23 de septiembre de 2022
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Vamos a estudiar una de las más grandes profecías de la Biblia, y también es una de las peores interpretadas en el sistema iglesiero apóstata, el SIA.
La profecía se encuentra en el capítulo 2 del libro de Daniel, y lo asombroso de esta profecía es que se trata de un sueño que Dios le reveló a un rey pagano de Babilonia llamado Nabucodonosor.
El sueño que tuvo el rey Nabucodonosor fue sobre una gran imagen que representa a cuatro reinos que se levantarían en la tierra, y de un quinto reino que vendrá del cielo y destruirá todos esos reinos o imperios humanos para convertirse en el futuro gobierno mundial del Señor Jesucristo.
Comencemos.
ANÁLISIS DEL SUEÑO DEL REY NABUCODONOSOR
1- El rey Nabucodonosor, en el segundo año de su reinado, tuvo un sueño que le dejó perplejo y perturbado de espíritu, pero resulta que ese rey olvidó el sueño, algo muy común en los humanos pues la mayoría de las veces soñamos y al día siguiente ya no nos acordamos de lo que soñamos la noche anterior. (Dn.2:1).
2- El rey hizo llamar a magos, astrólogos y caldeos para que le explicasen ese sueño que olvidó, pero que perturbó su espíritu. Todos ellos se presentaron ante el rey (Dn.2:2).
3- Nabucodonosor les dijo a todos ellos que había tenido un sueño muy perturbador, pero que se le había olvidado, y les dijo a todos esos magos y adivinos que, si ellos no le mostraban el sueño y su interpretación, serían torturados y matados todos ellos.
El rey les dijo también que si todos esos magos y adivinos le mostraban el sueño recibirán regalos y honores en el reino (Dn.2:3-6).
4- Los magos, astrólogos y caldeos, acojonados y asustados, le preguntaron al rey que cual era ese sueño, para así poderle dar la interpretación, pero el asunto es que el rey no se acordaba de ese sueño, y una vez más los amenazó con la muerte si ellos no le mostraban ese sueño y su interpretación (Dn.2:7-9).
5- Los caldeos y magos tuvieron que reconocer que era imposible y que no había hombre sobre la tierra que pudiera conocer el sueño que tuvo el rey (Dn.2:10-11).
6- Entonces el rey Nabucodonosor con ira y gran enojo ordenó que todos esos magos, astrólogos y caldeos fueran muertos. También buscaron al profeta Daniel y a sus compañeros para matarlos (Dn.2:12-13).
7- Entonces el profeta Daniel habló sabiamente con Arioc, que era el capitán del rey, para preguntarle por qué el rey había dado esa orden de exterminio sobre todos los magos y caldeos del reino. Arioc el explicó a Daniel el asunto, y entonces Daniel le dijo al rey Nabucodonosor que le diese tiempo y él le mostraría la interpretación de ese sueño al rey. (Dn.2:14-16).
8- Daniel se fue a su casa y explicó a sus amigos el asunto. Daniel les dijo a sus amigos que pidieran misericordia a Dios para poder explicar ese sueño y poder así salvar sus vidas (Dn.2:17-18).
9- Dios respondió a la petición de esos santos varones y el secreto le fue revelado a Daniel por medio de una visión de noche, con lo cual Daniel bendijo a Dios y le dio gracias (Dn.2:19-23).
10- Daniel se dirigió al jefe de la guardia, Arioc, para que llevara un mensaje al rey diciéndole que no matara a los sabios y magos de Babilonia, pues Daniel le mostraría al rey el sueño que tuvo y su interpretación (Dn.2:24).
11- Arioc llevó rápidamente a Daniel ante el rey, y dijo que había hallado un varón de los deportados de Judá que daría al rey la interpretación de ese sueño. (Dn.2:25).
12- El rey le preguntó a Daniel si él podría mostrarle el sueño y su interpretación, y Daniel respondió que ese misterio ningún ser humano podría revelarlo, pero que hay un Dios en el cielo que revela los misterios y él hizo saber el rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los últimos días (Dn.2:26-28).
13- Seguidamente Daniel pasó a revelar el sueño y su interpretación. El rey, estando acostado, quiso saber lo que vendría en el futuro, y entonces Dios le mostró a este rey lo que vendría en el futuro por medio de ese sueño (Dn.2:29).
14- Daniel le dijo al rey que Dios le reveló a él ese misterio, pero no porque Daniel fuera el más inteligente de todos los sabios de Babilonia, sino solamente para dar a conocer al rey la interpretación de ese sueño y lo pudiera entender (Dn.2:30).
15- Seguidamente Daniel comenzó a revelarle el sueño, diciendo lo siguiente:
Dan 2:31 Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.
Dan 2:32 La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce;
Dan 2:33 sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido.
Dan 2:34 Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.
Dan 2:35 Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.
