY EN EL SAGRARIO NO ES UN RETRATO O ESTATUA DE JESUCRISTO, SINO EL MISMO JESUCRISTO , VIVO, PERO GLORIOSO: COMO ESTÁ AHORA EN EL CIELO."

 

¿Se puede decir una blasfemia más espantosa que esa? Según esos falsos profetas papistas, ellos tienen el poder de CREAR A DIOS, y meterlo en esa cajita llamada "sagrario", para que sea adorado por la gente. Ofrecer de nuevo a Yeshúa en el "sacrificio de la misa" (como hacen los sacerdotes papistas millones de veces en sus misas) es una espantosa blasfemia pagana, y un rechazo del único y suficiente sacrificio del Cristo que quita el pecado del mundo. Y lo más paradójico y cómico de todo esto es que luego esos papistas enseñan que su iglesia católica-romana es la única y verdadera iglesia del Cristo. ¡¡Hasta ese punto el ser humano es engañado por Satanás!! (Ap.12:9).

 

El significado de "comer la carne del Cristo y beber su sangre"

 

El Cristo dijo que quien no come su carne y bebe su sangre no tiene vida eterna: "53 Yeshúa les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él." (Jn.6:53-56).
La interpretación que el papismo católico romano hace de esas palabras del Cristo es totalmente falsa y herética. Según esa secta católica falsa esas palabras hemos de aceptarlas de forma LITERAL, es decir, dicen que hemos de comer literalmente la carne del Cristo, y beber su sangre de forma literal cuando en la misa se toma la "sagrada comunión", es decir, el Cristo-hostia. Por lo tanto, -según el papismo- ¡el Cristo nos enseñó a ser CANÍBALES Y VAMPIROS BEBEDORES DE SANGRE!
Seguidamente veremos la falsedad de esa interpretación.
Eso de "comer la carne del Cristo y beber su sangre" es un HEBRAÍSMO, es decir, una figura literaria judía, una METÁFORA, que significa CREER EN EL CRISTO, como veremos más adelante.
Esta figura literaria la utilizó también el rey David, cuando dijo lo siguiente: "¿He de beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de su vida?" (2.ª Samuel 23:17).
Tres de los amigos de David le oyeron expresar su gran deseo por beber agua del pozo de Belén. Con gran peligro, estos hombres atravesaron las avanzadas de los filisteos y le llevaron el agua. Cuando David se enteró de que estos hombres arriesgaron sus vidas de tal forma, rehusó beber del agua diciendo "¿HE DE BEBER YO LA SANGRE de los varones que fueron con peligro de su vida?"
Nadie supone que David quería decir que el agua era materialmente sangre, lo que él hizo es utilizar un HEBRAÍSMO, es decir, una expresión en forma figurada. De la misma manera la Biblia menciona en forma figurada el acto de comer un cuerpo, beber sangre o de tener hambre y sed de justicia, etc. Todas estas frases son usadas como expresiones SIMBÓLICAS, no literales.
Veamos ahora como esa expresión de "comer la carne del Cristo y beber su sangre" significa CREER EN EL CRISTO. Vamos a ir a las propias palabras del Cristo, en Juan capítulo 6.
"28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? 29 Respondió Yeshúa y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. 30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos?" (Jn.6:28-29).
"35 Yeshúa les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. 36 Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis." (Jn.6:35-36).
"40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero." (Jn.6:40).
"47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de vida." (Jn.6:47).
"63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. 64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Yeshúa sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar." (Jn.6:63-64).
"69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente." (Jn.6:69).
En todos esos pasajes anteriores se enseña claramente que "comer la carne del Hijo del Hombre y beber su sangre" es sinónimo de CREER EN EL CRISTO, es decir, creer que él es el Cristo y el Hijo de Dios.
Y para terminar, voy a citar las siguientes palabras del Cristo que encontramos en el versículo 58 "Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente."
En ese pasaje el Cristo dijo que él es el verdadero Pan que descendió del cielo, y seguidamente dijo: "NO COMO VUESTROS PADRES COMIERON EL MANÁ, Y MURIERON". Estas palabras del Cristo destrozan definitivamente la interpretación falsa que la secta papista hace de estas palabras del Cristo, ya que él dijo que dicho Pan que ha descendido del cielo (el Cristo mismo) NO SE COME DE LA MISMA MANERA QUE LOS HEBREOS COMIERON EL MANÁ EN EL DESIERTO, dicho en otras palabras, NO ES UN PAN LITERAL QUE SE COMA POR LA BOCA, como se comía el pequeño maná en el desierto, sino que es un PAN ESPIRITUAL que el Padre envió del cielo, y se come cuando CREEMOS verdaderamente en Yeshúa como el Cristo y el Hijo de Dios.

