Por Tito Martínez
8 de octubre de 2019
Ampliada y terminada el día 15 de octubre
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EL VALLE DE LOS CAÍDOS
ÍNDICE
INICIO DE LA SEGUNDA GUERRA CIVIL EN ESPAÑA.
LA ORDEN DE PROFANACIÓN DEL CADÁVER DE FRANCO.
ESTALLA LA GUERRA TERMONUCLEAR.
LA INVASIÓN EXTRATERRESTRE DE SATANÁS Y DE SUS ÁNGELES.
LOS DIEZ REYES ENTREGAN SU PODER Y AUTORIDAD AL FALSO MESÍAS, LA BESTIA.
LOS DOS TESTIGOS PROFETAS DEL APOCALIPSIS.
SATANÁS INTENTA DESTRUIR A LOS JUDÍOS RELIGIOSOS.
LA GRAN PERSECUCIÓN CONTRA LOS VERDADEROS CRISTIANOS.
LOS TRES MENSAJES DE TRES ÁNGELES DE DIOS.
EL IMPERIO DE LA BESTIA NO SERÁ MUNDIAL.
LAS SIETE PLAGAS DE DIOS SOBRE EL IMPERIO DE LA BESTIA.
LA REUNIÓN DE LOS EJÉRCITOS DE LA BESTIA EN ARMAGEDÓN.
LA DESTRUCCIÓN TOTAL DE LA GRAN RAMERA DE ROMA.
LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO CON TODOS SUS ÁNGELES.
LA RESURRECCIÓN GLORIOSA DE TODOS LOS MÁRTIRES CRISTIANOS.
EL GOBIERNO MUNDIAL DEL MESÍAS JESÚS DURANTE MIL AÑOS.
LA GRAN REBELIÓN AL FINAL DEL MILENIO.
EL JUICIO FINAL DEL RESTO DE MUERTOS RESUCITADOS.
LA CREACIÓN DEL NUEVO CIELO Y DE LA NUEVA TIERRA.
Esta novela es en su mayoría una ficción, es decir, una parte de los sucesos que se describen en esta novela son inventados, producto únicamente de mi imaginación, los cuales suceden no solo en España, sino también a escala mundial, y que culminan con una gran invasión extraterrestre procedente del Imperio Celestial, y que estará encabezada por el Emperador del Universo, y que se conoce con el nombre de Jesucristo, el cual vendrá desde el cielo con gran poder y gloria acompañado por miles de ángeles extraterrestres, para destruir la actual civilización mundial e implantar un nuevo gobierno mundial, trayendo una nueva era de justicia y de paz entre todas las naciones, la cual durará mil años, después de los cuales vendrá un nuevo cielo y una nueva tierra y la muerte no existirá nunca más, todo lo cual ya está predicho y descrito en el último libro de la Biblia, el Apocalipsis.
En el año 1936 comenzó una espantosa guerra civil en España, que duró hasta el año 1939. Esta guerra en realidad fue el ensayo y el inicio de la segunda guerra mundial, que estalló oficialmente el 1 de septiembre de 1939, cuando Alemania invadió Polonia.
Durante esos tres años de guerra civil en España las grandes potencias combatieron en suelo español, y las dos grandes ideologías de entonces, el comunismo y el fascismo, se enfrentaron en una guerra fratricida que produjo cientos de miles de muertos.
Con la vital ayuda militar de la Alemania de Hitler y de la Italia de Mussolini el general Francisco Franco ganó la guerra civil española, y libró a España de la mayor tiranía asesina de toda la Historia de la Humanidad: el comunismo ateo, encabezado en esa época por el dictador sanguinario ruso José Stalin.
Cuando terminó la guerra civil española Franco dio comienzo la reconstrucción de España, arruinada y destrozada por los tres años de combates.
Los cuarenta años de paz iniciados con el gobierno del general Francisco Franco llevaron a España a ser la octava potencia mundial en el año 1975. La clase media española floreció como nunca antes en toda la Historia de España, el nivel de vida era uno de los mejores del mundo, y la seguridad del país estaba asegurada por un ejército patriota de españoles dispuestos a dar la vida por la patria.
El 20 de noviembre del año 1975 murió el Caudillo, el general Franco, y con él murió la “era franquista” que llevó a la prosperidad y a la paz a España, y se dio inicio a una nueva era “democrática”, repleta de violencia terrorista, crisis económicas y 17 divisiones territoriales llamadas “autonomías”.
El entonces príncipe Juan Carlos, escogido por Franco en el año 1969 para ser el futuro rey de España, es coronado en las Cortes, con el nombre de Juan Carlos I. Fue él quien dio la orden de que Franco fuera enterrado en el Valle de los Caídos, con el beneplácito de su familia.
El Valle de los Caídos, conocido también como Cuelgamuros, es una gigantesca basílica católica cavada dentro de la roca que el general Franco ordenó construir, como monumento a las víctimas de la guerra civil española, siendo un símbolo de reconciliación entre todos los españoles que participaron en esa guerra fratricida.
Dicho Valle está coronado por la mayor Cruz del mundo, indicando así que dicho lugar es un lugar de MUERTE, no de vida, ya que en realidad dicha basílica católica es un gran cementerio, donde no solo está enterrado el general Franco, sino también hay miles de huesos guardados en cajas que pertenecieron a cientos de miles de personas de ambos bandos que murieron en la guerra civil.
Estamos en octubre del año 2019. Un nuevo gobierno en funciones socialista controla el país, siendo el Presidente un individuo llamado Pedro Sánchez, el cual odia a Franco, y por eso es que él ha prometido sacar del Valle de los Caídos al Caudillo Francisco Franco, de forma absolutamente ilegal, ya que está en contra de los deseos de la familia del Caudillo. Eso se llama profanación de cadáveres, lo cual es un delito.
El gobierno socialista de España pretende sacar unas leyes persecutorias contra todos los franquistas españoles, donde cualquier persona que hable bien de Franco y haga apología de los 40 años de su antiguo gobierno pacífico y próspero serán multados y encarcelados. Si eso sucede será una persecución política en toda regla, y el fin de la democracia y del derecho de libre expresión en España.
Es a partir de aquí donde doy comienzo esta novela de ficción.
Los nombres personales de los personajes que aparecen en escena los he omitido.
INICIO DE LA SEGUNDA GUERRA CIVIL EN ESPAÑA
LA ORDEN DE PROFANACIÓN DEL CADÁVER DE FRANCO
Es un día de frío otoño, y el presidente socialista de España da la orden de profanar el cadáver del difunto Caudillo de España, Francisco Franco, para que sea enterrado donde a él le dé la gana, pisoteando así los deseos de la familia de Franco.
El presidente socialista ordena que un equipo de enterradores protegidos por la policía y la guardia civil acudan rápidamente a Cuelgamuros, es decir, al Valle de los Caídos, para profanar esa Basílica Católica y desenterrar los restos del Caudillo Franco.
Horas antes el Prior católico de dicha Basílica ya había sido avisado por ciertos miembros de la policía y de la guardia civil de que la profanación de la Basílica y del cadáver de Franco era inminente, y que estuvieran preparados.
El aviso de profanación corre de forma inmediata, y llega a oídos de cientos de patriotas españoles, los cuales acuden inmediatamente al Valle de los Caídos para formar un gran cordón de protección, para impedir que sea profanado el lugar católico, y que los restos del Caudillo sean sacados de su tumba.
Dos horas después de recibir el aviso el Prior de la Basílica del Valle de los Caídos ya comienzan a llegar decenas de patriotas españoles, algunos de ellos incluso armados con pistolas.
En cuatro horas la explanada del recinto católico está repleta por más de 1.000 patriotas, dispuestos todos ellos a impedir a toda costa que el recinto católico sea profanado y que los restos del Caudillo Franco sean sacados del lugar.
A las tres de la madrugada comienzan a llegar los enterradores, dispuestos a desenterrar a Franco. Vienen acompañados por decenas de vehículos de policías nacionales y de guardias civiles, pero al llegar a Cuelgamuros se encuentran con un cinturón de seguridad de cientos de patriotas españoles, que impiden el acceso a la Basílica católica a aquellos que desean profanar los restos del Caudillo.
Los profanadores, enviados por el presidente del gobierno, tienen la orden de entrar a la Basílica católica para ejecutar la orden que han recibido, y advierten a los patriotas españoles que, si siguen impidiendo la orden recibida, entonces la policía y la guardia civil tendrán que utilizar la fuerza.
Los patriotas españoles que protegen la entrada a la Basílica responden a los profanadores y a la policía:
“¡¡No vamos a permitirles la entrada, pues este lugar es sagrado, y jamás profanarán los restos del Caudillo, están cometiendo un delito de profanación de cadáveres!!".
Los ánimos de ambos bandos a partir de entonces se empiezan a calentar, y la tensión sube por minutos.
La policía y la guardia civil que acompañaron a los profanadores responden diciendo:
“¡No se resistan! Tenemos la orden del gobierno y del Tribunal Supremo para ejecutar esta acción!de modo que si ustedes no permiten que cumplamos con nuestra misión, entonces entraremos por la fuerza, y ustedes serán los únicos responsables de lo que pueda suceder."
Los 1.000 patriotas españoles deciden entonces no moverse un ápice y no ceder a las intenciones delictivas del gobierno de profanar la Basílica católica y arrebatar los restos mortales del Caudillo, incluso muchos de ellos están armados con escopetas y pistolas dispuestos a defender por la fuerza el lugar católico e impedir la profanación del cadáver de Franco.
Los responsables policiales que subieron al Valle de los Caídos para ejecutar la decisión del gobierno deciden comunicar lo sucedido al Presidente del gobierno, y mantienen la siguiente conversación por teléfono:
Policía:
“Señor presidente, le comunicamos que no podemos ejecutar la orden porque un cordón de seguridad de unos 1.000 fascistas nos impiden acceder al interior de la Basílica para poder obedecer la orden de exhumación que usted nos dio. Necesitamos que usted nos de nuevas instrucciones de cómo proceder".
Presidente:
"La orden que mi gobierno y el Tribunal Supremo les dio es bien clara. ¡¡Accedan al interior de esa Basílica y saquen cuanto antes a ese dictador fascista!!, y si los fascistas de ese lugar lo impiden, utilicen la fuerza y las armas, que para eso están ahí”.
Policía:
“Sí señor Presidente. Actuaremos como usted nos ha mandado.”
Es en ese momento cuando en el Valle estalló la violencia.
Unos 400 policías comenzaron a avanzar hacia la Basílica armados hasta los dientes y con escudos, dando golpes con sus porras y escudos a los cientos de patriotas españoles defensores de la Basílica. Decenas de heridos comienzan a caer por el suelo, y regueros de sangre manchan la explanada de la Basílica.
De repente, muchos de los patriotas españoles que estaban armados con escopetas y pistolas deciden defenderse de la agresión de los policías, y comienzan los tiros. Varios policías caen muertos, e igualmente varios patriotas caen también heridos y muertos al recibir los balazos de la policía. La batalla acaba de empezar. Los policías piden refuerzos a más policías y también al ejército, y al cabo de una hora comienzan a llegar decenas de vehículos policiales, tanquetas, helicópteros militares y varios cientos de soldados. Entonces estalla una gran batalla en el Valle de los Caídos. Los muertos patriotas ya se cuentan por cientos, y estos piden la urgente ayuda de todos los patriotas españoles para parar esa carnicería.
Al cabo de varias horas ya toda España está al tanto de lo sucedido en el Valle de los Caídos, y miles de patriotas españoles de todos los rincones de España se movilizan con armas para acudir al lugar del conflicto y poder salvar a los cientos de patriotas que están siendo masacrados por orden del gobierno de España y de sus lacayos policiales. Todos esos patriotas españoles reciben armas automáticas de la parte patriótica del ejército español, el cual se ha dividido en dos bandos: los que están con el gobierno socialista, y los que están en contra de él.