En las ilustraciones de abajo podemos ver la imagen del sueño, así como su destrucción:
16- A continuación, Daniel pasó a mostrarle la interpretación de ese sueño, que Dios le reveló al profeta Daniel. Vamos a leerlo atentamente:
Dan 2:37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.
Dan 2:38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.
Dan 2:39 Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra.
Dan 2:40 Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo.
Dan 2:41 Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido.
Dan 2:42 Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil.
Dan 2:45 de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.
17- El rey Nabucodonosor, al serle mostrado el sueño y su interpretación, se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofrecieran regalos e incienso (Dn.2:46).
Fíjese las palabras que este rey le dijo a Daniel:
El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio.
El rey Nabucodonosor reconoció que el Dios de Israel es Dios de dioses y Señor de señores, el cual revela los misterios por medio de sus elegidos.
Como recompensa, dicho rey engrandeció al profeta Daniel dándole muchos honores y grandes regalos, y además le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia además de jefe supremo de todos los sabios de Babilonia (Dn.2:47-48).
18- Seguidamente vamos a analizar la interpretación que Dios le reveló a Daniel sobre ese sueño del rey.
a) La cabeza de oro de la imagen representaba al propio rey de Babilonia, Nabucodonosor.
b) Después de la caída del reino de Babilonia vendría un segundo reino inferior al suyo. Ese segundo imperio estaba representado por el pecho y los brazos de plata de la imagen.
Según la Historia, el reino o imperio que sucedió a Babilonia fue el imperio Medo-Persa.
c) Después de ese segundo imperio vendría un tercero, simbolizado por el vientre y los muslos de bronce.
Ese tercer imperio fue el imperio griego, el cual conquistó a los medos y a los persas. Además, el texto dice que ese tercer imperio, el griego, dominaría sobre toda la tierra, lo cual es cierto, ya que la llamada civilización occidental está dominada por la filosofía griega y por la llamada democracia, inventada por los griegos.
d) El siguiente imperio, el cuarto, que sucedería al imperio griego Daniel dijo que sería un imperio fuerte como el hierro, y estaba representado por las piernas de hierro de la imagen, así como también por los pies de esa imagen, los cuales eran una mezcla de hierro y de barro.
Según la Historia el imperio griego fue conquistado por el imperio romano, representado por las dos piernas y por los pies de la imagen.
Observe atentamente que los dos pies de la imagen no son un quinto imperio, sino una FASE FINAL DEL CUATRO IMPERIO, ES DECIR, EL IMPERIO ROMANO. Sin embargo, esa fase final del imperio romano estaría integrada por DIEZ REINOS, que están representados por los diez dedos de los pies de la imagen.
Recuerde que ese futuro imperio de la bestia estará integrado por DIEZ REYES, los cuales estarán sometidos a la bestia, tal como leemos en este pasaje del Apocalipsis:
Apo 17:12 Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia.
Apo 17:13 Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.
Apo 17:14 Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.
Por consiguiente, esos diez dedos de los pies de la imagen representan a los futuros diez reyes aliados de la bestia.
El profeta Daniel dijo que ese cuarto imperio desmenuzaría y quebrantaría todo, indicando así lo bestial y malvado de ese cuarto imperio, el imperio romano. Esta profecía se ha cumplido al pie de la letra a lo largo de la Historia, ya que el imperio romano fue bestial, persiguió a muerte a los cristianos y masacró a millones de personas en sus incontables guerras de conquista.
e) El profeta Daniel dijo que esos pies de la imagen serían en parte de hierro, y en parte de barro cocido, indicando así que ese cuarto imperio, el romano, ESTARIA DIVIDIDO, sin embargo, en esa fase final del imperio romano aún seguiría existiendo la fuerza del imperio romano, representado por el hierro (Dn.2:41).
Esto es muy importante. Lo que explicó el profeta Daniel es que ese cuarto imperio, el romano, al final estaría dividido en diez reinos, representados por los diez dedos de los pies de la imagen. Sin embargo, en esos futuros diez reinos seguirá la fuerza del imperio romano, representado por el hierro.
El barro cocido representa la fragilidad humana de los gobiernos democráticos.
f) Observe ahora lo que dijo el profeta Daniel en estas palabras:
Dan 2:43 Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro.
El texto es bien claro. Daniel dijo que, en esa fase final del imperio romano, representado por los diez dedos de los pies de la imagen, esos diez reinos o reyes se MEZCLARIAN POR MEDIO DE ALIANZAS HUMANAS.
Esas alianzas humanas pueden ser alianzas políticas, económicas, militares o familiares.
Esto significa sencillamente que ese futuro imperio de la bestia, y que será la fase final del imperio romano, estará formado por diez reinos o naciones que se habrán mezclado por medio de esas alianzas humanas, pero al mismo tiempo no se unirán uno con el otro, como el hierro no se puede mezclar con el barro, es decir, esa última fase del imperio romano estará dividida y mezclada. Serán diez naciones o reinos mezclados entre el hierro o dictaduras del imperio romano, y los gobiernos humanos democráticos y débiles.
g) Y ahora lea atentamente lo que dijo el profeta Daniel:
Dan 2:44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,
Dan 2:45 de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro.