 

LA MISA CATÓLICA


Estudio bíblico tomado del libro escrito por el evangelista Ralph Woodrow "Babilonia, misterio religioso".
 
¿Tiene el sacerdote el poder de convertir los elementos del pan y el vino, literalmente, en cuerpo y sangre del Cristo durante el rito de la misa? ¿Está la creencia católica de la transubstanciación basada en las Escrituras? Si el Cristo rompió el pan, ¿por qué los sacerdotes católicos sirven una hostia completa? ¿Por qué es de forma redonda? Las letras místicas I. H. S., qué significan? ¿Era ese elaborado ritualismo parte del culto de la Iglesia primitiva?
En la noche que el Señor fue traicionado, leemos que «Yeshúa tomó el pan y bendijo y lo partió y dio a sus discípulos y dijo: Tomad, comed: este es mi cuerpo. Y tomando el vaso y hechas gracias, les dio diciendo: Bebed de él todos; porque esta es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados» (Mateo 26:26-28). En este pasaje de las Escrituras, Yeshúa usó la expresión «este es mi cuerpo» refiriéndose al pan y refiriéndose al vino, dijo: «ésta es mi sangre». La Iglesia Católica Romana insiste que cuando el vino y la hostia son consagrados por el sacerdote, ¡se convierten en la verdadera carne y sangre del Cristo! Esto es conocido como la transubstanciación. ¿Pero pueden un pedazo de pan o una copa de vino convertirse verdaderamente en la carne y sangre del Señor? ¿Es esto lo que el Señor quiso decir?
A los que estudian todo lo que la Biblia dice acerca de este asunto, se les hace notorio que nuestro Señor habló de su cuerpo y de su sangre en un sentido simbólico. Simplemente quiso decir que aquellos elementos representaban simbólicamente su cuerpo y su sangre. Sabemos que estos elementos no se convirtieron en la propia sangre y cuerpo del Cristo cuando Él los "bendijo", ¡porque Él (personalmente) estaba aún allí! Estaba sentado ante ellos antes, durante y después de que tomaron del pan y la copa. ¡No se cambió de una persona a un líquido ni se transformó en pan! Su carne estaba todavía sobré sus huesos, y su sangre corría por sus venas. Como persona, no había desaparecido para reaparecer en forma de pan y de vino. No, cuando Yeshúa habló del pan y del vino como su cuerpo y su sangre, estaba usando un lenguaje simbólico. Este tipo de simbolismo es usado frecuentemente en la Biblia. En cierta ocasión, tres de los amigos de David le oyeron expresar su gran deseo por beber agua del pozo de Belén. Con gran peligro, estos hombres atravesaron las avanzadas de los filisteos y le llevaron el agua. Cuando David se enteró de que estos hombres arriesgaron sus vidas de tal forma, rehusó beber del agua diciendo: «¿He de beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de su vida?» (2.ª Samuel 23:17). Nadie supone que David quería decir que el agua era materialmente sangre. No, él usó la expresión en forma figurada. De la misma manera la Biblia menciona en forma figurada el acto de comer un cuerpo, beber sangre o de tener hambre y sed de justicia, etc. Todas estas frases son usadas como expresiones simbólicas. Yeshúa dijo una vez: «Yo soy la puerta» (Juan 10:9). Es evidente que nadie supone que el Señor se convirtiera, efectivamente, en una puerta. Es evidente que esta expresión es figurativa. En otra ocasión el Señor dijo: «Yo soy la vid, vosotros los pámpanos» (Juan 15:5). ¡Ciertamente que no quiso decir que se había convertido en una vid! Las Escrituras hablan de nuestro Señor como de una roca. «Y esta roca era el CRISTO» (1.ª Corintios 10:4). Pero también aquí se hace evidente que el Señor no es ninguna roca. Sería paganismo de la peor especie levantar una roca y decir: «esto es Dios». No, estas referencias al Señor como una roca, una vid, una puerta, etc., etc., son figurativas, simbólicas. Cuando Yeshúa dijo: «Este es mi cuerpo..., ésta es mi sangre», lo hizo, también, de forma simbólica.
Aun así, por espacio de muchos siglos, el romanismo ha insistido en una interpretación literal de las palabras de nuestro Señor. Creen que después de la consagración del sacerdote, el pan y el vino dejan de ser pan y vino. Pero nuestro Señor aun después de haber bendecido el sacramento, lo llamó "el fruto de la vid", no su sangre (Mateo 26:29). Si los elementos de la comunión se convierten en el mismo cuerpo y sangre del Cristo, ¿cómo podríamos tomarlo «en su nombre... hasta su regreso»? Si el vino se convirtiese en sangre durante el rito misal -como se dice ser-, entonces el tomarlo sería prohibido por las Escrituras (Hechos 15:20, etc.).
Tal vez la prueba más obvia de que la teoría católica de la transubstanciación es un fraude, radica en el hecho de que no hay cambio alguno en los elementos después de su supuesta transustanciación. El romanismo admite que no hay cambios visibles en los elementos de la comunión. Tienen el mismo sabor, color, olor, peso y dimensión; después de que han sido supuestamente convertidos en el cuerpo y sangre del Cristo. El pan continúa en forma de pan, sabe a pan y huele a pan. Pero en la mente del católico no es pan: es el cuerpo de Yeshúa. Y el vino parece vino, sabe a vino, huele a vino y, si se toma en exceso, emborracha como vino. Pero el católico devoto debe creer que es la sangre divina de nuestro Señor Jesucristo. La idea es una gran contradicción. A pesar de esto, al católico se le exige que crea estrictamente que los elementos se convierten en realidad en el cuerpo y sangre del Cristo. Si no aceptan este dogma, ¡les dicen que se perderán eternamente! Así lo proclamó el Concilio de Trento cuando definió como doctrina oficial la transubstanciación y pronunció maldiciones sobre cualquiera que la negara.
Cuando el sacerdote supuestamente cambia el pan y el vino en sangre y cuerpo, dice las palabras latinas Hoc est corpus meus. En vista de que no hay cambio alguno podemos comprender de dónde se originó la expresión Hocus-Pocus.
El catecismo del Concilio de Trento mandó a los sacerdotes que explicaran que no solamente los elementos de la misa contenían al Cristo de un modo completo. (1) Por consiguiente, cuando el sacerdote lo ofrece, se cree que está realmente sacrificando al Cristo de nuevo. Por esto se llama el «sacrificio de la misa» y la «Renovación del sacrificio de la cruz».(2)
Los libros de catecismo enseñan que la razón por la cual la misa es él mismo sacrificio que el del Calvario, es porque la víctima en cada caso es Jesucristo mismo.(3) Esta creencia es naturalmente el resultado de la doctrina de que los elementos de la comunión se convierten en un «el Cristo» literalmente. Esto llevó a otro grave error: en vez de Considerar el sacrificio del Calvario completo -de una vez y para siempre-, ¡la Iglesia Católica tuvo que enseñar que cada misa es una continuación del mismo sacrificio!
_______________
1. Enciclopedia de las Religiones. Vol. 2, p. 77.2. Lista de palabras católicas, p. 45.3. El Nuevo Catecismo de Baltimore, Nº 3, Pregunta núm. 931.
_______________
 