¡¡La segunda guerra civil ha comenzado en España!!
El ejército español, dividido en dos bandos, inicia los combates en diferentes regiones de España. El caos y la violencia se empieza a extender por toda la nación.
Miles de tropas patrióticas españolas se dirigen al Valle de los Caídos para defender a los españoles que están siendo masacrados por orden del gobierno socialista de España. Columnas de blindados con miles de soldados se dirigen al Valle de los Caídos para liberar a los patriotas españoles asediados y masacrados, y se entabla una gran batalla en dicho lugar. Los muertos ya se cuentan por cientos.
La aviación aliada con el gobierno socialista recibe la orden de bombardear el Valle de los Caídos para destruirlo, incluida la gigantesca Cruz, pero otra parte del ejército del aire español, aliada con los patriotas, se enfrenta a los aviones de combate aliados con el gobierno socialista, y se entabla un combate aéreo de proporciones épicas.
Mientras, el ejército de tierra español y patriota mantiene grandes combates con el ejercito traidor aliado con el gobierno socialista.
Cientos de miles de españoles, divididos en dos bandos, comienzan a alistarse para los combates y marchan a los diferentes frentes de guerra, especialmente al frente del Valle de los Caídos, donde los combates son más encarnizados.
En toda España se declara el estado de guerra, y se comienzan a crear nuevos frentes de guerra en otras muchas regiones de España.
En Cataluña se ha proclamado la nueva República Catalana, e igualmente en las Vascongadas. Estos territorios se declaran independientes de España, y los gobiernos traidores de esos territorios comienzan a exterminar a todos los patriotas españoles que viven en dichas provincias. Las masacres de españoles patriotas ya se cuentan por decenas de miles, pero esto es solo el principio, porque lo peor está por llegar.
En medio de esta nueva guerra civil, e inmersa España en el más absoluto caos y violencia, el hambre y las epidemias comienzan a extenderse por toda la nación.
Sin embargo, otra tragedia comienza en el sur, concretamente en las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, situadas en el norte de África, y también en las españolísimas islas Canarias.
Aprovechando la debilidad española, y el caos en el cual se ha sumergido toda España, el rey de Marruecos da la orden de invadir militarmente esas dos ciudades españolas y las islas Canarias, para anexionarlas a Marruecos.
Decenas de barcos de guerra y miles de tropas de Marruecos se dirigen a Ceuta, Melilla, y a las islas Canarias, causando una masacre con decenas de miles de muertos españoles.
La superioridad militar de Marruecos aplasta rápidamente las defensas españolas, y en tres días se apoderan de las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, así como de todas las islas Canarias, causando miles de muertos españoles.
Viendo el rey de Marruecos la debilidad española, y como han sido derrotados rápidamente, da entonces la orden de invadir España para apoderarse de toda Andalucía, llamada por los musulmanes “Al-Ándalus”, y que consideran territorio de los musulmanes. El radicalismo islámico se ha apoderado de Marruecos y de su rey, el cual recibe la ayuda de cientos de miles de yihadistas de todo el mundo, incluidos los del ISIS. El gobierno de Marruecos controlado por los radicales musulmanes, dan la orden a los cientos de miles de yihadistas residentes en el interior de España desde hace años para que participen en la guerra de conquista.
Miles de células fanáticas musulmanas, que están infiltradas dentro de España, reciben armas y comienzan a masacrar a decenas de miles de españoles y a violar a decenas de miles de mujeres españolas. Cabezas cortadas de españoles comienzan a verse clavadas en estacas por cientos de pueblos y ciudades españolas.
El ejército de Marruecos mientras tanto invade España por el sur, a través del estrecho de Gibraltar, masacrando a todos los opositores y defensores españoles que encuentra por el camino.
Pero esta guerra en Europa no se centra solamente en España.
En cientos de ciudades de Europa occidental, como Londres, Paris, Bruselas, etc., cientos de miles de musulmanes armados se han levantado en pie de guerra, para conquistar Europa y someterla al islam.
Los países musulmanes del norte de África y del oriente medio se lanzan a una guerra de conquista para apoderarse de toda Europa. Los muertos ya se cuentan por millones en toda Europa, la cual ha caído en el caos más absoluto, con cientos de ciudades destruidas, mientras que la hambruna y las epidemias se extienden por todos los países de Europa.
Lo que comenzó con una guerra civil en España, ¡¡se ha convertido en una tercera guerra mundial del mundo musulmán contra la decadente y débil Europa!!.
ESTALLA LA GUERRA TERMONUCLEAR
Fuera de las fronteras europeas la situación es aún más grave, ya que esta tercera guerra mundial, iniciada en Europa, se extiende por todo el mundo.
El presidente de los Estados Unidos decide meter a su país en la guerra, y acude en ayuda de Europa. Ordena bombardear los principales países musulmanes que colaboran en la invasión de Europa, y decide utilizar las armas nucleares.
Naciones musulmanas extremistas, como Irán y los países del norte de África, son atacadas con armas nucleares. En una sola hora son exterminados más de 60 millones de musulmanes.
Rusia y China no se quedan con los brazos cruzados, y entonces deciden utilizar también sus armas nucleares contra los Estados Unidos, dando inicio una conflagración termonuclear entre Estados Unidos, Rusia y China.
El intercambio de misiles nucleares intercontinentales ha comenzado.
Cientos de misiles salen de sus silos subterráneos y de submarinos nucleares y se dirigen a las principales ciudades de Estados Unidos. Mientras que el presidente de este país da la orden para responder a dicho ataque.
Otros cientos de misiles termonucleares son lanzados desde los Estados Unidos rumbo a Rusia y a China.
El duelo termonuclear entre esas tres grandes potencias no dura más de dos horas.
Al cabo de unas tres horas el mundo ha retrocedido más de 500 años, y regresa a una especie de edad media.
Todas las redes eléctricas e informáticas de todos los países de la tierra caen de repente. Cientos de ciudades de Estados Unidos, de Rusia y de China han sido reducidas a polvo por los impactos de los misiles termonucleares, y más de 2.000 millones de personas han sido volatilizados en esta rápida guerra termonuclear. El mundo entero se ha sumergido en el caos más absoluto, es un auténtico infierno en la tierra. La guerra, las hambrunas, las epidemias y los animales carnívoros hambrientos han matado a la cuarta parte de la población mundial, y el mundo se ha sumergido en una nueva era de violencia como nunca se ha conocido.
En Europa, Asia, América, África y Oceanía la guerra termonuclear, el hambre y las epidemias han arrasado a más de 2000 millones de personas, y el mundo entero ha entrado en una época de caos y de violencia como jamás se conoció, y todos creen que ha llegado el fin del mundo.
LA INVASIÓN EXTRATERRESTRE DE SATANÁS Y DE SUS ÁNGELES
De repente, el papa de Roma anuncia un mensaje muy importante para el mundo entero. Decenas de miles de personas desesperadas acuden a la ciudad de Roma y se congregan en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, para escuchar el mensaje que el papa va a dar a todo el mundo.
El balcón del palacio Vaticano se abre, y aparece el papa ataviado con su corona tradicional papal adornada con piedras preciosas. Las multitudes congregadas en la Plaza de San Pedro claman al Pontífice romano por la salvación del mundo y de sus almas. Las multitudes desesperadas lloran y fijan sus miradas en el pontífice romano, el cual alza sus brazos y se acerca al micrófono para proclamar el mensaje especial.
De repente las multitudes apiñadas en la Plaza de San Pedro enmudecen, y se disponen a escuchar el mensaje papal.
El pontífice romano, con una gran sonrisa, comienza su discurso diciendo lo siguiente:
“Queridos hermanos del mundo entero:
Os anuncio una buena noticia de salvación para todos.
Ha llegado el fin de este mundo, y el antiguo sistema político y económico mundial ha sido totalmente destruido en la guerra termonuclear, de modo que, desde esta ciudad santa, Roma, proclamo a todas las naciones el nacimiento de una nueva era con la llegada del Mesías Jesús, conocido también por nuestros hermanos musulmanes como el Mady, y al cual hemos estado esperando durante muchos siglos.
El Mesías esperado ha estado con nosotros durante años, pero ahora ha llegado el momento de darlo a conocer a todas las naciones. Se trata de un príncipe real europeo, y su nombre es Nicolás.
Hoy vengo a anunciar al mundo entero que el Padre celestial va a descender dentro de unas horas del cielo a la tierra con todos los ángeles de Dios, y él mismo entregará su poder, su trono y su autoridad al Mesías que ya está en la tierra, dando comienzo el profetizado Milenio de paz mundial anunciado en el libro del Apocalipsis.
Os anuncio la llegada del reino de Dios y del Mesías Jesús a la tierra, y este Mesías enviado por Dios que ya vino hace 2.000 años con el nombre de Jesús, ahora ha regresado con el nombre de Nicolás, cuyo significado en idioma griego es “el pueblo victorioso”, ya que él encarna en su persona la victoria del pueblo de Dios, que sois todos vosotros reunidos en esta santa Plaza de San Pedro de Roma.
El príncipe Nicolás será el nuevo emperador de un nuevo y santo Imperio Romano, este imperio será el reino de Dios en la tierra, y estará formado por diez reinos, no solo de Europa, sino también del norte de África y de oriente medio, pues es en esta zona del mundo donde nacieron las tres principales religiones monoteístas de la tierra: el judaísmo, el cristianismo y el islam.
Os anuncio hermanos queridos que a partir de ahora estas tres religiones santas y monoteístas van a formar una sola religión en este nuevo imperio mesiánico y santo, y yo, como vicario de Cristo en la tierra, seré el humilde pastor que guiará al rebaño de Cristo para que todos los hijos de Dios obedezcan al Mesías que ha regresado a la tierra para gobernarnos.
Os comunico que yo soy el profeta Elías profetizado en la Biblia, el cual prepara el camino del Mesías, cuyo reino va a comenzar dentro de muy poco tiempo. Él será quien regirá los destinos del nuevo mundo y de la nueva era que hoy nace, y llevará a las naciones a la paz y la seguridad.
Así como el profeta Elías hizo descender fuego del cielo, para demostrar que él era el verdadero profeta de Dios, y puesto que yo soy ese profeta Elías que tendría que venir antes de la venida del Mesías, os voy a confirmar también la veracidad de mis palabras.”
Una vez dicha esas palabras, el pontífice romano alzó sus brazos, y dijo las siguientes palabras:
“Fuegooooo, desciende del cielooooo”.
Sus palabras tronaron en toda la Plaza de San Pedro en Roma, y de repente apareció una luz encima de Plaza, en el centro, y el pontífice romano ordenó que las gentes se apartaran de ese lugar, y entonces una cascada de fuego sobrenatural cayó en medio de la Plaza de San Pedro en presencia de decenas de miles de asombradas personas.
Mientras eso ocurría, las muchedumbres apiñadas en la Plaza de San Pedro comenzaron a gritar de alegría, proclamando que el pontífice romano era el profeta Elías enviado por Dios para anunciar la venida del Mesías y del reino de Dios a la tierra.
Las muchedumbres reunidas en la Plaza eran de todas las creencias y religiones. Incluso los que decían llamarse ateos se asombraron y cayeron de rodillas abandonando su ateísmo.
Cientos de miles de católicos, musulmanes y judíos reunidos en esa Plaza cayeron también de rodillas, dando gracias a Dios por enviar de nuevo al profeta Elías, y por la llegada del reino de Dios a la tierra.