En la ilustración de abajo podemos ver estos cuatro imperios humanos, y el quinto imperio que vendrá del cielo, y que está representado por la piedra que cae sobre los pies de la imagen y la destruye.
Fíjese como Daniel dijo que EN LOS DIAS DE ESTOS REYES EL DIOS DEL CIELO LEVANTARÁ UN REINO QUE NO SERÁ JAMÁS DESTRUIDO.
Cuando Daniel dijo “en los días de estos reyes” se estaba refiriendo a los días de estos DIEZ REYES que formarán esa última fase del imperio romano, y que están representados por los diez dedos de los pies de la imagen.
En los días de esos diez reyes Dios LEVANTARÁ un reino que jamás será destruido, y eso ocurrirá cuando esa gran piedra o roca venga del cielo y destruya los pies de esa imagen, entonces toda la imagen se derrumbará y se iniciará un nuevo imperio mundial que será el gobierno mundial del Señor Jesucristo cuando venga del cielo con gran poder y gloria. La Roca que viene del cielo representa a Jesús cuando venga del cielo con gran poder y gloria para gobernar el mundo entero, pues él es la piedra o roca (Hch.4:11, 1Co.10:4, 1Pe.2:4-8).
Cuando el pasaje dice que en los días de esos reyes Dios levantará un reino que jamás será destruido se está refiriendo a la futura RESURRECCIÓN gloriosa de los muertos en Cristo, y que sucederá cuando Jesús, la Roca, venga del cielo con gran poder y gloria (1Ts.4:15-17). Cuando en la Biblia se utiliza la palabra “levantará” muchas veces se refiere a la futura resurrección gloriosa de los santos (Job 19:25, Jn.2:19, 1Co.6:14).
Por consiguiente, y ya para terminar, esta profecía de Daniel 2 es de una importancia crucial, pues nos enseña de forma clara que los gobiernos humanos del mundo van a tener un desastroso final cuando Jesús venga del cielo con gran poder y gloria y los verdaderos cristianos resuciten en los días de esos diez reyes para reinar con Jesús sobre las naciones de la tierra (Ap.2:26-27, 1Ts.4:15-17, Ap.19:11-17). Es entonces cuando Jesús, la Roca que viene del cielo, será el Rey sobre toda la tierra, y el gobierno del mundo será de Dios y de Cristo (Ap.11:15).
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1- Creemos en el henoteísmo bíblico y monólatra.
El henoteísmo es la creencia en un Dios supremo, que es el Padre celestial, este Dios supremo es uno y único, en el sentido de que no hay otro Dios como él, ya que es el Dios de dioses (Dt.6:4, Jn.17:5, 1Co.8:4, 6, etc.). Pero también creemos en la existencia de otros muchos dioses (elohim o poderosos) y señores en los cielos y en la tierra (1Co.8:5), y que son los hijos de Dios, ya sean los ángeles celestiales de Dios o los seres humanos al servicio de Dios (Dt.10:17, Éx.7:1, Sal.82:6, Jn.1:12-13, Ro.8:16, 1Jn.3:2, etc.).
Este Dios supremo, el Padre, tiene un nombre propio, pero todavía no sabemos su verdadera pronunciación. Unos le llaman IEVE, otros Jehová y otros Yahweh. Podemos utilizar cualquiera de esas tres pronunciaciones, y sin duda en el futuro sí que sabremos su verdadera pronunciación.
La monolatría es la adoración de un solo Dios. Y el único Dios que es adorado en la Biblia es el Dios supremo, el Padre celestial, porque de él proceden todas las cosas, él es el Creador supremo del Universo, pues por su voluntad existen todas las cosas que fueron creadas (Jn.4:23-24, 1Co.8:6, Heb.1:1-2, Ap.4:10-11, etc.)
Por consiguiente, rechazamos totalmente las doctrinas satánicas y antibíblicas del trinitarismo, del monoteísmo y del unicitarismo. La Biblia jamás enseña la doctrina de que solo existe un Dios, y tampoco enseña que Dios sea un misterioso dios trino, una especie de monstruo con tres cabezas o rostros, y la Biblia tampoco enseña que el Dios supremo, el Padre, sea el Señor Jesucristo.
2- Creemos en Jesucristo, en su muerte y en su resurrección.
La Biblia enseña que Jesús (Yeshua) es el Hijo único de Dios y el verdadero Mesías de Israel (Mt.16:16-17, Jn.3:16). Jesús dijo que para tener la vida eterna tenemos que tener el conocimiento de que el Padre es el único Dios verdadero, y que Jesús es el Mesías de Israel, el enviado del Padre (Jn.17:3).