Esto presentó un problema teológico. ¡Si cada sacrificio de la misa es un nuevo sacrificio del Cristo, entonces, en vez de ser ofrecido el Cristo una sola vez, lo ha sido millones de veces a través de los siglos desde que murió en el calvario!, pero ¿enseñan las Escrituras que el sacrificio del calvario debía ser repetido, o fue una obra completa de una vez por todas?
Notemos el testimonio bíblico de hebreos 9:25-28; aquí hallamos, una comparación del único sacrificio del Cristo con los numerosos sacrificios del Antiguo Testamento. Nuestro Señor no tuvo necesidad de ofrecerse muchas veces (como los sacerdotes hacían sacrificios continuos en la antigüedad), sino una vez para deshacer el pecado a través del sacrificio de sí mismo. «De manera que está establecido a los hombres que mueran una vez... Así el Cristo fue ofrecido una vez para agotar los pecados de muchos; la segunda vez sin pecado, será visto de los que le esperan para salud.»
En el Antiguo Testamento se debían ofrecer constantes sacrificios porque éstos no eran perfectos. Sin embargo, cuando el sacrificio perfecto fue realizado por medio de la muerte de Jesucristo, no hubo más necesidad de repetidos sacrificios, por lo cual «somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una sola vez». Así que todo sacerdote se presenta cada día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios que nunca pueden quitar los pecados: «Pero éste [Yeshúa] habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado... Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados». (Hebreos 10: 10-14). Notemos aquí el fuerte contraste. Los sacerdotes del Antiguo Testamento tenían que «presentarse» a ofrecer muchos sacrificios. ¿Por qué? Porque ninguno de ellos era final, no era perfecto. Pero cuando el Cristo presentó su sacrificio, se sentó. ¿Por qué? Porque el suyo fue final, fue perfecto, ¡fue de una vez por todas!
No hay un solo versículo en la Biblia que trate de dar la idea de que el sacrificio del Cristo tiene que continuarse. Las Escrituras continuamente indican todo lo contrario. El testimonio de la Biblia es que el Cristo fue el sacrificio perfecto; porque El se dio una vez y este sacrificio agotó los pecados para siempre. el Cristo no tiene que venir y ofrecerse de nuevo. Pero a los católicos se les enseña que El ha sido ofrecido en sus altares millones de veces desde que dijo: «¡Consumado es!» Ellos creen que cada misa es un nuevo sacrificio del Cristo. Para esta enseñanza se puede aplicar la siguiente Escritura: «Crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio» (Hebreos 6:6). Y esto lo hacen cerca de 100.000 veces al día alrededor del mundo en el ritual de la misa. Después que el pan ha sido convertido en el supuesto «cuerpo del Cristo» por el sacerdote, es colocado en la patena, donde se exhibe para su adoración. Esta cajita redonda tiene un hueco interior en forma de cruz para guardar la pieza de pan «consagrada».Todo alrededor de este objeto, generalmente de plata, llamado «sagrario», hay diseñados unos rayos solares.(1) El católico debe postrarse ante este objeto y adorar a la pequeña hostia como a Dios. Este rito es muy similar a los ritos de las tribus paganas en sus adoraciones a sus dioses. Este ritualismo idólatra es uno de los más graves errores a los cuales llevó la doctrina de la transubstanciación.
La adopción de la idea de que los elementos de la santa cena se convierten en el cuerpo y la sangre del Cristo, presentó otros problemas. Tertulio nos dice que los sacerdotes tenían mucho cuidado de que no cayeran pedazos al piso ¡porque el cuerpo de Yeshúa podía lastimarse! En la Edad Media hubo discusiones acerca de qué se debería hacer si una persona vomitaba después de recibir el sacramento, o si un perro o un ratón llegaran -por casualidad- y se comieran el cuerpo de Dios. En el Concilio de Constanza se discutió que si un comulgante derramaba sangre (vino) sobre su barba, tanto la barba como el hombre debían ser quemados.(1)
A fines del siglo XI, y para evitar que alguien derramara la sangre del Cristo, la Iglesia Católica empezó a retener la copa del pueblo. ¿Pero no fue posible que los primeros discípulos pudieran haber derramado la copa? ¡Nuestro Señor Jesucristo no retuvo la copa simplemente por esta razón! Finalmente, en 1415, el Concilio de Constanza negó oficialmente la copa a los legos.
___________________
1. El otro lado de Roma, p. 21.
__________________
 