Justo después de hacer descender fuego del cielo a la tierra, el pontífice romano pidió a la muchedumbre reunida en la plaza de San Pedro de Roma que miraran todos al cielo.
Las gentes alzaron sus miradas al cielo, y comenzaron a señalar con el dedo índice hacia arriba, pues de repente aparecieron miles de objetos voladores luminosos.
El pontífice romano alzando la voz dijo a las multitudes reunidas:
“¡¡Son los ángeles de Dios!! Nuestro Dios y Padre regresa a la tierra para dar inicio al reinado de Dios y del Mesías por los siglos de los siglos. ¡¡Aleluyaaaaaaa!!.
Al escuchar esas palabras, todos los cientos de miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro gritaron también “¡¡Aleluyaaaaa!!”
Los que eran de diferentes religiones, especialmente los católicos, los musulmanes y los judíos, e incluso los que habían sido ateos, comenzaron a abrazarse y a alzar los brazos al cielo para dar la bienvenida a esos “hermanos” extraterrestres que el pontífice romano decía que eran los ángeles de Dios, y que en ese momento habían comenzado a invadir la tierra.
Toda la ciudad de Roma estaba cubierta por miles de naves voladoras de color blanco, dentro de las cuales estaban esos “ángeles de Dios”, como afirmaba el pontífice romano.
De repente, en medio de todas esas naves voladoras, apareció otra nave de color rojo, mucho más grande, la cual comenzó a descender lentamente, hasta posicionarse en la perpendicular de la Plaza de San Pedro en Roma.
Las muchedumbres gritaban de asombro y expectación, diciendo:
“¡¡Ya viene el Padre celestial, ya viene, aleluyaaaaa!!”
El pontífice romano les anunció entonces que presenciaran el descenso a la tierra de Dios el Padre, proclamando que ese era el día más importante de toda la Historia de la Humanidad, pues el reino de Dios y de Cristo estaba comenzando en la tierra.
En ese momento, mientras las gentes estaban con sus miradas fijas en esa gran nave voladora de color rojo, y que estaba parada a unos 50 metros de la Plaza de San Pedro, una especie de puerta se abrió debajo de esa nave, y una figura humana muy luminosa comenzó a salir de la nave y a descender despacio en medio de la Plaza, con los brazos extendidos en forma de cruz.
El pontífice romano dijo entonces lo siguiente:
“Hermanos queridos, aquí tenéis a nuestro Dios y Padre del Mesías.
Hoy comienza la nueva era del reino de Dios en la tierra, hoy comienza la verdadera paz y seguridad mundial”.
Ese ser luminoso, que creían ser el Dios Padre, tenía una altura de al menos tres metros. Descendió de la nave y posó sus pies en medio de la Plaza.
En ese instante dicho ser luminoso entró en el Palacio del Vaticano, para encontrarse con el pontífice romano.
Cuando el papa le vio, cayó de rodillas y le adoró, y seguidamente le invitó a que saliera al balcón del Palacio Vaticano para dar el primer discurso a la Humanidad.
En ese instante el ser luminoso apareció en el balcón junto con el papa de Roma.
Dicho ser luminoso extraterrestre se acercó al micrófono, y dio inicio a su discurso para toda la Humanidad, mientras toda la muchedumbre de personas reunidas en la Plaza guardo un silencio sepulcral.
El ser luminoso extraterrestre comenzó el discurso:
“Hijos míos. Proclamo al mundo entero que yo soy vuestro padre celestial, y que hemos venido a la tierra para traeros mi glorioso y eterno reino de los cielos.
Al oír la muchedumbre estas palabras, cayeron todos al suelo de rodillas, y comenzaron a adorar a ese ser luminoso y extraterrestre.
El ser luminoso siguió diciendo lo siguiente:
“Mis santos ángeles y yo hemos descendido hoy a la tierra para salvarla.
Hemos visto que vuestro mundo iba a ser totalmente destruido por vuestra guerra nuclear, y tomé la decisión de intervenir para parar esa locura destructiva que algunos de vuestros gobernantes habían causado.
Mi reino ha venido a la tierra para dar inicio a una nueva era.
Mañana voy a entregar mi poder, mi trono y mi autoridad a mi escogido, al que vosotros llamáis “el Mesías”.
A partir de ahora se da inicio mi nuevo imperio sagrado que abarcará Europa, el norte de Afrecha y el oriente medio, pues es en esta importante zona del planeta donde se dio inicio a las tres principales religiones santas y monoteístas, que son el judaísmo, el cristianismo y el Islam. Estas tres religiones santas van a estar unidas en una sola, y el vicario de mi Hijo Jesús en la tierra, el papa, va a ser quien las va a liderar, para que yo y mi Hijo, el Mesías, seamos adorados por vosotros, ya que el mundo ha sido salvado de su destrucción total gracias a mi y a mi Hijo Nicolás.
He escogido a diez reyes de esta zona del mundo para que ellos formen mi imperio sagrado. A ellos les daré el poder para que entreguen el poder y la autoridad a mi Hijo, el Mesías Nicolás.
Mi reinado ha comenzado hoy aquí en Roma, en la ciudad eterna, en la capital de mi iglesia en la tierra, que es la iglesia católica romana. Será esta iglesia mía la que va a tener el control y el poder sobre mi imperio de diez reinos. Todos los ciudadanos e hijos míos que quieran formar parte de mi reino se tendrán que someter a mi iglesia católica, la cual ahora será mucho más poderosa, pues también estará integrada por el Islam y por el judaísmo.
Como todos ustedes saben, en la Biblia se predice en muchos pasajes que la ciudad de Jerusalén es mi santa ciudad, y voy a dar la orden para que sea construido un nuevo templo sagrado para las tres santas religiones monoteístas: el cristianismo, el islam y el judaísmo.
Voy a dar la orden para que los ejércitos de mi imperio entren en Israel para tomar la Ciudad Santa, Jerusalén, para que sea la capital religiosa de mi imperio, y el templo mio pueda ser construido.
Quiero decir también que no voy a permitir en mi reino ningún tipo de opositores a mi gobierno celestial.
Todos aquellos que no se sometan a mi reinado de justicia y de paz serán decapitados, pues esto mismo es lo que dijo mi propio Hijo Jesús en estas palabras que están registradas en la Biblia:
Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y cortadles la cabeza delante de mí. (Lucas 19:27).
Por lo tanto, a partir de ahora la pena de muerte para mis enemigos es impuesta en mi santo reino. Todos aquellos enemigos que no quieran que yo reine sobre ellos serán capturados y decapitados delante de mí, y otros serán enviados a cárceles y a campos de concentración para ser reeducados en mi reino, para que vuelvan a ser hijos míos.
En el último libro de la Biblia, el Apocalipsis, se predice que mis hijos tendrán mi marca en la frente y en la mano derecha, con el nombre de mi escogido, el Mesías Nicolás, así como el número de su nombre, el 666, para poder comprar y vender. Durante siglos el mismo diablo os engañó diciendo que esa marca es maléfica, siendo llamada por mis enemigos “la marca de la bestia”, pero quiero que todos vosotros mis hijos sepáis que eso fue una gran mentira, ya que esa es la verdadera marca mía que identifica a todos mis hijos, y gracias a ella se podrá comprar y vender y mi santo reino. Por eso es que he dado la orden a mi santo servidor, el papa de Roma, para que dé inicio a este nuevo sistema económico en mi santo reino. Todos mis hijos llevarán en la frente y en la mano derecha mi santa marca, para que de esta manera puedan ser auténticos ciudadanos de mi reino, y puedan tener todas sus necesidades materiales cubiertas. Aquellos que se nieguen llevar mi marca impresa en la frente o en la mano derecha significará que no serán mis hijos, y no podrán comprar ni vender en mi santo reino.
Hoy es el día más importante de la Historia de la Humanidad. El mundo ha sufrido el Armagedón termonuclear. Más de 2.000 millones de personas han muerto en esa batalla de Armagedón, y el fin del mundo antiguo ha ocurrido, dando inicio un nuevo mundo y una nueva era de justicia y de paz bajo mi autoridad suprema, la cual a partir de mañana la tendrá también mi santo hijo, el Mesías Nicolás, y que, en unión con mi santa iglesia católica romana, gobernaremos mi imperio por los siglos de los siglos, sin oposición alguna a mi reino en la tierra.
Hijos míos, desde esta ciudad santa y eterna, Roma, os bendigo por siempre. ¡¡Mi reino ha comenzado!, y a partir de ahora este será el año uno de mi reinado en la tierra.
Cuando el extraterrestre luminoso que decía ser el Padre celestial terminó su discurso, toda la multitud postrada de rodillas en la Plaza de San Pedro se levantaron a una y comenzaron a alabar al supuesto Dios Padre que había llegado a la tierra.
Lo que no sabían los seguidores y adoradores de ese extraterrestre luminoso es que acababa de cumplirse la gran profecía de Apocalipsis 12, y que todos esos seres humanos habían sido engañados por el mismo SATANÁS, disfrazado como ángel de luz, el cual había sido arrojado del espacio exterior a la tierra juntamente con sus ángeles extraterrestres malvados.
El apóstol Pablo ya dijo que el mismo Satanás se DISFRAZA COMO ÁNGEL DE LUZ (2 Corintios 11:14), y así había descendido él a la tierra, disfrazado como un ser extraterrestre luminoso y benévolo, haciéndose pasar por el Dios Padre, cuando en realidad él es el padre, pero de la mentira, como enseñó el verdadero Mesías Jesús (Juan 8:44)
El descenso de Satanás y de sus ángeles extraterrestres a la tierra ya estaba profetizado en el libro del Apocalipsis, y el plan del verdadero Dios, el Padre celestial, se estaba cumpliendo a la perfección.
LOS DIEZ REYES ENTREGAN SU PODER Y AUTORIDAD AL FALSO MESÍAS,
LA BESTIA
Al día siguiente de pronunciar ese discurso Satanás en la plaza de San Pedro, en Roma, diez gobernantes procedentes de naciones de Europa, el norte de África y de oriente medio se reunieron durante una hora con el príncipe Nicolás, en la ciudad de Roma, y le entregaron el poder y la autoridad sobre el nuevo imperio romano, que Satanás hizo creer que es el reino de Dios en la tierra.
El príncipe Nicolás fue nombrado emperador del llamado “sagrado Imperio Romano”, y fue coronado por el papa en Roma dentro del Vaticano. La ceremonia política y religiosa estaba presidida por Satanás, disfrazado como ángel de luz.
El nuevo emperador Nicolás escogido por Satanás se dispuso a dar su primer discurso a la humanidad, diciendo lo siguiente:
“Ciudadanos del reino de Dios en la tierra:
Como dijo mi padre Dios en su discurso glorioso, hoy comienza en el mundo el reino eterno procedente del reino de los cielos, y este reino jamás tendrá fin, pues es un reino eterno que jamás será destruido.
El viejo mundo, con su falso sistema económico monetario, fue destruido totalmente durante la tercera guerra mundial termonuclear, pero mi padre Dios ha salvado al mundo viniendo en persona a la tierra con todos sus santos ángeles, y a partir de ahora da comienzo un nuevo orden político, económico y religioso en mi imperio, formado por mis diez reyes aliados. Este glorioso reino de Dios se extenderá por toda la tierra, hasta abarcar el mundo entero.
Su santidad el papa de Roma será el jefe de la nueva religión católica, que estará integrada también por el resto de religiones santas monoteístas, como el Islam y el judaísmo.
Esta ciudad santa de Roma, la ciudad eterna, será mi sede de poder desde la cual gobernaré el imperio de Dios. Yo, como católico romano que soy, me someteré siempre a esta única religión verdadera la cual yo fundé cuando vine a la tierra hace casi 2.000 años. El papa de Roma es mi vicario en la tierra al cual todos mis súbditos del imperio tienen que obedecer. Será él quien dará inicio al nuevo sistema económico y religioso, haciendo que todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, sean marcados en la frente y en la mano derecha con mi santo nombre, y con el número sagrado, el 666.