Jesús es el descendiente BIOLÓGICO de Abraham y del rey David (Mt.1:1-17, Lc.3:23-38, Ro.1:3). Por lo tanto, él califica perfectamente para ser el verdadero Mesías de Israel, ya que Jesús era el hijo del hombre, es decir, el hijo biológico de su padre humano José, el cual era hijo o descendiente biológico de David (Mt.1:20). Dios el Padre engendró como hombre a su Hijo Jesús en el vientre de María, pero lo engendró sobrenaturalmente con un espermatozoide de José, el hijo de David, teletransportándolo por medio de su espíritu a un óvulo de María, para que así pudiera nacer el verdadero Mesías como hombre (Lc.1:30-35). Los iglesieros que niegan que Jesús es el descendiente biológico de Abraham y del rey David a través de José entonces están negando que Jesús es el verdadero Mesías de Israel y también niegan que Jesucristo vino en carne, es decir, como hombre, y por tanto son anticristos (1Jn.2:18-22, 4:2-3, 2Jn.1:7).
Jesús es el Hijo ÚNICO del Dios Padre porque él es el mejor, el más amado y el más importante de todos sus hijos, no porque Dios el Padre solo tenga un hijo. De igual manera, el Dios Padre es un Dios ÚNICO porque él es el Padre supremo, el más importante de todos los padres y el mejor de todos ellos, pero sin negar la existencia de otros muchos padres.
Nosotros creemos en la humanidad del Señor Jesucristo y también en su divinidad. Él es Dios Poderoso (Is.9:6), el Verbo divino que se hizo carne (Jn.1:1, 14), el Dios unigénito (Jn.1:18), nuestro gran Dios y Salvador (Tito 2:13), y también es un hombre, el hijo del hombre (Mt.25:3, 1Tm.2:5). Aunque Jesús sea llamado Dios en algunos pasajes de la Biblia, esto no significa que Jesús sea igual al Dios Padre, ya que el propio Jesús dijo que el Padre es su Dios (Jn.20:17, Heb.1:8-9, Ap.3:12,). Por lo tanto, Jesús está subordinado a la autoridad suprema del Dios Padre, y si está sujeto a la voluntad del Dios Padre, entonces significa que él es inferior al Dios Padre en autoridad, por eso es que el Padre es la cabeza o jefe de Cristo (1Co.11:3). Por consiguiente, aquellos que enseñan que Jesús es solamente un hombre, y niegan la divinidad del Señor Jesús, tienen la doctrina del anticristo, el cual niega que el Verbo divino se hiciera carne, hombre (Jn.1:1, 14, 1Jn.4:2-3), y aquellos que enseñan que Jesús es igual que el Dios Padre también tienen la doctrina del anticristo, ya que esto significa que ellos niegan que Jesús sea también un hombre, es decir, si Jesús fuera igual al Dios Padre, entonces ya no sería un hombre, y si Jesús es solamente un hombre, entonces la Biblia jamás le llamaría Dios.
Nosotros creemos que Jesús murió realmente en un madero. Él dijo que daría su propia vida solo por sus ovejas, no por toda la humanidad, y las ovejas de Cristo son los que oyen su palabra y le siguen (Jn.10:11, 15, 27). La doctrina de que Jesús entregó su vida por toda la humanidad es por tanto, una doctrina satánica y opuesta a la enseñanza de Jesús.
Jesús murió por amor a sus ovejas para salvarlas del pecado y para rescatarnos o comprarnos con su sangre (Ap.5:9).
Nosotros creemos que el Dios supremo, el Padre celestial, resucitó a su Hijo Jesús (Hch.2:32, 4:10, 1Ts.1:10, etc.).
Creemos que la resurrección de Jesús no fue la reanimación de un cadáver, sino la transformación instantánea del cadáver de Jesús, en un nuevo cuerpo glorioso y espiritual.
El cuerpo glorioso de Cristo cuando resucitó NO ERA EL MISMO CUERPO QUE MURIÓ y fue sepultado, sino un cuerpo radicalmente diferente y transformado (1Co.15:37). Por lo tanto, los iglesieros que enseñan que Jesús resucitó con el mismo cuerpo que murió en el madero están mintiendo y predicando un falso evangelio. Obviamente ese cuerpo resucitado, glorioso y espiritual de Cristo podía materializarse y aparecerse a sus discípulos en carne y huesos, para que ellos le pudieran ver y tocar (Lc.24:39-43).
Nosotros creemos en la preexistencia eterna y divina del Señor Jesucristo. Jesús es el Verbo de Dios (Ap.19:13), y este Verbo divino es eterno, jamás fue creado, ya que él existía antes de que Dios creara todas las cosas (Jn.1:1, Col.1:17).