Hasta el día de hoy, miembros de las iglesias católicas no beben de la copa. Solamente se le permite hacerlo al sacerdote. A los católicos se les dice que no tienen necesidad de beber de la copa, puesto que la sangre está contenida en la hostia. Entonces, ¿por qué lo hace el sacerdote? ¿Por qué no come también él solo la hostia?, y si el sacerdote puede beber vino en nombre de LA IGLESIA, entonces ¿por qué no puede comerse la hostia también por ellos?
Obviamente, la idea de que la Iglesia tome sólo parte de lo que Yeshúa instituyó hacer, es contrario a la Biblia. Esta perversión de las claras instrucciones de la Palabra de Dios no puede venir más que del gran engañador, el diablo. Y una Iglesia que se inventa tales doctrinas no puede ser la Iglesia de la cual habla la Biblia como pura y sin mancha.
Todos estos errores mencionados fueron el resultado de la doctrina de la transubstanciación, la idea de que los elementos del pan y el vino se convierten en sangre y cuerpo del Cristo. Pero ¿cómo y por qué comenzó esta doctrina en la Iglesia Católica? Parece evidente que el adoptar la transubstanciación en la Iglesia Romana fue otro compromiso hecho con el paganismo, porque las religiones paganas tenían ideas muy similares a la teoría de la transubstanciación. En el notable escrito de la Enciclopedia de Religiones y Etica, de Hasting, hay un gran número de páginas dedicadas a un artículo titulado «Comiéndose a Dios». Estas páginas abundan en evidencias de los ritos de transubstanciación pagana existentes entre las tribus y religiones de muchas naciones.
El historiador Durant nos dice que la creencia en la transubstanciación, como se practica por la religión católica, es «una de las ceremonias más antiguas de las religiones primitivas».(1) Un tipo de eucaristía era celebrado en Egipto, por ejemplo, en el cual un pedazo de pastel era consagrado por un sacerdote y se suponía que se convertía en el cuerpo de Osiris. Después se comía y se tomaba vino como parte del rito. (2) Los pasteles y la bebida Haoma de Mitra, lo mismo que la idea de la transubstanciación, eran parte de la religión del mitraísmo y eran similares a los de la eucaristía católica de hoy.(3)

___________________

1. Historia de la Civilización, p. 741.2. Enciclopedia de Religiones, Vol. 2, p. 76. 3. Ibid.

Tito Martínez

 

 

Haga clic en el siguiente enlace para volver a la