Como dijo mi padre Dios en su discurso, durante siglos los falsos cristianos nos mintieron, diciendo que esa marca descrita en el Apocalipsis es la marca del diablo y de la bestia, pero era una gran mentira, ¡¡esa es realmente la marca mía!!, es el sello de Dios, el cual tendrán que tener impreso en la frente y en la mano derecha todos los ciudadanos del reino de Dios en la tierra. Aquellos que no quieran llevar impresa mi santa marca, han de saber que no podrán comprar ni vender en mi reino, perderán todos los derechos ciudadanos, y serán los parias de mi santo reino.”
Cuando ese falso mesías, que el Apocalipsis llama la bestia, dijo esas últimas palabras, todos los jerarcas y líderes religiosos reunidos en el Vaticano, ya fueran católicos, evangélicos, musulmanes y judíos, cayeron de rodillas en tierra y adoraron a ese nuevo falso mesías, que se estaba haciendo pasar por Jesucristo, e igualmente adoraron a Satanás disfrazado como ángel de luz, el cual se hacía pasar por el Dios Padre, y que estaba junto al falso mesías.
El papa de Roma era ese gran falso profeta predicho también en el libro del Apocalipsis.
Este falso profeta papal dio la orden de que todos los ciudadanos del nuevo imperio se postraran de rodillas para adorar al falso mesías Nicolás y a Satanás, diciendo que ellos dos eran Jesucristo y el Dios Padre.
También el papa de Roma dio la orden a que inmediatamente construyeran una imagen gigante del nuevo mesías, el emperador Nicolás. Dicha imagen sería una especie de robot con la imagen del falso mesías, la bestia, y dijo que todos los hijos de Dios del imperio tendrían que postrarse ante esa imagen del mesías para adorarla, y quien rehusara adorarla sería decapitado.
En una semana la imagen de la bestia, el falso mesías, ya estaba construida, y fue colocada en el centro de la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, Roma.
Dicha imagen podía hablar y dar órdenes.
Los católicos fueron los primeros en postrarse de rodillas ante dicha imagen del falso mesías, ya que ellos durante siglos han estado acostumbrados a dar culto a las imágenes, tal como lo enseña la iglesia católica romana.
Los musulmanes y los judíos reunidos en la Plaza de San Pedro al principio estaban un poco recelosos en postrarse de rodillas para dar culto a esa imagen de la bestia, pero el pontífice romano ordenó que se postraran, y todos ellos obedecieron y cayeron de rodillas para dar culto a dicha imagen de la bestia. Había comenzado el control absoluto y religioso de todos los seguidores de Satanás y de la bestia.
Hubo gente en la Plaza de San Pedro que rehusaron postrarse de rodillas para dar culto a la imagen del falso mesías. Inmediatamente esas personas fueron apresadas y encarceladas, y al día siguiente fueron decapitados en la misma Plaza de San Pedro acusados de rebelarse contra el llamado “reino de Dios en la tierra”.
¿Quienes eran esas personas que se negaron a dar culto a esa imagen de la bestia?, ¡¡eran los verdaderos cristianos!!, todos ellos fueron martirizados al día siguiente de negarse a adorar la imagen de la bestia. Las guillotinas instaladas en la Plaza de San Pedro no paraban de cortar las cabezas de estos valientes cristianos verdaderos.
El falso profeta, el papa, así como el falso mesías, dijeron que eso es lo que les ocurriría a todos aquellos enemigos del reino de Dios en la tierra que rehusaran adorar a Dios, al Mesías y a su imagen. Ellos decían que estaban haciendo justo lo que dijo Jesús en Lucas 19:27, y que estaban cortando las cabezas solamente de los hijos del diablo que no querían someterse al reino de Dios que según ellos había llegado a la tierra. La gran persecución o tribulación contra los verdaderos cristianos, predicha en Apocalipsis 6:9-11 había comenzado en toda su crudeza en todas las naciones donde gobernaban Satanás, la bestia y el falso profeta.
Millones de falsos cristianos engañados por Satanás se sometieron al reinado de Satanás y de la bestia, y fueron los primeros en ponerse la marca de la bestia en la frente y en la mano derecha para poder comprar y vender. La cobardía de ellos y su apostasía se hizo manifiesta y patente.
Cientos de miles de falsos pastores y de falsos evangelistas engañaron a millones de falsos cristianos durante decenas de años, diciéndoles que la Iglesia de Cristo sería arrebatada de la tierra al cielo antes de que viniera esa gran tribulación o persecución contra los cristianos, pero todo era mentira, ningún arrebatamiento de la Iglesia ocurrió, sino que, al contrario, durante la tercera guerra mundial murieron cientos de millones de individuos que decían llamarse “cristianos”, especialmente en los Estados Unidos y en otros muchos países de América, y ahora cientos de miles de verdaderos cristianos que estaban vivos en la tierra, especialmente en los territorios del imperio del falso mesías, estaban pasando por la mayor persecución y martirio de toda la Historia de la iglesia cristiana. Realmente la fe de estos santos de Dios estaba siendo puesta a prueba en medio de esa gigantesca masacre de cristianos verdaderos.
Los fanáticos católicos entregaban a todos esos cristianos verdaderos a los tribunales, y los musulmanes eran los encargados de degollarlos o de cortarles la cabeza, como así lo hicieron durante siglos en aquellos países musulmanes donde asesinaban a muchos cristianos.
La violencia espantosa y la crueldad contra los cristianos verdaderos se extendió por todas las diez naciones del reino de Satanás y de la bestia.
Las cárceles y los campos de concentración situados en todo el imperio romano restaurado se llenaron de cristianos valientes y verdaderos, los cuales jamás renegaron de sus creencias y jamás adoraron a Satanás ni a la bestia, ni llevaron su marca en su frente ni en su mano derecha. Todos ellos eran utilizados en esos campos de concentración como esclavos, para trabajos forzados, y además para intentar “reeducarlos” para que se hicieran ciudadanos ejemplares de lo que decían ser el reino de Dios en la tierra, pero en realidad era el reino de Satanás y de la bestia en la tierra, tal como se predice en el libro del Apocalipsis, un reinado que durará solamente 42 meses, como leemos en Apocalipsis 13:5.
LOS DOS TESTIGOS PROFETAS DEL APOCALIPSIS
Satanás, disfrazado como ángel de luz, dio la orden a sus ejércitos internacionales de invadir Israel.
Cientos de miles de soldados de las diferentes naciones del imperio romano restaurado invadieron la nación de Israel, y conquistaron la ciudad de Jerusalén. Las casas de Jerusalén fueron saqueadas, y las mujeres judías fueron violadas.
La mitad de los habitantes que vivían en Jerusalén, y que eran judíos, fueron capturados por negarse a adorar la imagen del falso mesías y a llevar su marca impresa en la frente y en la mano derecha, y llevados a prisiones y a campos de concentración, y la otra mitad de habitantes de Jerusalén, especialmente musulmanes y católicos, fueron dejados en dicha ciudad con vida, tal como se predice en Zacarías 14:1-2. Esto también está profetizado en Apocalipsis 11:1-2 donde se dice que la ciudad santa, Jerusalén, sería entregada a las naciones gentiles, las cuales la hollarán durante 42 meses, tres años y medio, que será el tiempo que durará el reinado de la bestia (Ap.13:5).
En ese mismo tiempo cuando Jerusalén fue invadida por los ejércitos del imperio de la bestia, aparecieron en Israel dos varones de Dios, dos verdaderos profetas cristianos, los cuales comenzaron a predicar con toda valentía y sin temor alguno a Satanás, la bestia y el falso profeta papal. Ellos enseñaban la verdadera doctrina cristiana a cientos de miles de cristianos, exhortando también a los malvados a que se arrepintieran de sus pecados, y también consolaban a los cristianos verdaderos que estaban siendo perseguidos y decapitados por causa de su fe.
Estos dos santos profetas de Dios podían ir libremente, y de forma sobrenatural, por las diferentes naciones que formaban el imperio de la bestia, edificando a otros muchos cristianos en la verdadera doctrina y consolando con las benditas promesas de la gloria futura a los verdaderos cristianos atribulados, diciéndoles que perseveraran en la verdadera doctrina hasta el final.
Estos dos testigos profetas de Dios están profetizados en el capítulo 11 del Apocalipsis. Ellos profetizarán durante esos tres años y medio que durará el reinado de Satanás, la bestia y el falso profeta.
Desde que esos dos profetas de Dios comenzaron a predicar, a exhortar y a consolar a los verdaderos cristianos perseguidos, no cesaron de aparecer enemigos que les odiaban a muerte y que tramaron diferentes complots para matarlos muchas veces.
En muchas ocasiones esos dos profetas de Dios tuvieron diferentes atentados terroristas para poder eliminarlos, pero ninguno de esos enemigos pudieron jamás hacer daño a esos dos profetas de Dios, al contrario, cuando alguien quería pegarles un tiro con algún arma de fuego, por ejemplo, la bala les salía por la culata del arma y esos asesinos eran los que morían. Si alguno les ponía una bomba para matarlos, las bombas les estallaban a los terroristas y ellos morían destrozados al instante. E igualmente, si alguno se acercaba a ellos para intentar asesinarlos, entonces los dos profetas decían una palabra y esos asesinos de repente morían abrasados con un fuego instantáneo que salía del interior de sus cuerpos, hasta ser reducidos a cenizas. Esto mismo está profetizado en Apocalipsis 11.
Estos dos profetas de Dios tenían poderes sobrenaturales que el propio Dios verdadero les otorgó. Ellos podían cerrar el cielo para que no lloviera durante el tiempo que quisieran, y podían enviar toda clase de plagas o epidemias donde quisieran, y todo esto causó la muerte de decenas de miles de personas en diferentes lugares del imperio de la bestia, los cuales jamás quisieron arrepentirse. Las gentes que eran seguidores de Satanás, del falso mesías y del falso profeta papal les tenían un terror espantoso, porque sabían que esos dos profetas de Dios les podían matar en defensa propia, y a esos dos profetas nadie les podía hacer ningún tipo de daño durante el tiempo de su ministerio.
SATANÁS INTENTA DESTRUIR A LOS JUDÍOS RELIGIOSOS
LA GRAN PERSECUCIÓN CONTRA LOS VERDADEROS CRISTIANOS
Del centro de poder de la iglesia católica romana, en el Vaticano, salió la orden del propio Satanás, disfrazado como ángel de luz, para que sus ejércitos destruyeran a todos los judíos enemigos de su reino.
Satanás envió un ejército de varios miles de soldados para que persiguieran y destruyeran a varias decenas de miles de judíos religiosos que habían huido rápidamente de Jerusalén, justo antes de que los ejércitos de las naciones invadieran esa ciudad. Todos esos judíos religiosos pudieron rápidamente tomar aviones y volar a un lugar en el desierto preparado por Dios, donde iban a ser protegidos y alimentados durante tres años y medio. Esto es lo que se predice en Apocalipsis 12.
Alrededor de 30.000 soldados de diferentes naciones, enviados por Satanás, salieron en busca de todos esos miles de judíos, para matarlos a todos, algo semejante a lo que en el pasado hizo el faraón de Egipto, cuando envió a sus ejércitos para intentar matar a los israelitas que salieron de Egipto.
Sin embargo, una vez más, Dios volvió a actuar con su poder.