Jesús dijo que él ya existía con el Padre desde antes de la fundación del mundo (Jn.17:5). Jesús dijo que él descendió del cielo (Jn.6:38, 42). Por lo tanto, si Jesús dijo que descendió del cielo es porque él ya estaba en el cielo antes de descender a la tierra como hombre. Aquellos que niegan la preexistencia divina de Jesús están llamando mentiroso a Jesús, pues Jesús enseñó bien claro que descendió del cielo, lo cual significa que él ya existía en el cielo antes de bajar a la tierra. El apóstol Pablo también enseñó en Filipenses 2:6-11 la preexistencia divina de Jesús. Pablo dijo que Jesús ya existía en forma de Dios, o era de condición divina, antes de hacerse hombre, entonces él se despojó a si mismo de su gloria y divinidad y descendió del cielo, haciéndose semejante a los hombres, y estando en la condición de hombre, se humilló así mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte en el madero.
Nosotros creemos que el Señor Jesucristo en su preexistencia divina era el Mensajero (Malak) principal de Dios, es decir, el Ángel de Dios especial mencionado en el Antiguo Testamento, el cual tiene el mismo nombre que su Padre IEVE, ya que el nombre de IEVE está en él (Ex.23:20-21).Esteban dijo bien claro que este Ángel o Mensajero de IEVE que se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente era el Señor, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob (Hch.7:30-34), pero resulta que Jesús es el Señor (Ro.10:9, Filp.2:11).Por lo tanto, este Ángel o Mensajero especial que se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente era el mismísimo Señor Jesucristo en su preexistencia divina. Por lo tanto, el Señor Jesucristo es el segundo Señor o Dios, el cual está subordinado al Señor o Dios supremo, el Padre. El propio rey David conocía la existencia de estos dos dioses o señores cuando dijo estas palabras proféticas: "Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi diestra, hasta que ponga a todos tus enemigos por estrado de tus pies" (Mt.22:43-45). Por consiguiente, todos aquellos que niegan la preexistencia divina del Señor Jesús, así como la existencia de estos dos dioses eternos, que son el Padre y el Hijo, tienen la doctrina del anticristo (1Jn.2:22). Aquellos que niegan la encarnación del Verbo divino están negando entonces al Padre y al Hijo, y por lo tanto, son el anticristo.
Estas dos personas divinas, el Padre y el Hijo, se llaman igual: IEVE, sin embargo, uno es el IEVE supremo o mayor, que es el Padre celestial, y el otro es el IEVE menor, es decir, el Mensajero o Ángel de IEVE, el cual también se llama IEVE (Ex.23:20-21), y era este IEVE menor quien se aparecía a los seres humanos (Gen.18:1, etc.). Este IEVE menor era el Señor Jesucristo en su preexistencia divina, pues fue este Señor o Ángel de IEVE quien se apareció a Moisés en medio de la zarza ardiente. El IEVE supremo, el Padre, jamás se apareció a los seres humanos, pues al Dios Padre ningún ser humano le vio jamás (Jn.1:18), por lo tanto, la Biblia demuestra de forma muy clara la existencia de estos dos dioses o personas divinas llamados IEVE. Uno es el Dios supremo, único e invisible, el Padre, y no hay otro Dios igual a él, y el otro Dios es el IEVE menor, el Hijo de Dios el Padre, el cual está subordinado al Dios Padre y se aparecía a los seres humanos. Fue este IEVE menor, el Hijo o Verbo de Dios, quien se hizo hombre y habitó entre nosotros (Jn.1:1, 14).
Jesús es el Señor, y para ser salvos tenemos confesar con nuestra boca esta gran verdad (Ro.10:9-13). Confesar con nuestra boca que Jesús es el Señor significa creer y confesar que él es el eterno Señor IEVE mencionado en el llamado Antiguo Testamento, el cual bajaba del cielo y se aparecía a los seres humanos, como se apareció a Adán y Eva, Abraham, Moisés, etc. Los que rehúsan confesar con su boca esta gran verdad fundamental jamás se podrán salvar, sino que se condenarán al lago de fuego.
3- Creemos en el espíritu santo.
Jesús dijo que el espíritu santo es el poder de lo Alto (Lc.24:49). Y el ángel también dijo a María que el espíritu santo es el poder del Altísimo, es decir, el poder o energía del Dios Padre (Lc.1:35). El poder no es literalmente una persona, sino una ENERGIA. Por lo tanto, la Biblia enseña bien claro que el espíritu santo es la energía o poder de Dios, y no una tercera persona divina. La doctrina iglesiera de que el espíritu santo es una tercera persona divina es totalmente falsa, diabólica y antibíblica.
Esta energía o poder de Dios el Padre es personificada en la Biblia, pero sin ser literalmente una persona. Por ejemplo, la Biblia también personifica la sabiduría, diciendo que esta clama o grita por las calles (Prov.1:2021), sin embargo, la sabiduría no es literalmente una persona. La personificación es un estilo literario muy utilizado en la Biblia.