En el pasado Dios utilizó a Moisés para abrir el Mar Rojo, y que los israelitas pudieran cruzarlo para salvar sus vidas, y cuando los ejércitos del faraón fueron tras ellos y entraron en ese lugar, entonces Dios hizo que las aguas del mar volvieran a su lugar, y pereció ahogado todo el ejército del faraón.
Algo semejante hizo Dios en ese momento.
Cuando los ejércitos de Satanás iban por el desierto tras esos israelitas, para matarlos, de repente la tierra se abrió en medio de un gran terremoto, y se tragó a todos esos miles de soldados asesinos,
no dejando a ni uno vivo. Algo parecido también sucedió en el pasado, en la famosa rebelión de Coré, entonces la tierra también se abrió y se los tragó, no dejando a ninguno de esos rebeldes vivo (Números 16:21-34).
Cuando Satanás se enteró que todo su ejército pereció siendo tragado por la tierra, lleno de furia tomó la decisión de matar a todos los cristianos verdaderos que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo (Apocalipsis 12:17).
El testimonio de Jesucristo es el libro del Apocalipsis, tal como leemos en los siguientes pasajes: Ap.1:2, 9, 6:9, 12:11, 19:10, 20:4, 22:16, 20. Esto significa que esos verdaderos cristianos estaban siendo perseguidos y asesinados por predicar el libro del Apocalipsis.
Satanás, disfrazado de ángel de luz, y que moraba dentro del Vaticano en Roma, dio otro discurso en el palacio del Vaticano, en presencia de decenas de miles de fanáticos seguidores que llenaban la Plaza de San Pedro, diciendo lo siguiente:
“Amados hijos míos:
Ha llegado el momento de limpiar definitivamente de cizaña y de malvados mi santo reino en la tierra.
Hoy miles de nuestros santos soldados cruzados que defienden nuestro santo reino han sido atacados por Satanás cuando estos iban a cumplir la misión que los encomendé, todos ellos han sido asesinados y son mártires porque estaban luchando contra mis enemigos en el desierto del este de Israel, todos ellos murieron como valientes en el cumplimiento de su misión. Sin embargo, un grupo de varios miles de fanáticos enemigos míos de raza judía han conseguido escapar a un lugar en el desierto, al cual nos es imposible acceder, ya que el dios falso de esos judíos fanáticos y odiosos, llamado IEVE, y que es el mismo Satanás, los está protegiendo en ese lugar en el desierto.
Mi ira y odio contra ese dios falso y contra esos judíos fanáticos es muy grande, pero mi venganza será aún mayor.
Os anuncio a todos mis hijos que viven en mi santo reino que hoy he dado la orden a mi hijo, el Mesías Nicolás, para que haga la guerra total contra todas esas alimañas e hijos del diablo que se oponen a mi reinado y que apoyan a esos judíos fanáticos que han escapado.
Esas alimañas que aún viven en mi santo reino dicen que son “cristianos”, pero es mentira, ya que son los hijos de Satanás y los seguidores de ese asesino y falso Dios de los judíos, y todos ellos lo único que buscan es destruir mi santo reino implantado en la tierra, por eso es que ellos han rechazado mi marca santa en la mano derecha y en la frente, y tampoco quieren someterse a mí ni a mi hijo, el verdadero Mesías. Ellos odian la única iglesia verdadera, que es la iglesia católica romana, y se han negado a dar reverencia a la imagen de mi amado hijo Nicolás, al cual yo le he dado el poder, mi trono y mi gran autoridad.
Por consiguiente, a partir de mañana mi hijo Nicolás comenzará una guerra total contra esos hijos del diablo que se oponen a nuestro reinado de paz y de hermandad.
Cualquier persona que en mi reino proteja o ayude a alguna de esas alimañas al servicio de Satanás, será considerado un enemigo de mi santo reino y será decapitado inmediatamente."
Cuando Satanás terminó de dar su discurso en el Vaticano todos los adoradores suyos le aclamaron a gran voz como Dios, y se postraron de rodillas en adoración a él y ante el falso mesías Nicolás.
Rápidamente se desató una terrible guerra contra los verdaderos cristianos, llamados en el Apocalipsis los santos. Cientos de miles comenzaron a ser capturados, unos fueron decapitados inmediatamente, y otros fueron llevados prisioneros a cárceles y a campos de concentración situados en diferentes regiones del imperio.
En muchos pueblos y ciudades del imperio otros verdaderos cristianos que estaban armados intentaron defenderse con armas de fuego para que no fueran capturados por las fuerzas policiales y militares al servicio de Satanás y de la bestia, sin embargo, esos cristianos valientes fueron derrotados por sus enemigos y asesinados, y los supervivientes fueron rápidamente decapitados, y otros fueron enviados a campos de concentración para trabajar como esclavos. En ese momento se estaba cumpliendo al pie de la letra la profecía que se encuentra en Apocalipsis 13:7, 10.
LOS TRES MENSAJES DE TRES ÁNGELES DE DIOS
El culto a la imagen del falso mesías Nicolás se había extendido por los diez reinos que formaban el imperio de Satanás en la tierra. La imagen gigante de ese falso mesías estaba colocada en el centro de la Plaza de San Pedro en el Vaticano, Roma, y ahí peregrinaban millones de personas de los diferentes lugares del imperio del falso mesías para darla culto.
La iglesia católica romana era la principal propagadora del culto a dicha imagen. Esta iglesia de Satanás llevaba siglos engañando al mundo diciendo que ella era la iglesia de Cristo, y millones de católicos fueron engañados con esa gran mentira.
El papa de Roma fue quien inició el culto a dicha imagen del falso mesías y la imposición de la marca de ese impostor que se hacía pasar por Jesucristo.
Cientos de millones de católicos, musulmanes y judíos formaban parte de esta nueva religión católica con el centro de poder en Roma. Incluso millones de individuos que decían haber sido ateos se habían convertido a esa nueva religión de Satanás, y comenzaron también a adorar la imagen del falso mesías y a llevar su marca en la frente y en la mano derecha para poder comprar y vender. Todos ellos eran fanáticos seguidores de ese falso mesías. Todos ellos proclamaban que el reino de Dios ya había venido a la tierra, y que el emperador Nicolás era el verdadero mesías de los cristianos, de los musulmanes y de los judíos.
Mientras tanto, los verdaderos cristianos perseguidos eran decapitados y encarcelados. Cientos de miles eran asesinados cada día, sin embargo, había también personas misericordiosas que ayudaban a estos cristianos verdaderos. Ellos les daban de comer, les daban de beber, los vestían cuando andaban desnudos, los visitaban en las cárceles, y todo ello lo hacían por compasión, la humanidad de esas personas que no eran cristianos era ejemplar. Todas esas personas misericordiosas que ayudaban a los cristianos verdaderos perseguidos arriesgaban sus propias vidas, ya que Satanás, la bestia y el falso profeta papal habían ordenado que todos los que ayudaran a los enemigos de su reino serían ejecutados.
Esas personas misericordiosas que ayudaban con alimentos o con ropa a los verdaderos cristianos perseguidos no necesitaban tener impresa la marca de la bestia para poder comprar y vender, ya que ellos habían almacenado alimentos durante años y los podían compartir con otros. Tampoco ellos adoraban a la imagen del falso mesías Nicolás ni estaban de acuerdo con su reinado.
Estas personas misericordiosas son esas “ovejas” mencionadas por Jesús en Mateo 25:31-46, los cuales al final heredarán la vida eterna en el verdadero Reino de Dios porque tuvieron misericordia con los verdaderos cristianos perseguidos. Sin embargo, las “cabras” serán todos aquellos que pasaron de los sufrimientos de los verdaderos cristianos y no tuvieron nada de misericordia con ellos durante ese tiempo de gran tribulación.
Cierto día domingo, cuando en la Plaza de San Pedro en Roma la iglesia católica estaba celebrando un culto de adoración al falso mesías Nicolás y a su imagen, aparecieron sobre el cielo de Roma tres luces muy grandes de color blanco, se trataba de tres naves voladoras procedentes del Reino de los cielos, y en cada una de esas naves voladoras había un ángel de Dios.
La primera nave voladora se apartó de las otras dos, y entonces una voz como si fuera un trueno salió de dicha nave.
Esa nave voladora se desplazó por todo el imperio del falso mesías proclamando el siguiente mensaje que se encuentra en el libro del Apocalipsis:
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo los cielos y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Ap.14:6-7).
Ese primer ángel de Dios estaba llevando un mensaje en contra de la satánica idolatría que se estaba practicando en el imperio de la bestia. El mensaje lo pudieron oír todos los habitantes del imperio de la bestia, formado por diez reinos.
Ese primer ángel les estaba diciendo que temieran al Dios verdadero, el Padre celestial, y que dejaran de creer y de temer al falso padre celestial que había descendido a la tierra, y que era el mismo Satanás disfrazado como ángel de luz.
Ese ángel estaba proclamando a millones de personas que la hora del juicio había llegado, y que, en lugar de adorar a Satanás, al falso mesías y a su imagen, debían adorar al verdadero Padre celestial, el cual hizo los cielos y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Todos los habitantes del imperio de la bestia pudieron entender el mensaje de ese primer ángel, cada uno lo podía entender perfectamente en su propio idioma, de modo que la advertencia del Dios verdadero fue muy clara y solemne para todos aquellos que estaban practicando la idolatría adorando a Satanás, al falso mesías y a su imagen.
La segunda nave voladora también se apartó de la tercera nave, y dentro de ella había otro ángel de Dios. Esta nave siguió la misma trayectoria que la primera, y desde ella dicho ángel de Dios proclamó a todas las naciones del imperio de la bestia el siguiente mensaje:
Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación. (Ap.14:8).
Ese segundo ángel de Dios estaba anunciando a todas las naciones que formaban parte del imperio de la bestia que Babilonia, la gran ciudad, había caído en la más absoluta idolatría, dando culto a Satanás, al falso mesías y a su imagen.
Esa gran ciudad se refería a Roma, la capital de la iglesia católica romana, la cual estaba integrada ahora también por el islam y por el judaísmo.
El Vaticano de Roma se había convertido en el principal centro de idolatría perversa de todo el imperio del falso mesías. Todas las naciones que formaban parte del imperio del falso mesías Nicolás estaban participando de esa espantosa idolatría. La caída de Roma ya era total y definitiva, y el destino que la esperaba era su destrucción total por fuego, en una sola hora, lo cual ocurriría más adelante, como describiré en esta novela.
La tercera nave voladora siguió la misma trayectoria que las otras dos. El ángel de Dios que iba dentro de dicha nave resplandeciente y blanca proclamó a todas las naciones del imperio el siguiente mensaje:
“Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.
Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” (Ap.14:9-11).
Ese tercer ángel dio una advertencia directa y muy solemne a todos aquellos que estaban adorando a Satanás, al falso mesías y a su imagen.
Los habitantes del imperio de la bestia pudieron oír muy claramente esa advertencia, y cada uno la pudo entender en su propio idioma.
Aquellos que adoraran al falso mesías y a su imagen, y decidieran ponerse la marca en la frente y en la mano derecha, experimentarían la terrible ira o castigo de Dios el Padre. Serían al final atormentados con fuego y azufre delante de los ángeles de Dios y delante del verdadero Mesías, Jesús. La destrucción de ellos en el fuego será total y definitiva, y mientras ellos vivan en la tierra no tendrán descanso, ni de día ni de noche, ya que esta seria advertencia de dicho ángel les recordará constantemente el destino terrible que les espera, ellos jamás tendrán paz ni reposo mental mientras sigan practicando esa espantosa idolatría de adoración a Satanás, a la bestia y a su imagen.
Cuando esos tres ángeles de Dios dieron esos tres mensajes por todo el imperio de la bestia, las tres naves voladoras desaparecieron y se fueron al cielo. Los tres mensajes de esos tres ángeles extraterrestres quedaron como grabados a fuego en las mentes de todos los habitantes del imperio de Satanás, la bestia y el falso profeta papal.
EL IMPERIO DE LA BESTIA NO SERÁ MUNDIAL
El libro del Apocalipsis jamás enseña que el imperio de la bestia será mundial, sino que él tendrá poder y autoridad sobre diez reinos. Leamos esa profecía del Apocalipsis:
Apo 17:12 Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia.
Apo 17:13 Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.
Apo 17:14 Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.
Ahí lo dice bien claro. Esos diez cuernos que tenía la bestia simbolizan diez reyes o reinos, los cuales entregarán su poder y autoridad a la bestia, es decir, el emperador. Ellos serán los que lucharán contra Cristo, pero Cristo los vencerá porque él es el Rey de reyes y el Señor de señores.
En Apocalipsis 13:8 se dice que la bestia, es decir, el falso mesías, será adorado por todos los habitantes de la tierra, sin embargo, dice que quienes le adorarán serán todos aquellos que no tienen escritos sus nombres en el Libro de la Vida de Cristo, lo cual significa que él no gobernará sobre el mundo entero, sino solamente sobre aquellos que le adoren.
Por consiguiente, cuando Apocalipsis 13:3 dice toda la tierra se maravillará en pos de la bestia, no se refiere a todo el planeta, sino a toda la tierra sobre la cual la bestia tendrá poder y autoridad, y toda esa tierra será el imperio de la bestia, que estará formado por diez reinos.
En Apocalipsis 12 se predice el futuro descenso de Satanás y de sus ángeles a la tierra, y es entonces cuando el diablo dará su poder, su trono y su autoridad a la bestia. Pero si leemos el verso se revela algo muy interesante, veamos lo que dice ese pasaje:
Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
Ahí se dice bien claro que cuando Satanás y sus ángeles desciendan a la tierra, entonces también vendrá a la tierra el reino de Dios y de Cristo. Esto significa que en ese momento el reinado de Satanás y de la bestia comenzará en la tierra, en el imperio de diez reinos, y al mismo tiempo, el reino de Dios y de Cristo vendrá también a la tierra, y comenzará en otra parte del mundo.
Mi opinión personal es que dicho reino de Dios y de Cristo donde comenzará es en América.
La conocida isla del Cordero es Puerto Rico, en el Caribe. Yo creo que ahí comenzará el reino de Dios en América.
Nuevos gobernantes, con la autoridad de Dios y de Cristo, comenzarán a gobernar toda América en ese tiempo. Omar Romero Sierra, de Puerto Rico, será un importante y sabio gobernante que implantará la justicia en dicha isla. El conocimiento del Dios verdadero y de Cristo se extenderá por toda América, y cuando Cristo regrese a la tierra más adelante ese gobierno de Dios y de Cristo será mundial.
Mientras que en el llamado Nuevo Mundo, que es América, se estará extendiendo el Reino de Dios y de Cristo, en el llamado viejo mundo, que es Europa, África y Asia, el reinado de Satanás, la bestia y el falso profeta será de una perversidad inigualable.
Millones de cristianos verdaderos estarán siendo masacrados, mientras que los que tengan la marca de la bestia impresa en la frente y en la mano derecha serán los ciudadanos de ese falso reino de Dios en la tierra, solo ellos podrán comprar y vender en ese imperio de la bestia.
LAS SIETE PLAGAS DE DIOS SOBRE EL IMPERIO DE LA BESTIA
El libro del Apocalipsis dice que ese imperio de la bestia durará solamente 42 meses (Apocalipsis 13:5). Dicho reinado o gobierno de la bestia comenzará cuando Satanás le entregue su poder, su trono y su gran autoridad sobre el llamado “viejo mundo”, es decir, sobre Europa, África y Asia.
Millones de personas moradores del imperio de la bestia llevarán en sus frentes y en la mano derecha la marca de ese falso mesías y adorarán su imagen. Ellos no habrán hecho el mínimo caso a la advertencia que los tres ángeles de Dios les dieron en el capítulo 14 del Apocalipsis, y ahora habrá llegado el momento de sufrir las terribles consecuencias.
En Apocalipsis 16 leemos que en ese tiempo siete ángeles de Dios derramarán las siete copas de la ira de Dios.
El primer ángel derramará su copa sobre la tierra, y una úlcera maligna y pestilente vendrá sobre todos aquellos que tengan impresa la marca de la bestia en la mano derecha y en la frente. El dolor que ellos sufrirán será indescriptible. Gritos de dolor se oirán por todo el imperio de la bestia, ya que esa marca producirá en la piel una especie de espantoso tumor ulceroso y pestilente que atormentará a millones de personas.
Ese texto del Apocalipsis dice también que cuando el quinto ángel derrame la quinta copa de la ira de Dios, el imperio de la bestia se quedará en tinieblas. Una oscuridad sobrenatural vendrá sobre los diez reinos de la bestia, y los adoradores de Satanás y de la bestia morderán sus lenguas de dolor, pero en lugar de arrepentirse de sus obras, ellos lanzarán al cielo espantosas blasfemias contra Dios a causa de sus dolores.
LA REUNIÓN DE LOS EJÉRCITOS DE LA BESTIA EN ARMAGEDÓN
En el libro del Apocalipsis leemos lo siguiente:
Apo 16:13 Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos como las ranas;
Apo 16:14 pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
Apo 16:15 He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.
Apo 16:16 Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.
La interpretación de esa profecía es muy sencilla.
El dragón mencionado en ese pasaje simboliza a Satanás, el cual habrá descendido a la tierra, como ya vimos más arriba (Ap.20:2).
La bestia será el emperador, el falso mesías al cual Satanás dará su poder, su trono y gran autoridad (Ap.13:2).
El falso profeta será el papa de Roma, el jefe de la iglesia católica romana, la gran ramera mencionada en Apocalipsis 17 y 18, y que es llamado también en el Apocalipsis la segunda bestia (Ap.13:11-18).
Tres espíritus inmundos o demonios saldrán de la boca de cada uno de esos tres seres malvados. Estos tres demonios harán señales sobrenaturales para engañar a los reyes de la tierra y para convencerles que reúnan sus ejércitos para la batalla de aquel gran día del Dios todopoderoso. El lugar donde se reunirán es en Armagedón, es decir, el Valle de Meggido, que se encuentra en Israel.
Es fácil imaginar cual será el engaño que esos tres demonios dirán a los reyes de la tierra que formarán parte del imperio de la bestia.
Esos tres demonios que saldrán de Satanás, la bestia y el falso profeta convencerán a esos reyes diciendo que una invasión de extraterrestres malvados es inminente, y que dichos extraterrestres pretenden apoderarse del “reino de Dios en la tierra” para destruirlo.
Entonces esos demonios convencerán a esos reyes para que formen un gigantesco ejercito procedente de todas las naciones del imperio de la bestia.
Todos ellos concentrarán sus ejércitos en Israel, para luchar contra los extraterrestres que invadirán la tierra. ¡¡Esa invasión extraterrestre resulta que será la segunda venida gloriosa de Cristo, acompañado por millones de ángeles de Dios!!
Será el verdadero Mesías, Jesús, quien vendrá del cielo con gran poder y gloria, tal como él mismo predijo en Mateo 24:29-31, 25:31-46. Esta gran invasión extraterrestre se describe también en Apocalipsis 19:11-21, la cual es una profecía que veremos con más detalle después.
En Apocalipsis 16:18-21 se dice que cuando todos esos ejércitos procedentes del imperio de la bestia se reúnan en Armagedón, entonces estallará el terremoto más grande toda la Historia de la Humanidad. La profecía dice que la gran ciudad, es decir, Jerusalén, se dividirá en tres partes.
Todas las ciudades de las naciones se derrumbará y serán totalmente destruidas. Ni una sola ciudad quedará en pie. Todas las islas desparecerán e igualmente las montañas desaparecerán indicando así que será cambiada toda la topografía del mundo.
De repente caerá del cielo una lluvia de meteoritos enormes, rocas de unos 45 kilos cada una caerán sobre la tierra.
LA DESTRUCCIÓN TOTAL DE LA GRAN RAMERA DE ROMA
En los capítulos 17 y 18 del Apocalipsis se describe a la iglesia católica romana, la cual es llamada la gran ramera y se describe también su destrucción total por fuego, en una sola hora.
En Apocalipsis 17:6 se dice que esa gran ramera estaba ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús, es decir, esa religión falsa e idólatra asesinó durante siglos a los verdaderos cristianos. Esto sucedió durante el tiempo de la Roma pagana del antiguo Imperio Romano, sucedió también durante la Roma papal, y sucederá también durante el reinado de la bestia.
En Apocalipsis 17:9 se dice que esta gran ramera está identificada con la ciudad de las siete colinas, es decir, Roma, y la iglesia católica romana tiene su centro de poder en Roma.
En Apocalipsis 17:18 leemos que esa mujer ramera es la ciudad que gobernaba sobre los reyes de la tierra en los días del apóstol Juan, cuando fue escrito el Apocalipsis. La única ciudad imperial que gobernaba sobre los reyes de la tierra en esa época era Roma.
Esa gran ramera que ya existía en la época de Juan no dejó de existir, sino que pasó a la Roma papal después, la cual es la capital de la iglesia católica romana. Por lo tanto, la gran ramera sigue existiendo en la actual ciudad de Roma, y es la capital de la iglesia católica romana. Recuerde que el Vaticano forma parte integral de la ciudad de Roma.
Vamos a ver cómo será la futura destrucción total de la iglesia católica romana, que es la iglesia de satanás en la tierra, disfrazada como iglesia de Cristo.
En el libro del Apocalipsis se dice lo siguiente:
Apo 17:16 Y los diez cuernos que viste y la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego;
Apo 17:17 porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios.
La interpretación de esa profecía es muy sencilla.
Los diez reyes aliados del falso mesías, y que formarán el imperio de la bestia, aborrecerán a la iglesia católica romana.
Durante el reinado de la bestia la iglesia católica romana tuvo el dominio y el poder sobre el emperador y sobre sus diez reyes. Todos ellos se hicieron pasar por católicos y sostuvieron a la iglesia católica romana, sin embargo, llegará el momento cuando ese emperador o falso mesías, la bestia, y sus diez reyes aliados, van a odiar a la iglesia católica romana, a la gran ramera, y decidirán destruirla totalmente con fuego. La dejarán desolada, y la robarán todas sus riquezas materiales de oro, piedras preciosas y perlas.
Dios mismo pondrá en el corazón de la bestia y sus diez reyes aliados ese odio hacia la iglesia católica romana. Será el propio Dios quien pondrá en las mentes de ellos el destruir la capital de la gran ramera, Roma.
Es en el capítulo 18 del Apocalipsis donde se describe con todo lujo de detalles como será la destrucción total de la ciudad de Roma, la capital de la iglesia católica romana.
Roma fue la capital de la idolatría durante el antiguo Imperio Romano, y lo seguirá siendo durante el reinado del falso mesías, la bestia.
El falso mesías y su aliado religioso (el papa) decidirán destruir la ciudad de Roma para trasladar la capital del imperio a Jerusalén. Por eso es que los ejércitos de las naciones que formarán parte del imperio de la bestia se reunirán en Armagedón, que está en Israel.
Satanás, el falso mesías y el falso profeta dirán que hay que luchar contra una invasión de extraterrestres malvados que desean destruir el reino de Dios en la tierra.
Satanás y sus ángeles malvados, que descendieron a la tierra al inicio del reinado del falso mesías, proveerán de armas con tecnología extraterrestre a los ejércitos reunidos en Armagedón. Cañones que lanzarán rayos serán llevados a Israel.