El espíritu santo nunca es adorado ni glorificado en la Biblia, lo cual demuestra claramente que no es Dios, ni es una tercera persona divina, sino que es el espíritu DE Dios el Padre, es decir, es algo que Dios tiene. Este espíritu o energía de Dios el Padre es también el espíritu de Cristo, y si alguno no tiene este espíritu de Cristo entonces no pertenece a Cristo, es decir, no es un verdadero cristiano (Ro.8:9).
4- Creemos que el ser humano es mortal, no inmortal.
La Biblia enseña que el ser humano es un alma viviente (Gen.2:7). Dios dice que el alma es mortal, muere (Gen.2:17). Sin embargo, Satanás enseña todo lo contrario, engañó a Eva diciendo que el alma es inmortal (Gen.3:4). Por lo tanto, cuando las iglesias de la cristiandad apostata predican la doctrina de la inmortalidad del alma sencillamente están repitiendo exactamente la misma mentira de Satanás, y llamando a Dios mentiroso. Los muertos están en los sepulcros, tal como enseñó el Señor Jesús, el Cristo: "Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida, mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" (Jn.5:28-29).
Por consiguiente, el Señor dice bien claro que los muertos están en los sepulcros, en otras palabras, ¡¡ellos no están vivos en ningún "más allá"!! Todos los muertos, justos e injustos, despertarán cuando resuciten. Observe que los que están en los sepulcros son las PERSONAS muertas, no solo sus cuerpos, por lo tanto, la doctrina de que los muertos están vivos en un "más allá" es totalmente demoníaca. Dios dice que el ser humano es POLVO, y vuelve al polvo de la tierra cuando muere (Gen.3:19), en otras palabras, cuando morimos DEJAMOS DE EXISTIR, ya que volvemos a la misma condición de INEXISTENCIA que Adán tenía antes de que Dios lo creara del polvo de la tierra. Jesús dijo que vino para dar su ALMA (su vida) en rescate de muchos: "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida (alma) en rescate por muchos." (Mr.10:45). La palabra griega traducida por "vida" es psijé, que también es traducida por ALMA. El alma es el ser vivo, la persona. Ahora bien, si el alma fuera inmortal, ¡¡entonces Jesús no habría dado su alma o vida en rescate!!, es decir, NO HABRÍA MUERTO, y no existiría la redención por su sangre. Por lo tanto, la doctrina de la inmortalidad del alma es absolutamente diabólica, ¡es un ataque frontal contra el Evangelio!
5- Creemos en la salvación eterna.
Nosotros creemos que la salvación eterna de los verdaderos cristianos que hemos conocido el Evangelio es solamente por la gracia o misericordia de Dios, por medio de la fe, no por nuestras obras (Ef.2:8-9).
La salvación eterna es un proceso gradual, que comienza cuando creemos en el Evangelio y recibimos la justificación por la sangre de Cristo, y la reconciliación con Dios (Ro.5:9-11), pero la salvación eterna se manifestará plenamente en el futuro, cuando Jesús aparezca por segunda vez, para salvar a los que le esperan (Heb.9:28).
La salvación eterna se conseguirá por medio de la obediencia al Señor Jesucristo (Heb.5:9). Sin obedecer al Señor Jesús no hay salvación posible, por lo tanto, no basta creer que Jesús es nuestro Salvador y el Señor, sino que hay que OBEDECER las palabras del Señor Jesús para recibir en el futuro la eterna salvación (Mt.7:24-27). Jesús dijo que quien crea y SEA BAUTIZADO será salvo, pero quien no crea será condenado (Mr.16:16). Y los apóstoles bautizaban a los creyentes solamente en el nombre del Señor Jesucristo, para el perdón de los pecados (Hch.2:38, 10:48). Por lo tanto, para tener el perdón de los pecados tenemos que creer en el Señor Jesús y bautizarnos en agua, y por inmersión, en su nombre. Esto significa que el bautismo en el nombre de un falso dios trino, o el bautismo de infantes que no tienen capacidad para creer, son bautismos falsos y no sirven para nada.
Nosotros creemos que Dios el Padre, en su misericordia, salvará a todos aquellos que a lo largo de toda la Historia de la Humanidad jamás conocieron a Cristo ni el verdadero Evangelio, pero perseveraron en hacer el bien, buscando gloria, honra e inmortalidad (Ro.2:67). Ellos serán juzgados conforme a la ley de sus conciencias, que nos dicta lo que está bien y lo que está mal (Ro.2:14-15).
Las llamadas “ovejas misericordiosas” serán salvos en el futuro y entrarán en el reino de Dios en la tierra porque ellos tuvieron misericordia con los hermanos pequeños de Jesús, es decir, con los verdaderos cristianos, y ese bien que ellos hicieron será recompensado con la vida eterna (Mt.25:31-46). Jesús dijo bien claro que los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida, pero los que hicieron lo malo saldrán a resurrección de condenación (Jn.5:28-29). Por lo tanto, esa doctrina iglesiera de que ningún ser humano se podrá salvar por hacer lo bueno es absolutamente falsa y satánica y contraria a la enseñanza de Jesús y de sus apóstoles.