En el libro del Apocalipsis se dice lo siguiente:
Apo 18:17 Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos;
Apo 18:18 y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?
Apo 18:19 Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada!
Apo 18:20 Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella.
Apo 18:21 Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada.
Ahí está profetizado que la destrucción de Roma, la capital de la iglesia católica romana, sucederá en solo una hora.
Una gran explosión nuclear reducirá a cenizas Roma, por eso es que los marineros se pararán lejos en el mar Mediterráneo cuando vean subir el humo de su incendio.
El verso 21 dice también que Roma se hundirá en el mar, como cuando una gran piedra de molino se hunde en el mar, esto significa que al mismo tiempo que dicha ciudad sea reducida a cenizas por una explosión nuclear, también se hundirá en el mar Mediterráneo y nunca más será hallada esa ciudad, es decir, dejará de existir para siempre.
LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO CON TODOS SUS ÁNGELES
Después de la destrucción de la ciudad de Roma, Satanás, la bestia y el falso profeta se trasladarán a Israel, para intentar convertir a Jerusalén en la capital del imperio de la bestia.
Los ejércitos del imperio del falso mesías estarán reunidos en Armagedón, es decir, en el llamado Valle de Jezreel; también conocido como la Llanura de Esdrelón. Este gran Valle en Israel comienza en el Mar Mediterráneo, y a lo largo de los siglos fue el escenario de multitud de batallas.
Cientos de miles de tropas a caballo, armados también con cañones de rayos proporcionados por Satanás y sus ángeles extraterrestres, se irán desplazando desde el Valle de Jezreel hacia el centro de Israel, hasta subir a la ciudad de Jerusalén y poder instalar ahí la capital del imperio de la bestia.
Satanás, la bestia y el falso profeta saben que la gran batalla contra los ejércitos celestiales capitaneados por el verdadero Mesías, Jesús, se entablará a las afueras de Jerusalén, de modo que todos esos cientos de miles de tropas se dirigirán hacia Jerusalén.
Cuando Jerusalén esté rodeada por todos esos ejércitos del imperio de la bestia, de repente vendrá el gran Día de la batalla del Dios todopoderoso.
En ese momento el cielo se abrirá y en el cielo aparecerán miles de naves voladoras blancas, lo que hoy en día se conocen como ovnis.
Veamos cómo lo describe el libro del Apocalipsis:
Apo 19:11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
Apo 19:12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.
Apo 19:13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.
Apo 19:14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
Apo 19:15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
Apo 19:16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
Apo 19:17 Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios,
Apo 19:18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.
Apo 19:19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.
Apo 19:20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.
Apo 19:21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.
El jinete que monta ese caballo blanco simboliza al verdadero Mesías, Jesús.
El caballo blanco mencionado en esa descripción simboliza la conquista militar y la victoria total sobre sus enemigos. Evidentemente eso no significa que Jesús el Mesías vendrá literalmente del cielo montando en un caballo blanco. Simplemente es una figura simbólica, pues el Apocalipsis está lleno de figuras simbólicas, no literales.
El propio Jesús dijo que él vendrá del cielo dentro de una “nube” voladora:
Luc 21:27 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.
Además, Jesús dijo que él vendrá también acompañado por otras muchas “nubes” voladoras:
Mat 24:30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
En la Biblia se dice que esas “nubes” voladoras son los CARROS del Dios de Israel, es decir, son sus vehículos voladores que él y sus ángeles utilizan para venir a la tierra:
Sal 104:3 Que establece sus aposentos entre las aguas, El que pone las nubes por su carroza, El que anda sobre las alas del viento;
Sal 68:17 Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares;
El Señor viene del Sinaí a su santuario.
Como puede ver, no se trata de nubes literales de vapor de agua, sino de carros voladores, y esos vehículos voladores de Dios se cuentan por veintena de millares.
El verdadero Mesías, Jesús, vendrá del cielo en uno de esos carros voladores del Reino de los cielos, acompañado por decenas de miles de ángeles de Dios, que también vendrán en naves voladoras.
En Apocalipsis 19:14 se dice que esos ángeles son los ejércitos celestiales, los cuales acompañarán al Mesías Jesús dentro de esas “nubes” voladoras, que son los carros voladores de Dios.
Observe como el verso 19 dice que la bestia, los reyes de la tierra y sus ejércitos se prepararán para luchar contra el Mesías Jesús y contra sus ejércitos celestiales.
Nos podemos imaginar cómo será la gran batalla.
Cientos de miles de tropas de diferentes naciones del imperio de la bestia estarán congregadas fuera de la ciudad de Jerusalén. Sus cañones de rayos proporcionados por Satanás y sus ángeles extraterrestres malvados estarán apuntando al cielo, y comenzará la gran batalla.
El falso mesías da la orden de disparar, y todas las armas de rayos de tecnología alienígena disparan hacia el cielo, para intentar destruir al Mesías Jesús y a sus ejércitos de ángeles, sin embargo, ¡¡no les hacen ningún tipo de daño!!, ya que Jesús y sus ejércitos celestiales son mucho más poderosos, y sus armas mucho más avanzadas y potentes que las de Satanás y la bestia.
De repente, uno de los ángeles de Dios desciende a la tierra y captura al falso mesías y a su aliado religioso, el papa, y ambos son arrojados vivos dentro de un lago de fuego, donde son atormentados de forma terrible y luego destruidos totalmente en cuerpo y alma, hasta ser reducidos a cenizas.
A continuación, es el propio Mesías verdadero, Jesús, quien se encarga de todos los ejércitos de la bestia reunidos en ese lugar. Un rayo mortal sale de la boca de Jesús barriendo a todos los cientos de miles de tropas enemigas, reduciéndolos a pedazos de carne desparramados por el campo.
De repente, millones de aves carroñeras, como buitres, águilas, cuervos y otras muchas más descienden a la tierra para devorar esos pedazos de carne y limpiar así la tierra.
Ese será el final del imperio de Satanás, la bestia y el falso profeta. Habrá durado justo 42 meses, tres años y medio. Ellos engañaron al mundo diciendo que ese era el reino de Dios y del mesias en la tierra, sin embargo, fue el mayor engaño de Satanás, fue simplemente una imitación falsa y perversa del reino de Dios, sin embargo, dicho imperio de la bestia dejará de existir, tal como se describe en el Apocalipsis.
A continuación, le tocará el turno a Satanás, el cual se hizo pasar por el Dios Padre. Veamos lo que dice el Apocalipsis:
Apo 20:1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.
Apo 20:2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años;
Apo 20:3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.
Como puede ver, un ángel de Dios descenderá entonces del cielo, el cual tendrá la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.
Hay un pasaje en el Evangelio donde se menciona ese abismo como un lugar o prisión bajo el mar, donde estarán encerrados los demonios:
Luc 8:27 Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.
Luc 8:28 Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.
Luc 8:29 (Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos.)
Luc 8:30 Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él.
Luc 8:31 Y le rogaban que no los mandase ir al abismo.
Luc 8:32 Había allí un hato de muchos cerdos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y les dio permiso.
Luc 8:33 Y los demonios, salidos del hombre, entraron en los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al lago, y se ahogó.
La llave de ese abismo la tiene ese ángel de Dios que descenderá del cielo y apresará a Satanás, lo atará, y lo encerrará en ese abismo, junto con el resto de demonios.
En ese lugar Satanás estará atado y encerrado durante mil años literales, para que no pueda engañar a las naciones de la tierra durante ese tiempo.
Esa es una de las labores principales de Satanás: engañar a las naciones. Él engañó a las naciones cuando descendió a la tierra con sus ángeles, diciendo que era la venida del reino de Dios. Él engañó a las naciones diciendo que el falso mesías era el verdadero mesías. Él engañó a las naciones diciendo que la iglesia católica romana era la verdadera iglesia de Cristo. Él engañó a las naciones diciendo que los verdaderos cristianos eran los falsos cristianos. Sin embargo, cuando Jesús venga del cielo con gran poder y gloria a la tierra, Satanás será atado y encerrado en ese abismo, y durante mil años ya no podrá engañar a nadie. Entonces el verdadero Reino de Dios y del Mesías Jesús abarcará toda la tierra, el mundo entero, y dará inicio una nueva era de justicia y de paz sobre todas las naciones.
Ahora bien, ¿y qué sucederá con todos esos millones de cristianos verdaderos que fueron asesinados durante el reinado de la bestia?
Esto lo veremos en el siguiente capítulo.
LA RESURRECCIÓN GLORIOSA DE TODOS LOS MÁRTIRES CRISTIANOS
El reinado de la bestia duró solamente 42 meses, tres años y medio, tal como se predijo en Apocalipsis 13:5. Durante esos tres años y medio millones de cristianos verdaderos fueron martirizados por orden de Satanás, la bestia y el falso profeta. Otros muchos aún estaban vivos en cárceles y en campos de concentración, donde trabajaban como esclavos.
Sin embargo, cuando el verdadero Mesías Jesús vino del cielo con gran poder y gloria, acompañado por sus ejércitos celestiales, los ángeles, ocurrió lo que la Biblia llama el arrebatamiento, es decir, los muertos en el Mesías resucitarán primero, pero resucitarán con nuevos cuerpos gloriosos, poderosos e inmortales. Todos los verdaderos cristianos que a lo largo de la historia pasaron por tribulaciones, a causa de la verdadera doctrina cristiana, volverán a vivir. Aquellos que murieron siendo ancianos, resucitarán jóvenes y poderosos. Aquellos a los que decapitaron por causa de su fe en el verdadero Mesías Jesús, resucitarán con un nuevo cuerpo resplandeciente y espiritual, preparado para vivir por todos los siglos en el reino de Dios.
Justo después de la resurrección de todos esos mártires de la fe, los cristianos verdaderos que hayan quedado vivos en la tierra no experimentarán la muerte, sino que serán transformados en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, y recibirán un nuevo cuerpo glorioso y espiritual, un cuerpo perfecto y hermosísimo preparado para vivir por todos los siglos.
Todos ellos serán entonces arrebatados juntos en esas nubes voladoras, para recibir al verdadero Mesías Jesús en el aire, y desde el aire le acompañarán en su descenso glorioso y triunfal a la tierra. Esta profecía la leemos especialmente en Mateo 24:29-31, 1Corintios 15:51-54, y en 1Tesalonicenses 4:15-17.
Este gran suceso del arrebatamiento de los verdaderos cristianos el libro del Apocalipsis lo denomina las “bodas del Cordero”, mencionadas en Apocalipsis 19:7-8, y que consistirá en la unión del Esposo celestial, el Mesías Jesús, con los verdaderos cristianos, y esa reunión se efectuará en el aire.
Es entonces cuando comenzará el juicio de las naciones de la tierra, y la nueva y profetizada era dorada en el mundo. El libro del Apocalipsis lo llama el Milenio, un período de mil años literales durante los cuales el verdadero Mesías Jesús y los verdaderos cristianos resucitados y glorificados gobernarán sobre todas las naciones de la tierra con justicia, trayendo así la paz mundial sobre todas las naciones, pero esto lo veremos con más detalle en el siguiente capítulo.
EL GOBIERNO MUNDIAL DEL MESÍAS JESÚS DURANTE MIL AÑOS
Leamos lo que dice esta profecía del libro del Apocalipsis:
Apo 20:4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Esta es la primera resurrección.
Apo 20:5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Apo 20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Como puede ver, en ese pasaje se repite por tres veces la cifra de mil años, porque serán mil años literales, ya que todas las cifras que aparecen en el libro del Apocalipsis son siempre literales, pero las figuras son siempre simbólicas.
Esos mil años comenzarán con la gran invasión extraterrestre del Mesías Jesús y de sus ejércitos celestiales a la tierra, y con el arrebatamiento de los verdaderos cristianos que pasaron por la tribulación.