Nosotros creemos que la salvación o vida eterna en el futuro reino de Dios la recibiremos en la era venidera, cuando el Señor Jesús regrese del cielo para gobernar a las naciones (Lc.18:29-30, Mt.25:34, 46).
Nosotros creemos que los cristianos verdaderos ya tenemos la vida eterna (1Jn.5:13), pero la tenemos solo como promesa de Dios, ya que esta vida eterna o salvación eterna la hemos de alcanzar o heredar en el futuro (Mt.25:34, 2Tim. 1:1, 1Jn.2:25, 1Ts.5:9, 1Pe.1:5), y alcanzaremos esta vida eterna o salvación cuando el Señor Jesucristo aparezca por segunda vez para salvar a los que le esperan (Heb.9:28). Por consiguiente, los verdaderos cristianos ya estamos seguros de recibir en el futuro la vida eterna que Dios nos ha prometido, porque Dios siempre cumple lo que promete.
6- Creemos en la Iglesia del Padre y del Hijo
Nosotros creemos que la Iglesia verdadera de Dios el Padre y de su Hijo Jesucristo es universal, y es el conjunto de cristianos verdaderos que siguen la doctrina del Padre y del Hijo, y que se aman unos a otros como Cristo nos amó. Esta Iglesia o Congregación del Padre y del Hijo es la esposa de Cristo, y es su cuerpo (Ef. 1:10, 22, 23; 5:23, 27, 32; Col.1:18).
Nosotros creemos que la Iglesia del Padre y del Hijo es el reino del Señor Jesucristo, (Mt. 13:47; Is.9:7), la casa y familia de Dios, (Ef. 2:19; 3:15; Prov. 29:18).
Los miembros de la Iglesia del Padre y del Hijo son llamados “los santos” (Hch.9:13, Ro.1:7, 1Co.1:2, Ap.13:7, etc.). La palabra “santo” en la Biblia significa perfecto y también apartado para Dios.
Nosotros creemos que la única cabeza o jefe de la verdadera Iglesia es el Señor Jesucristo, (Col.1:18; Ef. 1:22). El pontífice romano, el Papa de Roma, de ninguna manera es la cabeza de la Iglesia de Dios, sino solo un satánico impostor, pues se hace pasar por quien no es. En realidad, el papado es el hombre de pecado, el hijo de perdición predicho por Pablo (2Ts.2:3-4), él fue el resultado de esa gran apostasía de la Iglesia que sucedió en el siglo 4, cuando la iglesia católica se unió al poder imperial del César de Roma y se apartó (apostató) de la verdadera doctrina enseñando doctrinas de demonios (1Tm.4:1).
La Iglesia del Padre y del Hijo está formada por los santos que en el futuro reinarán sobre la tierra como reyes y sacerdotes (Ap.1:6, 2:26-27, 5:9-10, 20:4-6). Ese gobierno mundial de Cristo y de su Iglesia comenzará solamente cuando Jesús venga del cielo con gran poder y gloria a gobernar a las naciones con “vara de hierro”, es decir, con justicia y rectitud (Ap.19:15, 20:4-6), es entonces cuando comenzará el Milenio, un periodo de mil años literales, durante los cuales Jesús y su Iglesia gobernarán sobre las naciones de la tierra con justicia (Ap.20:4-6).
7- Creemos en la futura venida gloriosa de Jesucristo y en el arrebatamiento de la Iglesia.
El Señor Jesucristo dijo que él regresará del cielo con gran poder y gloria inmediatamente después de la tribulación de aquellos días (Mt.24:29-30), es entonces cuando su Iglesia, los escogidos, serán arrebatados y se reunirán con él en el cielo, es decir, en el aire (Mt.24:31, 1Ts.4:15-17).
Por consiguiente, esa doctrina iglesiera de que el arrebatamiento de la Iglesia ocurrirá cuando Jesús venga de forma secreta e invisible antes de una tribulación de siete años es una espantosa mentira satánica, una doctrina de demonios muy peligrosa para todos aquellos millones de personas que la creen.
Nosotros creemos que los verdaderos cristianos, los santos, sufrirán en el futuro una gran tribulación o persecución durante esos 42 meses de gobierno de la bestia (Ap.13:7, 10). Esa persecución o tribulación contra los santos de la Iglesia del Padre y del Hijo ocurrirá en el imperio de la bestia, que estará formado solo por diez reinos (Ap.17:12-14).
Nosotros creemos que los cristianos verdaderos, los santos, podremos conocer perfectamente en el futuro la fecha de la venida gloriosa de Cristo y del fin del mundo. El futuro gobierno de la bestia durará solo 42 meses (Ap.13:5), y Jesús regresará del cielo para destruir ese gobierno reinado de la bestia (Ap.19:19-21), por lo tanto, cuando comience el gobierno de la bestia en ese imperio de diez reinos podremos conocer fácilmente la fecha del regreso glorioso del Señor Jesús y del arrebatamiento de la Iglesia, simplemente habrá que contar los 42 meses desde el comienzo de ese gobierno de la bestia.
Y respecto a las palabras de Jesús en Mateo 24:36, en esas palabras se dice simplemente que EN ESE MOMENTO nadie, excepto el Padre, conocía el día y la hora de la futura venida gloriosa de Cristo, observe que el texto bíblico dice "nadie sabe", en tiempo presente, pero no dice "ni sabrá", por lo tanto, esas palabras de Jesús no niegan que en el futuro podamos conocer la fecha exacta de su regreso glorioso. Y respecto a las palabras de Jesús en Hechos 1:7, Jesús se estaba refiriendo solamente a sus apóstoles que en ese momento estaban con él, "no os toca A VOSOTROS saber los tiempos o las sazones…", es decir, es a los apóstoles a los que no les tocaba conocer el tiempo ni las sazones de la futura restauración del reino a Israel, pero el pasaje no dice por ninguna parte que en el futuro no podamos conocer la fecha del regreso de Cristo y de la restauración de Israel.
Nosotros creemos que esa futura gran tribulación contra los santos de la Iglesia, que durará 42 meses, no hay que confundirla con la ira de Dios, la cual será derramada sobre los adoradores de la bestia al final de esos 42 meses de gobierno mundial de la bestia (Ap.16:1-21).
Nosotros creemos que cuando regrese el Señor Jesús con gran poder y gloria al final de esos 42 meses entonces el falso mesías (la bestia) y su aliado religioso, el falso profeta, serán apresados y arrojados vivos a un lago de fuego, y los ejércitos de la bestia reunidos serán destruidos por el propio Señor Jesús (Ap.19:19:21). Entonces Satanás será apresado, atado y encerrado en un lugar llamado el Abismo, para que no pueda engañar a las naciones de la tierra durante el Milenio (Ap.20:13). De esta manera terrible terminará el futuro gobierno de Satanás, la bestia y el falso profeta.
Nosotros creemos que cuando Jesús y sus santos glorificados desciendan a la tierra juzgarán a los seres humanos que estén vivos en la tierra. Jesús se sentará en un trono resplandeciente, y entonces juzgará a las naciones de la tierra que en ese momento estén vivos, separando a unos de otros. Aquellos seres humanos que tuvieron misericordia con los verdaderos cristianos (los hermanos pequeños de Jesús) serán puestos a la derecha de Cristo, y entonces ellos recibirán la vida eterna, y entrarán en el reino de Dios, sin embargo, aquellas personas que no tuvieron misericordia con los verdaderos cristianos perseguidos serán puestos a la izquierda de Cristo, y él los enviará al fuego eterno, donde serán atormentados y destruidos totalmente en cuerpo y alma (Mt.10:28, 25:31-46).
Nosotros creemos que Jesús, cuando regrese del cielo, no solamente juzgará a los seres humanos que estén vivos en la tierra, sino que también comenzará el juicio de los muertos, un juicio que durará mil años (Ap.11:18). Esos muertos serán juzgados conforme a las obras que hicieron cuando ellos vivieron en la tierra (Ap.20:12). Cuando esos mil años se cumplan Satanás será soltado del Abismo, para engañar a las naciones. Millones de personas, lideradas por Satanás, intentarán derrocar el gobierno mundial del Señor Jesús y de sus santos, rodearán la ciudad de Jerusalén terrenal, pero descenderá fuego del cielo y los consumirá, y Satanás mismo será lanzado al lago de fuego, donde será atormentado y destruido para siempre (Ap.20:7-10).
Los muertos que ya fueron juzgados durante el Milenio volverán a vivir, para comparecer ante el Tribunal de Dios, y oír la sentencia o veredicto, ya sea de perdón, o de condenación. Aquellos que no tengan su nombre escrito en el libro de la vida serán arrojados a un lago de fuego, donde serán totalmente destruidos en cuerpo y alma (Ap.20:5, 11-15).
Después de esos mil años literales la tierra será totalmente destruida por el fuego, y entonces Dios algo totalmente nuevo y mucho mejor, él hará un nuevo cielo y una nueva tierra, es decir, un nuevo planeta, sobre el cual descenderá la capital del Universo, la Nueva Jerusalén celestial, y el propio Dios Padre descenderá de forma personal y visible a esa nueva tierra, para morar con los seres humanos inmortales (Ap.21:1-5).
Si usted cree en estas siete doctrinas fundamentales entonces forma parte de la Iglesia del Padre y del Hijo, y si persevera en esta verdadera doctrina hasta el final, entonces será salvo y alcanzará la vida eterna en el glorioso reino de Dios que vendrá a la tierra (Mt.24:13, 1Co.15:1).
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