A esa resurrección de los verdaderos cristianos se la llama la primera resurrección, ya que habrá una segunda resurrección después de esos mil años. Solamente los verdaderos cristianos mártires son los que tendrán parte en esa primera resurrección, ellos serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. ¿Qué significa esto?, significa sencillamente que estos verdaderos cristianos que murieron por causa de la verdadera doctrina cristiana a lo largo de la Historia, y los que fueron decapitados durante el reinado de la bestia, son los que gobernarán sobre las naciones de la tierra, y además ejercerán una labor sacerdotal e intermediaria entre Dios y los seres humanos.
Estos cristianos verdaderos resucitados e inmortales serán los nuevos gobernantes de todas las naciones de la tierra, a las cuales gobernarán con justicia durante esos mil años. En Apocalipsis 2:26-27 y 5:9-10 leemos que estos tendrán autoridad sobre las naciones de la tierra, y las gobernarán con vara de hierro, es decir, con justicia. Las guerras dejarán de existir en el mundo, y una nueva era de justicia y de paz mundial comenzará en toda la tierra. Dará inicio una nueva y avanzada civilización gobernada por el Emperador del Universo, Jesús el Mesías, y por todos aquellos que creyeron en él y le siguieron, hasta el punto de dar sus vidas en el martirio durante el reinado de la bestia, que duró 42 meses.
Jesús el Mesías es el Emperador del Universo, el Hijo del Dios supremo, cuando él regrese del cielo con gran poder y gloria acompañado por todos sus ejércitos celestiales descenderá física y visiblemente a la tierra, sobre el Monte de los Olivos, en Jerusalén, y entonces dará comienzo su gobierno mundial (Zacarías 14:2-16). Jerusalén se convertirá entonces en la capital del mundo entero, desde la cual el Mesías Jesús gobernará a todas las naciones, y la nación de Israel será recogida de todas las naciones donde fueron esparcidos y llevados a su tierra.
Jesús entonces se sentará en un trono resplandeciente y juzgará a todos los supervivientes de todas las naciones. Aquellos seres humanos que trataron con misericordia a los verdaderos cristianos cuando estos eran perseguidos y asesinados durante el reinado de la bestia, entonces serán salvos y heredarán la vida eterna en el reino de Dios, y aquellos que no quisieron tener misericordia con los verdaderos cristianos durante el reinado de la bestia serán arrojados a un fuego literal, donde serán quemados y destruidos totalmente, así lo dijo Jesús en Mateo 25:31-46.
Es entonces cuando se iniciará la nueva era de mil años, y la tierra comenzará a ser repoblada.
¿Y qué sucederá después de ese gobierno mundial de mil años literales?, pues esto lo vamos a saber en el siguiente capítulo.
LA GRAN REBELIÓN AL FINAL DEL MILENIO
Durante esos mil años la tierra habrá sido repoblada de seres humanos, y al final de ese período de mil años el mundo estará habitado por miles de millones de personas. Entonces el Padre celestial pondrá de nuevo a prueba a la humanidad, y para ello utilizará de nuevo a Satanás, ya que el diablo simplemente es una herramienta en las manos de Dios, utilizado por el Padre celestial para probar la fidelidad del ser humano a Dios.
El Apocalipsis dice que cuando se cumplan esos mil años, Satanás será soltado de esa especie de prisión llamada el abismo, y saldrá a hacer lo único que sabe hacer, que es ENGAÑAR a las naciones. Vamos a leer la profecía:
Apo 20:7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,
Apo 20:8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar.
¿En qué consistirá ese engaño de Satanás a las naciones?
La respuesta es muy sencilla: durante ese futuro período de mil años el mundo entero será gobernado por el Mesías Jesús y por los cristianos verdaderos resucitados. Ese gobierno mundial será con VARA DE HIERRO, es decir, será un gobierno fuerte en forma de DICTADURA TOTALITARIA CELESTIAL (Ap.2:27, 19:15).
Ese gobierno mundial durante el Milenio no será ningún tipo de “democracia” humana, sino una absoluta dictadura celestial y totalitaria, que traerá la verdadera justicia y la paz al mundo entero, como jamás se ha conocido en el pasado.
El engaño de Satanás a las naciones cuando él sea soltado del abismo será el siguiente: él dirá a las naciones que están viviendo bajo una dictadura totalitaria malvada, y llamará a las gentes para que se liberen de esa dictadura malvada subiendo a la ciudad de Jerusalén para derrocar al Mesías Jesús y a su gobierno mundial antidemocrático..
Lo asombroso es que la profecía del Apocalipsis dice que millones de personas en todo el mundo se unirán a Satanás y creerán en sus mentiras, y entonces subirán a la ciudad de Jerusalén para rodearla e intentar derrocar el gobierno mundial del Mesías Jesús y de sus seguidores resucitados. Sin embargo, esto es lo que sucederá, vamos a leerlo en la profecía:
Apo 20:9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.
Apo 20:10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Ahí está profetizado.
Cuando la ciudad de Jerusalén, la ciudad amada, esté rodeada por todos esos millones de personas aliadas con Satanás, de repente descenderá fuego del cielo y los consumirá. Entonces Satanás el diablo, que los había engañado, será arrojado al lago de fuego y azufre, donde mil años antes fueron arrojados la bestia y el falso profeta, y estos tres serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos, es decir, serán destruidos totalmente y para siempre en ese fuego literal, y nunca más volverán a existir, será una destrucción eterna.
Ese será el final de Satanás, y es entonces cuando el resto de muertos resucitarán para comparecer ante el Tribunal celestial y oír el veredicto de Dios, pero esto lo veremos en el siguiente capítulo.
EL JUICIO FINAL DEL RESTO DE MUERTOS RESUCITADOS
La primera resurrección ocurrió mil años antes, cuando el Mesías Jesús vino con todos sus ejércitos celestiales para gobernar sobre todas las naciones del mundo (Ap.20:4-6).
La segunda resurrección ocurrirá cuando terminen esos mil años. Leamos lo que dice la profecía del Apocalipsis:
Apo 20:11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.
Apo 20:12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
Apo 20:13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.
Apo 20:14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
Apo 20:15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Ese gran trono blanco es el trono celestial del Dios supremo, el Padre celestial.
En ese momento la tierra y el cielo huirán, es decir, pasarán, serán totalmente destruidos por el fuego (Mt.24:35). El apóstol Pedro dijo lo mismo en 2 Pedro 3:10-13.
Entonces los muertos que no resucitaron mil años antes volverán a vivir, y estarán de pie ante el Dios supremo, el Padre celestial, que estará sentado en su trono.
Entonces los libros celestiales serán abiertos, y otro libro será abierto, que es el libro de la Vida, y todos esos muertos fueron juzgados por las cosas que estaban escritas en esos libros, según sus obras. Es decir, en esos registros celestiales se encuentran escritas todas las obras hechas por cada ser humano. Dios el Padre tiene un registro perfecto de todo lo que hemos hecho en la tierra. Cada uno será juzgado por lo que hizo en la tierra cuando estuvo vivo.
El verso 14 dice que la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego, y esta será la muerte segunda. Esto significa que la muerte y su poder dejarán de existir en ese momento, ya que ese lago de fuego aniquilará para siempre a la muerte y a su poder.
Todos aquellos que no tengan escrito su nombre en el libro de la Vida, serán lanzados en ese lago de fuego, donde serán reducidos a cenizas y dejarán de existir. Esto significa que habrá gente que sí tendrán sus nombres escritos en ese libro de la Vida, y entonces serán salvos y vivirán para siempre en el reino de Dios, sin embargo, otros no tendrán sus nombres escritos en ese libro de la Vida, y morirán entonces en ese lago de fuego, serán totalmente destruidos en cuerpo y alma, como dijo Jesús el Mesías en Mateo 10:28.
¿Quiere usted tener su nombre escrito en ese libro de la Vida?
Si usted quiere tener en el futuro la vida eterna, y vivir para siempre en el maravilloso reino de Dios, entonces tiene que creer en el Mesías Jesús, el Hijo de Dios. Él mismo dijo que la vida eterna consiste en tener este conocimiento: que el Dios Padre es el único Dios verdadero, es decir, el Dios supremo, el Todopoderoso, y que Jesús es el Mesías, el enviado del Padre, el Hijo de Dios (Juan 17:3), si usted recibe este conocimiento verdadero, y sigue al verdadero Mesías Jesús, entonces su nombre será escrito en el libro de la Vida que tiene el Mesías Jesús, y al final resucitará para tener la vida eterna en el maravilloso reino de Dios predicho en el libro del Apocalipsis.
¿Y qué sucederá después de ese juicio final de los muertos? Pues esto lo veremos en el siguiente y último capítulo.
LA CREACIÓN DEL NUEVO CIELO Y DE LA NUEVA TIERRA
Después del gran juicio de los muertos resucitados después del Milenio, la muerte dejará de existir, y todo será hecho nuevo. Veamos cómo se describe esto en el libro del Apocalipsis:
Apo 21:1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
Apo 21:2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
Apo 21:3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Apo 21:4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
Apo 21:5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
Apo 21:6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
Apo 21:7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
Apo 21:8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Como puede ver, el final de esta novela es maravilloso y glorioso.
El plan del Dios supremo, el Padre celestial, es la creación de un nuevo cielo y una nueva tierra, donde todos los seres humanos salvados serán inmortales, y esto es lo que se describe al final del libro del Apocalipsis.
Al apóstol Juan le fue mostrada en visión profética anticipada ese nuevo cielo y esa nueva tierra. Como en una especie de pantalla gigante de cine a Juan le fue mostrado como será el final de la actual tierra y el actual cielo, y el comienzo de un nuevo cielo y una nueva tierra.
Todo lo que ahora vemos en este mundo desparecerá, pasará. Esta tierra y todo lo que en ella hay será consumido por el fuego después de esos mil años, y entonces Dios el Padre celestial creará unos nuevos cielos y una nueva tierra, será un planeta totalmente diferente y mucho mejor que el actual, y sobre ese nuevo planeta descenderá la capital de todo el Universo, que el Apocalipsis llama la Nueva Jerusalén, la cual se posará en ese nuevo planeta. Incluso el propio Dios supremo, el Padre celestial, descenderá a esa nueva tierra para morar con los seres humanos inmortales. Entonces el sufrimiento, el dolor y la muerte dejarán de existir para siempre, pues todo eso ya habrá sido cosa del pasado.
Observe como en el verso 6 este Dios supremo, el Padre celestial, dice que quien tenga sed, él le dará GRATUITAMENTE de la fuente del agua de la vida, esto significa que, si usted tiene esa sed espiritual por tener la vida eterna y vivir para siempre en ese maravilloso reino de Dios, entonces este Dios supremo le dará gratis de la fuente del agua de la vida, es decir, le dará la vida eterna y le dará su poder, es decir, su espíritu o energía. Y como ya dije más arriba, esa vida eterna la podrá recibir usted en el futuro si tiene este conocimiento, del Padre celestial como el único Dios verdadero, y de Jesús como el verdadero Mesías de Israel, el Hijo de Dios enviado por el Padre celestial (Jn.17:3), si usted adquiere este conocimiento, entonces le llevará a esa vida eterna mencionada en el Apocalipsis.
Sin embargo, observe también lo que dice el verso 8, los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Espero que usted que ha leído esta novela no forme jamás parte de esos mencionados en el verso 8, sino que llegue a formar parte de los mencionados en los versos 6 y 7, y llegue a ser un hijo de Dios que ha bebido del agua de la vida para poder vivir para siempre en el eterno y glorioso reino de Dios.
FIN
Tito Martínez
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